![]() |
Formica fusca |
Las hormigas, himenópteros
emparentados con las avispas, son insectos sociales. Un hormiguero o colonia
de hormigas puede contener, desde unas docenas de individuos, hasta más
de medio millón. El número de castas varía, según la especie, entre tres
(machos y hembras fecundos, obreras o hembras estériles) y más de veinte. La
alimentación que recibe una larva decide la casta a la que pertenecerá.
Entre las hormigas han
surgido extrañas formas de parasitismo, como en las amazonas (Polyergus),
cuyas obreras se especializan para la lucha y mueren de hambre, en presencia de
comida, a menos que una obrera de la especie Formica fusca las
alimente. Para apoderarse de esos auxiliares, las amazonas atacan los nidos de Formica
fusca, matan a su reina y esclavizan a las obreras. En casos extremos,
como las hormigas del género Anergates, la reina invade un nido
del género Tetramorium, suplanta a su reina, y alimentada por las obreras
de la otra especie, produce huevos que se convierten en reinas y machos, sin
generar obreras propias, pues no las necesita.
Es probable que la evolución
haya alcanzado en los insectos sociales
las más altas cotas de complicación instintiva que se pueden lograr con un
sistema nervioso tan limitado como el de los artrópodos. En las decenas de
millones de años transcurridos desde el origen de estas sociedades, la
evolución sólo ha introducido cambios secundarios, que han dado lugar a una
gran diversidad: hay más de tres mil especies de hormigas, pero no parece haber
habido avances en su estructura social. Son animales de gran éxito, muy
abundantes y extendidos por todo el mundo, pero estancados.