Catástrofes y catastrofismo

Desastre de Chernóbil
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De vez en cuando ocurren catástrofes, generalmente imprevistas, que a veces causan unos daños tremendos. Veamos algunas relativamente recientes:
  • 28 de julio de 1976: Terremoto de Tangshan (China), de intensidad 7,5 en la escala de Richter. El número oficial de muertos es 249.419, aunque algunos dicen que en realidad fue tres veces mayor.
  • 3 de diciembre de 1984: Desastre de Bhopal, fuga de isocianato de metilo de una fábrica de pesticidas que provocó unas 20.000 víctimas mortales y afectó a unas 600.000 personas.
  • 26 de abril de 1986: Desastre de la central nuclear de Chernóbil, que causó 31 víctimas directas. Se estima que el número de muertes aplazadas debidas a los efectos de la radiación podría acercarse a 80.000, aunque los cálculos quizá no sean fiables.
  • 26 de diciembre de 2004: Tsunami del Océano Índico, que mató a unas 250.000 personas (las cifras varían) en 14 países (especialmente Indonesia).
  • 29 de agosto de 2005: Huracán Katrina en Nueva Orleans. La cifra oficial de muertos asciende a 1464 personas, y la de desplazados rebasó el millón.
  • 12 de enero de 2010: Terremoto de Haití, una de las catástrofes más dañinas de la historia, con 200.000 a 300.000 muertos y un millón y medio de damnificados.
  • 11 de marzo de 2011: Tsunami de Tohoku, que causó el desastre de la central nuclear de Fukushima y un número de víctimas comprendido entre 15.000 y 20.000.

Una cosa diferente es el catastrofismo alarmista, la predicción de catástrofes futuras que a menudo jamás llegan a producirse. Veamos algunos ejemplos recientes, todos los cuales surgieron debido al (mal) uso de la ciencia:
  • Durante los años noventa se publicaron numerosos artículos científicos y periodísticos sobre el efecto del año 2000, una catástrofe informática mundial que tendría lugar el 1 de enero de ese año, cuando casi todas las aplicaciones informáticas del mundo dejarían de funcionar, debido al hecho que utilizaban sólo dos cifras para especificar el año, y es evidente que el número 00 (correspondiente al año 2000) no sigue al 99, como debería. Entre las predicciones catastrofistas se habló de un colapso total de los servicios bancarios (con lo que nos quedaríamos sin dinero para los gastos corrientes) y de problemas importantes para las líneas aéreas (con lo que no podríamos viajar, e incluso se hablaba de numerosos accidentes aéreos que se producirían como consecuencia de este efecto). La realidad fue muy distinta, pues apenas se produjeron efectos negativos, ya que el software de casi todas las grandes aplicaciones fue corregido antes de esa fecha.
  • A finales del año 2000 y principios del 2001 se extendió por Europa una ola de pánico ante la encelopatía espongiforme bovina, enfermedad mejor conocida por el nombre de síndrome de las vacas locas. Los medios propagaron el alarmismo, afirmando que esta enfermedad estaba a punto de convertirse en una pandemia, con cientos de miles de personas contagiadas. También en este caso la realidad fue muy distinta, pues el número total de seres humanos afectados por esta enfermedad en todo el mundo fue de 229.
  • Otra pandemia que nunca lo fue es la de la gripe aviar (provocada por la cepa H5N1), que cuando se transmite a seres humanos (en casos muy raros) provoca el Síndrome Respiratorio Agudo Grave (SARS, por sus siglas en inglés). Entre 2003 y 2005, los medios y algunos científicos se volvieron alarmistas, avisando de la probabilidad de que una serie de mutaciones diera lugar a la aparición de una cepa del virus de la gripe tan mortífera como la de 1918 (la mal llamada gripe española). Tales mutaciones no han llegado a producirse, y en cuanto al SARS, el número total de muertes en todo el mundo en los años de su auge fue de 78.
  • En 2009, la Organización Mundial de la Salud (WHO) declaró por primera vez en su historia una emergencia de salud pública de alcance internacional (PHEIC, por sus siglas en inglés), la mal llamada gripe porcina, provocada por la cepa H1N1. La WHO fue muy criticada por haber dado lugar a un pánico mundial. La pandemia fue declarada oficialmente terminada en agosto de 2010, y la WHO estimó que el número total de víctimas mortales por esta cepa en algo más de un año ascendió a 284.500 personas. Como comparación, el número de muertos por la gripe en todo el mundo se estima entre medio millón y un millón de personas al año.
  • Stephen Hawking lleva algunos años prediciendo que estamos a punto de destruirnos a nosotros mismos, y que la única solución consiste en enviar colonias a sistemas planetarios distintos del nuestro. Así, si nos autodestruimos, algunos se salvarán.
  • Como he mencionado en otro artículo de este blog, la ONU lleva décadas haciendo previsiones catastrofistas respecto al aumento de la población mundial, especialmente la africana, a pesar de que el punto de inflexión del aumento de población se atravesó ya en 1985. Para justificar esas predicciones, a veces se hacen estimaciones tan científicas como suponer que el número de hijos por mujer en África (que es alto, pero se ha reducido de 6,7 a 4,8 desde 1950; recuérdese que el nivel de reemplazo está en 2,1) permanecerá en su valor actual hasta el año 2100, sin seguir reduciéndose, como hasta ahora.

La semana que viene seguiremos hablando del futuro.

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Manuel Alfonseca

6 comentarios:

  1. Excelente resumen de catástrofes que ocurrieron y de anunciadas catátrofes. No puedo evitar la tentación que siento de preguntarte: Si es que ya no lo hiciste, ¿te animas a escribir una entrada sobre la teoría de las catástrofes? Yo creo que esta sugerencia supera el listón de un mero juego de palabras. Un abrazo y, siempre y en cualquier caso, ¡gracias!

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  2. Que hay detrás de este catastrofismo alarmista ???

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    1. En las alarmas médicas, el miedo de las autoridades sanitarias de que se les pueda acusar de que no avisaron, junto con la preferencia de los medios por los titulares que causen impacto en la población. En el alarmismo de la ONU, dominada por Occidente, el miedo real que sienten porque los africanos lleguen a dominar el mundo.

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  3. No sé si la serie catástrofes seguirá, pero echo de menos "la madre de todas las catástrofes": el calentamiento global, reconvertido a cambio climático. Quizás este artículo corresponda a una serie histórica y deje para otro los jugosos y variados apocalipsis futuros.
    Aprovecho para felicitarle por el blog. Realmente es penoso que tan pocas personas estén interesadas en asuntos tan importantes e interesantes. Aun así no se debe calibrar la calidad del blog por el número de entradas sino por el estimulante contenido, la coherencia de la presentación de los argumentos y por la fina y científica forma de tratarlo. Seguiré leyéndolo semanalmente. Saludos

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    1. El calentamiento global es una catástrofe anunciada, pero no se puede decir que sea alarmista, así que no entra en ninguno de los dos grupos de este artículo (catástrofes pasadas y anuncios alarmistas de catástrofes). Tal vez le dedique un artículo, pero no será de inmediato.

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