La debacle del determinismo

Isaac Newton

A finales del siglo XVIII, la teoría de la gravitación universal de Isaac Newton estaba ya muy bien establecida. Como esta teoría permite predecir con gran exactitud las órbitas de los astros que forman parte del sistema solar, el astrónomo francés Pierre Simon de Laplace creyó tener razones suficientes para afirmar lo siguiente:
Una inteligencia que conociera todas las fuerzas que animan la naturaleza, así como la situación respectiva de los seres que la componen… podría abarcar en una sola fórmula los movimientos de los cuerpos más grandes del universo y los del átomo más ligero; nada le resultaría incierto y tanto el futuro como el pasado estarían presentes ante sus ojos.
Esta afirmación se convirtió en el dogma del materialismo determinista, una doctrina filosófica (no científica) que sostiene que lo único que existe es la materia (tomando el término en sentido amplio) y que toda la historia del universo está determinada: no existe, por tanto, la libertad humana, ni puede haber intencionalidad, ni hay causas finales en la naturaleza, sólo hay causas eficientes.
La afirmación de Laplace puede expresarse con otras palabras, en términos más modernos:
Si conociéramos la posición y el momento de todas las partículas del universo en un instante determinado, podríamos predecir todo su desarrollo pasado y futuro.

Durante el siglo XIX, el determinismo pasó a dominar la mentalidad filosófica (no la científica, por cierto), pero en el siglo XX sufrió tres ataques devastadores que lo hicieron insostenible. Voy a citar aquí esos tres ataques en orden lógico, no en orden cronológico:
  1. El principio de incertidumbre de Heisenberg, que en su forma más conocida dice lo siguiente:
Werner Heisenberg
No es posible conocer con exactitud absoluta la posición y el momento de una partícula en un instante del tiempo determinado.
Obsérvese que este principio se aplica, no sólo a todas las partículas del universo, como dice la forma modernizada de la afirmación de Laplace, sino a cada una de esas partículas.
Los físicos y los filósofos no están de acuerdo en la trascendencia del principio de incertidumbre. Algunos piensan que cada partícula tiene una posición y un momento bien definidos, aunque nosotros no podemos conocer las dos propiedades al mismo tiempo con exactitud arbitraria, lo que daría lugar a una incertidumbre epistemológica. Otros creen que la incertidumbre es física, o sea, que las partículas, en realidad, no tienen posición y momento claramente determinados.
Ante el desafío del principio de incertidumbre, los deterministas podrían contestar lo siguiente:
De acuerdo: nunca seremos capaces de conocer exactamente las propiedades de todas las partículas del universo en un momento dado. Pero ¿no podríamos llegar a conocerlas con suficiente aproximación como para poder predecir, con un margen razonable, todo el desarrollo pasado y futuro del cosmos?
El segundo ataque devastador contra el determinismo dio respuesta a esta pregunta:
  1. La teoría del caos, pre-formulada por Poincaré y formulada por Edward Lorenz durante los años 50, que dice lo siguiente:
En los sistemas caóticos, diferencias muy pequeñas en las condiciones iniciales dan lugar a diferencias enormes en los resultados finales.
Como las ecuaciones de Newton describen un sistema caótico, y puesto que el universo dura ya un tiempo muy grande (unos 13.800 millones de años) se sigue que jamás podremos hacer predicciones correctas sobre su evolución a largo plazo.
Al igual que en el caso anterior, los físicos y los filósofos no se ponen de acuerdo sobre el tipo de incertidumbre que se deriva de la teoría del caos. Aunque la mayor parte piensan que es epistemológica (que sólo limita nuestra capacidad de conocer), algunos, como Ilya Prigogine, piensan que se trata de incertidumbre física, o sea, intrínseca.
Ante el doble desafío del principio de incertidumbre y la teoría del caos, los deterministas, apoyándose en la hipótesis de que estas incertidumbres pueden ser epistemológicas, podrían contestar lo siguiente:
De acuerdo: nunca seremos capaces de calcular las trayectorias de todas las partículas del universo. Pero eso no implica que esas trayectorias no existan, aunque sean incognoscibles para nosotros, para el demonio de Laplace y para cualquier otro ente consciente dentro del universo.
La respuesta a esto la da el tercer ataque:
Niels Bohr
  1. Interpretación de Copenhague de la mecánica cuántica: Según Niels Bohr y su escuela, la física de las partículas elementales no es determinista, sino aleatoria, con indeterminismo físico, lo que significa que:
No sólo es imposible predecir el desarrollo futuro del universo a largo plazo, sino también en cada uno de los pasos instantáneos de su existencia (en cada colapso cuántico).

Es cierto que la ecuación de Schrödinger, que describe el comportamiento de las partículas elementales antes del colapso cuántico, es determinista. Pero el colapso cuántico, que según esta interpretación sirve de interfaz entre los fenómenos microscópicos cuánticos y los macroscópicos clásicos, es indeterminista. De eso no se puede escapar, salvo rechazando la interpretación de Copenhague.

La interpretación de Copenhague ha sido predominante en la física cuántica durante todo el siglo XX. Muchos intentos de echarla abajo han fracasado. Para salvar el determinismo, la única opción que les queda a sus partidarios es negarla, sustituirla por otra interpretación que no implique indeterminismo físico. Hasta ahora, todas las propuestas han fracasado, por lo que la única escapatoria de los deterministas ha sido recurrir al multiverso cuántico (véase otro artículo de este blog), según el cuál en cada colapso cuántico (o sea un número enorme de veces cada segundo) el universo se divide en dos universos paralelos en los que los dos resultados posibles del colapso habrán tenido lugar (uno en un universo, el otro en el otro). El multiverso cuántico implicaría que no existe un solo universo, sino un número enorme, mayor que ningún otro número conocido, y cualquier cosa que pueda suceder habrá sucedido en alguno de esos universos. Así se consigue recuperar el determinismo. Nuestro universo no sería determinista, pero el conjunto del multiverso cuántico sí lo sería.

Lo que no explica esta teoría demencial y no científica (porque afirma algo cuya falsedad no se puede demostrar) es por qué nosotros estamos en este universo concreto y no en otro de los muchísimos que existirían simultáneamente.

Entre tanto, el indeterminismo intrínseco de la base física del universo hace posible cosas como la intencionalidad humana, la voluntad libre y la interacción de Dios con el universo, no porque el indeterminismo sea lo mismo que la libertad, sino porque al declarar abierto el conjunto de causas eficientes, permite que existan otras causas (las causas finales) cuya existencia niega el determinismo.

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Manuel Alfonseca
Agradezco a Ana Márquez, que me sugirió este artículo

12 comentarios:

  1. Francisco Javier García Alonso8 de junio de 2017, 10:24

    ¡Cuanto se agradece la claridad expositiva!

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  2. Enhorabuena por el artículo, como siempre la intervención es atinada y brillante. Esto es un mazazo para las teorías del materialismo, y el multiverso parece un pobre intento de negar lo inevitable. Espero el siguiente artículo con interés.

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  3. Determinismo científico
    El determinismo científico es un paradigma científico que considera que, a pesar de la complejidad del mundo y su impredictibilidad práctica, el mundo físico evoluciona en el tiempo según principios o reglas totalmente predeterminadas y el azar es solo un fenómeno aparente.

    Hemos de considerar el estado actual del universo como el efecto de su estado anterior y como la causa del que ha de seguirle. Una inteligencia que un momento determinado conociera todas las fuerzas que animan la naturaleza, así como la situación respectiva de los seres que la componen, si además fuera lo suficientemente amplia como para someter a análisis tales datos, podría abarcar en una sola fórmula los movimientos de los cuerpos más grandes del universo y los del átomo más ligero; nada le resultaría incierto y tanto el futuro como el pasado estarían presentes ante sus ojos.1
    Pierre-Simón, marqués de Laplace
    Bien en consideración con el tema y con el debido respeto a mi querido amigo Manuel Alfonseca--Puedo añadir mi humilde comentario así: La evolución es una determinación científica comprobada, por ende ni espiritual ni humano...el ,materialismo no puede sumergirse a analizar ningún futuro,lo intrìnsecolo

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  4. -sigo- Lo intrínseco esta sujeto a los sentimiento del Espíritu Encarnado---quien llega dimensiones "INTERMEDIAS".. con el único fin de purificarse---ya que los errores son los que tenemos que corregirlos en la parte Etérea como en la materia...Un tema muy profundo para debatirlo...Gracias por vuestra amable comprensiòn.

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    1. Por favor, sería tan amable de definir "Espíritu encarnado", "purificación", "parte etérea" y "dimensión intermedia"; es que no he entendido absolutamente nada y eso que eran solo cuatro líneas.

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  5. Muchas gracias por el artículo, Manuel, y por citarme :-) Creo que me ha quedado un poco más claro.

    En algún sitio he leído (corrígeme, por favor, si me equivoco, que seguramente me equivocaré) que el gran problema de la "solución del multiverso" es que se necesitan dos tipos de multiverso con características totalmente distintas para explicar dos fenómenos también distintos. Pero, claro, el multiverso solo puede ser uno. Ambas deducciones serían excluyentes, es decir, que si existiera un multiverso, no existiría el otro y a la inversa... A ver si me explico, ¡glups! quiero decir que, para explicar el colpaso de onda se necesitaría un multiverso que, como tú bien dices en el artículo, estaría formado por millones de universos muy parecidos al nuestro, prácticamente idénticos (por ejemplo, si en este universo en el que estamos tiramos una moneda al aire y sale cruz, en otro universo paralelo de ese multiverso saldría cara, en otro no tiraríamos la moneda, en otro haríamos otra cosa... y así hasta completar, si esto fuera posible en este contexto, las infinitas posibilidades de partida), sería, pues, un multiverso con unas características radicalmente distintas al multiverso necesario para explicar el Ajuste Fino, es decir, este multiverso tendría que estar formado por millones de universos prácticamente vacíos, sin el menor parecido con el nuestro, para entender que nosotros estamos precisamente en el que tiene unas leyes específicas que permiten la vida y todo lo demás. Igual me estoy liando... En resumen, que yo tengo entendido que el multiverso necesario para explicar el Ajuste Fino y el multiverso necesario para explicar el colpaso cuántico son radicalmente distintos y se excluyen.

    ¿Cómo se solucionaría esto? :-) O igual lo he entendido todo mal, ya me dirás.

    Aprovecho para dejarte link a mi nuevo post. Una vez más parece que nos hemos puesto de acuerdo para tocar temas parecidos al mismo tiempo :-) En mi caso el materialismo promisorio, que, como el determinismo, pretende explicarlo todo dentro de un par de días :-)

    http://frasesdedios.blogspot.com.es/2017/06/el-materialismo-promisorio-es-una.html

    Mi artículo, por supuesto, no le llega al tuyo a la planta del pie :-) pero una hace lo que se puede con lo poco que tiene. Un abrazo y mil gracias por todo, Manuel.

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    1. Ana, tu blog no admite comentarios por lo que me tomo la libertad abusando de la confianza del profesor Alfonseca que si los permite para decirte que tu artículo es magnífico y que desde la perspectiva de quien, como sabes que soy, es educador en la fe , no tanto de niños sino de jóvenes, tu consejo final a padres y adultos es no solo bueno sino imprescindible.
      Gracias de nuevo, tanto a ti como al profesor por enseñanos de manera tan interesante y tan fácil.

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    2. ¡Gracias, Tiochafa! :-) Espero que todo te vaya bien, ahora hace tiempo que no contactamos. Un abrazo!

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  6. Lamento la terrorífica redacción de mi comentario anterior, las prisas son malas compañeras de viaje :-) Perdón a todos, espero que, al menos, se entienda. Abrazos.

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    1. En efecto, Ana, no hay una sola teoría del multiverso, sino seis, todas incompatibles entre sí, como expliqué en este artículo: http://divulciencia.blogspot.com.es/2014/11/multiverso-y-problema-ajuste.html. Casi todos tratan de resolver el problema del ajuste fino, pero la teoría de Everett apunta al indeterminismo cuántico, como he explicado en este artículo. Cinco de las teorías suponen un multiverso cuántico, con lo cual no hacen más que retrasar el problema del ajuste fino, porque ¿por qué ha de ser cuántico el multiverso? ¿Porque es el único que sería compatible con nuestra existencia? El sexto (el multiverso matemático) se ajusta a lo que parecen creer muchos físicos hoy día: si las matemáticas son coherentes, debe ser real.

      Está muy bien tu artículo sobre el materialismo promisorio.

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  7. Muy interesante articulo. Sin embargo, no me queda clara la conclusión que se extrae sobre la existencia del libre albedrío en el ser humano. Principalmente porque en su articulo "freedom in the block universe" finaliza señalando la probable incompatibilidad del "block universe" con el libre albedrío. ¿Propone entonces que el libre albedrio no existe o que el modelo es invalido?

    ¡Un saludo!

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    1. Propongo que el libre albedrío sí existe y que, por tanto, el tiempo-bloque no es un modelo válido. Hablé de eso en este otro artículo: http://divulciencia.blogspot.com/2016/02/tiempo-o-tiempo.html

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