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Karl Popper |
Aunque esté de moda decir que las
teorías de Karl Popper sobre la evolución de la ciencia están pasadas de moda,
su definición de lo que es una teoría científica es inapelable:
Una teoría es científica si y sólo si es posible diseñar
un experimento que demuestre que esa teoría es falsa.
Un caso paradigmático es la Interpretación de Copenhague de la Mecánica Cuántica.
En 1935, Einstein, Podolsky y Rosen diseñaron un
experimento que podría echar abajo dicha teoría. Unos meses más tarde,
Niels Bohr publicó otro
artículo en la misma revista, en el que respondía al artículo anterior.
Casi 30 años después, como expliqué en otro
artículo de este blog, el experimento EPR, que hasta entonces había sido
mental, pudo llevarse a cabo y confirmó las predicciones de Bohr, en lugar de
las de Einstein. Como esta teoría fue capaz de resistir un intento de demostrar
su falsedad, debe ser considerada como una teoría científica.
Eso sí, este éxito de la teoría
no implica que automáticamente deba considerase correcta o verdadera. Las
teorías científicas (siempre según Popper) nunca llegan a serlo. Esta ha
resistido con éxito un intento de echarla abajo, pero el próximo podría
conseguirlo.