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Julio Verne |
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En 1867, Julio Verne publicó su famosa novela
Viaje al Centro de la Tierra, cuyos protagonistas encuentran a gran profundidad un océano subterráneo
al que bautizan como
mar de Liddenbrock, y son testigos de la lucha a muerte de dos grandes animales marinos: un
plesiosaurio y un ictiosaurio, supuestos descendientes de antepasados que se
hundieron con el mar de Liddenbrock hace cien millones de años y
sobrevivieron allí, protegidos por la corteza terrestre, mientras sus
congéneres de la superficie se extinguían como consecuencia del impacto del
meteorito o cometa que acabó con casi todos los dinosaurios, aunque esto no
se sabía en tiempos de Verne. Pero ¿qué eran esos plesiosaurios e
ictiosaurios que poblaban los mares durante la era Mesozoica, antes llamada
Secundaria?
En los albores de la
era de los dinosaurios, los océanos de la Tierra formaban un único mar,
Panthalassa, que rodeaba al supercontinente
Pangea. En este vasto océano global, a principios del período Triásico,
aparecieron los ictiosaurios. A partir del Jurásico, y durante el resto del
Mesozoico, Pangea se fue fragmentando poco a poco, lo que dio origen a
nuevos mares.