La ignorancia científica de los políticos


Robert N. Proctor
Veamos algunas citas recientes en la prensa sobre la ignorancia científica de los políticoscomo muestra de una nueva disciplina para la que Robert Proctor ha acuñado el término agnotología:
- El País, 8/10/2014. Titular: “Han elegido la ignorancia”. Científicos europeos acusan a los líderes políticos de perder "el contacto por completo con la realidad del mundo de la investigación"
- El Mundo, 19/11/2013. Entrevista con Joan Guinovart. Titular: Nuestros políticos son bastante ignorantes en materia científica
- Ross Pomeroy, 23/8/2012. Titular: Politicians ignorant of science because we are. Este artículo afirma que el porcentaje de científicos (término que incluye las ciencias de la salud) en el Congreso de los Estados Unidos es del 6,9%, más o menos el mismo que la proporción de científicos en la población global (6,4%).
- Nigel Morris, 2/8/2010, Independent (Reino Unido). Titular: Only scientist in Commons ‘alarmed’ at MPs ignorance. El texto explica que Julian Huppert, investigador en bioquímica que fue elegido como parlamentario Liberal Demócrata por Cambridge en las últimas elecciones, dijo que se sentía alarmado ante la falta de conocimientos científicos de sus colegas.
- Blog de la Asociación Española de Comunicación Científica (AECC), 3/12/2008. Titular: Los políticos no saben qué es el CO2.
- Artículo de Fernando Valladares en eldiario.es, 2/6/2012. Titular: Cuando la política no coincide con la ciencia. Este artículo contiene un párrafo muy interesante que demuestra, más que la ignorancia de los políticos, deficiencias en el autor del artículo que se queja de dicha ignorancia. Es este:
¿Por qué la política del siglo XXI se separa del conocimiento científico en cuestiones importantes y con repercusiones profundas en la sociedad? ¿Lo hace por la ignorancia de los políticos sobre estos temas? ¿Lo hace por negación a priori como en la Edad Media? ¿Lo hace porque otros intereses empujan a esta separación? En la era de Internet y la hiperinformación, la ignorancia como explicación para este divorcio entre la política y la ciencia parece descartable. Las otras dos explicaciones dan escalofríos. Y de momento no se me ocurren más.
De los tres motivos que aduce, el segundo (por negación a priori como en la Edad Media) indica falta de conocimientos respecto a la historia de la ciencia. No hubo, durante la Edad Media, tal negación a priori de la ciencia. Al contrario, toda nuestra ciencia desciende en línea directa de la ciencia medieval. Al respecto puede verse otro artículo mío en este blog.
También es discutible esta afirmación: En la era de Internet y la hiperinformación, la ignorancia como explicación para este divorcio entre la política y la ciencia parece descartable. No es descartable en absoluto. Como se ve en los otros artículos que cito, la mayor parte de los políticos (y de los ciudadanos) son ignorantes en ciencia, a pesar de la hiperinformación.
Woody Allen
Veamos también algunas citas de personajes célebres al respecto:
Robert Louis Stevenson: La política es quizá la única profesión para la que no se considera necesaria ninguna preparación.
Groucho Marx: La política es el arte de buscar problemas, encontrarlos, hacer un diagnóstico falso y aplicar después los remedios equivocados.
Woody Allen: La vocación del político de carrera es hacer de cada solución un problema.


Winston Churchill: El político debe ser capaz de predecir lo que va a pasar mañana, la semana que viene, el mes próximo y el año que viene; y de explicar después por qué no ocurrió lo que predijo.
A propósito, Churchill fue un político que sí sabía de ciencia. Incluso escribió algún artículo de divulgación científica, como se cuenta aquí.


Toqué este tema en un artículo anterior: Ideología y desprecio a la ciencia. ¿En manos de quiénes estamos?

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Manuel Alfonseca

7 comentarios:

  1. Muy buen post, Manolo, como de costumbre. Muchas gracias.

    Algunos comentarios, no sobre ti ni tu comentario, ¡vive el cielo!, sino en general sobre el apasionante tema que hoy nos muestras:

    1. En lo que yo sé, aún hoy "la" referencia sobre este asunto (ciencia y políticos) sigue siendo Max Weber: http://amzn.to/2es2EzR

    2. Los políticos no vienen del planeta Marte. Son gente como nosotros, elegidos (en el mejor de los casos) por nosotros, entre nosotros

    3. Utilizar la figura del político a modo de "pushing ball" es una práctica muy útil para desahogarnos y volcar nuestras iras y frustraciones en ellos

    4. Cada ciudadano es muy libre de repartir sus energías, su tiempo, sus recursos como estime más conveniente entre:
    a) sus propios intereses y b) la gestión de la cosa pública o bien común

    5. Creo haber leído a Daniel Innerarity que en la antigua Grecia "idiota" era la palabra con la que se desiganaba a la persona que 'pasaba' de la política. Si la cita es equivocada, ofrezco mis disculpas por anticipado.

    6. El panorama político actual requiere, para avazar hacia de cotas de mayor equidad social, más y mejor política; más y mejores políticos.

    Ale, ya me he quedado a gusto. Gracias, de nuevo, por tu blog. Un fuerte abrazo, Felipe.

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    1. En efecto, idiotes era el término que aplicaban los griegos a los que se dedicaban a sus asuntos propios y pasaban de los públicos. Viene de idios, privado, particular, personal. Cuando los romanos copiaron el término, pasó a significar ignorante. En la edad Media fue durante algún tiempo sinónimo de ateo :-) Los médicos del siglo XVII lo aplicaron por primera vez a una disminución psíquica. Después, como casi todos los términos que tienen ese significado, acabó convirtiéndose en insulto.

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  2. Hemos descubierto el agua tibia; la sabiduría nunca ha coincidido con el pensamiento de las masas, siempre ha estado por encima de ellas. Si los políticos emergen de las relativamente incultas masas, de las que son sus representantes, ¿Cómo se puede esperar que tengan buena formación científica, de la que adolece casi toda la sociedad? Este problema ya lo han intentado resolver desde Pitágoras y Platón que intentaron crear sociedades dirigidas por sabios o filósofos (sin éxito) y sigue en la actualidad donde muchos científicos reclaman una sociedad más tecnocrática, donde los propios científicos tengan una mayor participación en las decisiones políticas en los campos en los que les incumbe.

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    1. Si los científicos tomaran el poder, como en "La Nueva Atlántida" de Francis Bacon, no tardaría en aplicárseles el dictum de Lord Acton: El poder corrompe y el poder absoluto corrompe absolutamente.

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    2. Me temo que ser "científico" no te convierte en un ser humano mejor o superior o más sabio, ni es garantía de nada.

      Recuérdese los inhumanos experimentos que hicieron los científicos nazis. O las masacres que provocaron los científicos soviéticos con la implantación de su llamado "ateísmo científico". Me parece que fue Todorov quien dijo que aquella "ideología totalitaria elevada a verdad absoluta, llevaba a que se practicara un cientifismo (incluso salvaje) para crear una sociedad perfecta".

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    3. Como he dicho en mi comentario anterior en este hilo, mi intención al escribir este artículo no es propugnar que los científicos sean políticos, ni que los políticos sean científicos. Pero sí pienso que los políticos no deberían ser ignorantes, en ciencia y en muchas otras cosas. Que sepan al menos qué es el CO2. Que sepan tanto como mis compañeros de colegio, en la última fase del bachillerato. Ya sé que los actuales estudiantes de bachillerato saben bastante menos. Pero esa es otra historia, de la que ya he hablado en otro artículo de este blog: ¿Se enseña bien la ciencia en España?

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    4. Intervengo en esta polémica. Depende de que científicos. Los nazis fueron muy selectivos, y rechazaron a los científicos judíos. Entre otros se practicó la quema de libros, y por ejemplo Hitler creía en la teoría intraterrestre, y en la astrología. Durante el nazismo se prohibió la vivisección, y se fomento el buen trato a los animales. Respecto al retroceso Haffner dijo, que si Hitler no hubiera echado a los científicos judíos, que tenía habría ganado la Guerra Mundial. De todas no es el úunico caso aberrante Stalin promocionó a Lysenko, que negaba la teoría genética. En Estados Unidos se practicaron los experimentos de Tucksegee, y en Japón se experimentó con prisioneros vivos. Esto lo describe el escritor Shusaku Endo en su novela "Mar y veneno".
      No tengo más, que felicitar al señor Alfonseca por su maravilloso artículo, aunque creo que el tema de la ignorancia en temas científicos es un pecado colectivo. Yo también aprovecho paraentonar el mea culpa, y expresar mi ignorancia en estas cuestiones, pero como dice San Agustín. "Para llegar a las cimas de la sabiduría es preciso partir de los abismos de la más negra ignorancia", y creo, que estoy en el mejor de los caminos. PD. Espero, que no me confundan con un robot :-).

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