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jueves, 14 de diciembre de 2023

La edad de oro de la divulgación científica

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La divulgación científica, tal como se realizó a partir de 1970, puede dividirse en tres grandes grupos:

  • Alta divulgación científica, representada por las revistas de mayor nivel, dirigidas a lectores con buena base científica, que desean mantenerse al día sobre los avances realizados en disciplinas distintas de la suya:
    • Scientific American, que había entrado en su segundo siglo de existencia y que publica cada año, con periodicidad mensual, menos de cien artículos largos, selectos, amén de un número reducido de artículos cortos, de información. Su prestigio aumentó aún más cuando se convirtió en el medio a través del cual se hicieron públicos algunos descubrimientos importantes, que eligieron esta revista en lugar de publicaciones científicas más conocidas, como Nature o Science. Así, en octubre de 1970, Martin Gardner publicó en su sección (Mathematical Games) el primer artículo dedicado al Juego de la Vida, ideado por el matemático británico John Conway: The fantastic combinations of John Conway's new solitaire game "life". Y en mayo de 1975, Gregory Chaitin publicó en Scientific American su famoso artículo Randomness and Mathematical Proof, en el que demostró que la aleatoriedad de los números enteros es indecidible, un teorema de indecidibilidad comparable a los de Gödel.

jueves, 9 de marzo de 2023

La paradoja de la información que surge de la nada

Ted Chiang
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En un artículo anterior de este blog hablé de las paradojas que podrían ocurrir si fuese posible viajar en el tiempo. Una de ellas era esta:

  • La aparición de objetos sin causa, ilustrada por el cuento de ciencia-ficción Find the sculptor de Sam Mimes, que puede resumirse así: en su primer viaje, el inventor de la máquina del tiempo da un salto de 100 años hacia el futuro, donde encuentra una estatua que ha sido erigida en su honor. Toma la estatua, viaja con ella 100 años hacia el pasado (o sea, al punto de partida de su viaje), y la coloca en el mismo sitio en que la encontró, donde permanecerá durante 100 años sin que nadie la toque. Pero ¿quién hizo la estatua? Nadie. Es un objeto sin causa que sólo existe durante esos cien años.

jueves, 2 de junio de 2022

¿Son calvos los agujeros negros?

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Los agujeros negros son unos objetos muy raros. Son acumulaciones de materia enormemente compacta, que ejerce una gravedad tan grande, que a menos de cierta distancia (el horizonte de sucesos) nada puede escapar de su atracción, ni siquiera la luz. De ahí su nombre.

La existencia de los agujeros negros había sido predicha en el siglo XVIII por el geólogo inglés John Michell y por el astrónomo francés Laplace. Por entonces nadie hizo demasiado caso, pero a partir de 1915, cuando Einstein formuló la teoría de la Relatividad General, el interés por estos objetos misteriosos creció. Pronto se llegó a la conclusión de que, cuando una estrella de gran masa agotara la posibilidad de producir reacciones nucleares de fusión, ninguna fuerza de la naturaleza sería capaz de vencer la atracción de la gravedad de la materia resultante, por lo que se produciría un agujero negro. Pero durante mucho tiempo se dudó de su existencia real, porque la teoría parecía predecir que la materia situada en el interior de un agujero negro ocuparía un volumen nulo y por tanto tendría una densidad infinita. Como los físicos suelen sospechar que el infinito es un concepto matemático que no se puede alcanzar en la vida real, sólo se veían dos posibilidades: o bien los agujeros negros no existen, o bien habría que modificar la teoría de Einstein para que no alcancen una densidad infinita.

jueves, 9 de julio de 2020

¿Cuándo es buena la divulgación científica?

Isaac Asimov
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Noticia publicada el 20 de noviembre de 2007 en ABC: 
El Jugene, el ordenador civil más potente y ecológico del mundo, es alemán. [En la] localidad renana de Jülich [se ha puesto en marcha] el Jugene (Jülicher Blue Gene), cuyas 167.000 millones de operaciones básicas (teraflops) por segundo lo han aupado como el primero del mundo para uso civil...
En realidad, los ordenadores más potentes de entonces funcionaban a unos pocos cientos de teraflops. La noticia exagera la velocidad en nueve órdenes de magnitud. Este error no ha sido corregido.
Oído en Radio Nacional el 30 de mayo de 2008: Los pescadores se quejan de la subida del gasóleo. Hace cinco años les costaba un 320% menos. O sea, hace cinco años les pagaban por llenar el depósito.
Veamos otro ejemplo publicado en ABC el 18/2/2020. El titular dice: Científicos logran generar electricidad de la “nada”. El texto aclara que la saca de la humedad del aire actuando sobre una proteína.
Estos errores, tan frecuentes en los medios de comunicación (podría aportar muchos más), me han llevado a formular la siguiente regla de oro de la divulgación científica:
Cualquier afirmación debe ser correcta y contrastada
Todo lo que se diga debe comprobarse detenidamente para asegurarnos que no se trata de un error, de una noticia apresurada o tergiversada, o en el peor caso, de una noticia falsa.
Otro error típico de la divulgación científica en los medios de comunicación es presentar como realizadas noticias que en realidad no son más que predicciones de futuro. Esto suele ocurrir sobre todo en los titulares, porque se intenta siempre reducirlos al tamaño mínimo manteniendo el máximo impacto. Por ejemplo, en la noticia publicada en ABC el 13/2/2020, el titular es Marte también se hizo a golpes y durante mucho tiempo. El subtítulo, sin embargo, es mucho menos tajante. Lo que el titular da como seguro, pasa a ser sólo posible: El planeta rojo pudo ser impactado por pequeños mundos de distintos tamaños en los inicios de su historia.
La estadística se presta a muchas manipulaciones, a veces con consecuencias inesperadas:
En 1995, un estudio demostró que la píldora anticonceptiva aumenta un 100% el riesgo de trombo-embolia. La prensa lo publicó con grandes titulares. Miles de mujeres dejaron de tomar la píldora. Se estima que, en consecuencia, se produjeron 10.000 abortos más, sólo en Gran Bretaña.
¿Qué había pasado en realidad? ¿Qué descubrió ese estudio?
Riesgo de trombo-embolia en mujeres que no toman la píldora: 1 en 14.000. Riesgo de trombo-embolia en mujeres que toman la píldora: 2 en 14.000.
En este caso, la noticia no era incorrecta. Lo que estaba mal era la forma de plantearla. Es verdad que el riesgo aumentaba un 100% (de 0,00007 a 0,00014). Pero expresada así, la noticia se prestaba a provocar un pánico, como así ocurrió.
He puesto más ejemplos en dos artículos antiguos de este blog: este y este.
Veamos una lista de 20 divulgadores famosos de todos los tiempos:
Michael Faraday
Galileo Galilei, Michael Faraday, Jean Martin Charcot, Camille Flammarion, George Gamow, Willy Ley, Isaac Asimov, Arthur C. Clarke, Konrad Lorenz, Stephen Jay Gould, Martin Gardner, Douglas Hofstadter, Ian Stewart, Raymond Smullyan, Steven Weinberg, Richard Feynman, Carl Sagan, Stephen Hawking, Roger Penrose y Paul Davies.
A los que añadiré cuatro divulgadores españoles famosos:
Santiago Ramón y Cajal, Josep Comas i Solà, Gregorio Marañón y Félix Rodríguez de la Fuente.
Santiago Ramón y Cajal
Casi todos ellos eran científicos, distribuidos entre las siguientes especialidades: 3 matemáticos, 12 físicos, químicos y astrónomos, 3 biólogos, 4 médicos y un ingeniero. La excepción es Martin Gardner, que se graduó en filosofía, aunque luego se especializó en filosofía de las matemáticas. Algunos de ellos abordaron varias disciplinas o se mantuvieron al día en ellas, al menos desde el punto de vista divulgativo.
Muchos de los divulgadores mencionados abordaron también la otra forma de divulgar la ciencia: a través de la ficción. Algunos de los nombres indicados son también famosos como autores de novelas de ciencia-ficción o simplemente de ficción, con algún detalle científico: Asimov, Clarke, Gamow, Sagan, Davies, Ramón y Cajal, y Marañón escribieron novelas, algunas de las cuales están consideradas entre las mejores del género.
¿Nacen los divulgadores o se hacen? Seguramente ambas cosas a la vez. La mejor definición de un divulgador la dio Willy Ley, cuando uno de sus maestros planteó a sus alumnos que hicieran un trabajo desarrollando la siguiente cuestión: qué quiero ser de mayor y por qué. Willy Ley respondió: Quiero ser explorador. Al maestro no le gustó la respuesta, dijo que ya no quedaba nada por explorar. Evidentemente, el maestro se equivocaba.
Hilo Temático Divulgación Científica: Anterior Siguiente
Manuel Alfonseca

Agradezco a Felipe Gómez-Pallete,
que me sugirió el tema de este artículo.
Felices vacaciones. Hasta septiembre

jueves, 16 de enero de 2020

Seis años de DivulCiencia

Albert Einstein
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Esta semana celebramos un pequeño aniversario: seis años desde que se creó este blog. En este tiempo, sin contar este, he publicado 276 artículos. La versión en inglés del blog es un poco más reciente: se creó 30 semanas después, en agosto de 2014, y ahí he publicado 267 artículos.
Para celebrar la fecha de algún modo, he decidido calcular la lista de personas más mencionadas en el blog en estos seis años. La tabla siguiente muestra los nombres de las diez personas más citadas y el número de veces que se ha citado su nombre:

Nombre
Veces citado en DivulCiencia
Albert Einstein
47
Isaac Newton
37
Stephen Hawking
19
C.S. Lewis
17
Aristóteles
17
Charles Darwin
17
Isaac Asimov
16
Richard Dawkins
13
Arthur C. Clarke
11
Ptolomeo
10

jueves, 5 de septiembre de 2019

George Ellis y el multiverso

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George Ellis
George Ellis es un cosmólogo sudafricano que saltó a la fama hace casi medio siglo cuando escribió un libro junto con Stephen Hawking (The Large Scale Structure of Space-Time, 1973) que hoy se considera clásico.
En un artículo anterior de este blog, publicado en noviembre de 2014, mencioné que hay seis teorías independientes sobre el multiverso, casi todas ellas incompatibles entre sí. En un artículo reciente titulado Theory Confirmation and Multiverses publicado en el libro Why Trust a Theory?, editado por Radin Dardashti, Richard David y Karim Thébault (Cambridge University Press, 2019), George Ellis pone al día las teorías de los multiversos, pero ya no encuentra seis, como yo hace cinco años, sino nueve, y aún se le ha quedado fuera alguna, pues no habla de una de las seis que yo mencionaba en mi artículo (la de Smolin), quizá porque esa teoría haya sido abandonada. Las nueve teorías son:

jueves, 18 de abril de 2019

El espacio como punto de concordia de la humanidad


Lanzamiento de un cohete V-2 en 1943
La exploración del espacio empezó hace unos setenta años, como continuación del esfuerzo bélico del Tercer Reich para desarrollar misiles balísticos (el cohete V-2) para bombardear la Gran Bretaña y otros lugares sin necesidad de utilizar aviones.
Al fin de la Segunda Guerra Mundial, las dos nuevas grandes potencias (los Estados Unidos y la Unión Soviética) reclutaron a los científicos y técnicos que habían llevado a cabo los avances alemanes en ese campo, para llevárselos a sus respectivos países y poner en marcha programas de exploración espacial, cuyo primer objetivo era, por supuesto, obtener ventajas militares en la guerra fría que acababa de empezar. Como consecuencia de la Operación Paperclip (el programa estadounidense de captación), científicos alemanes tan importantes como Werner von Braun pasaron a trabajar en los Estados Unidos. Un programa soviético equivalente (la operación Osoaviajim) hizo lo mismo con científicos alemanes, quizá menos conocidos, pero igualmente eficientes. Con esta ayuda, ambas superpotencias comenzaron una carrera espacial que duraría varias décadas.

jueves, 21 de febrero de 2019

La irrazonable efectividad de la ciencia



Paul Davies
Paul Davies es un físico inglés, experto en cosmología y mecánica cuántica, muy conocido por su infatigable actividad como divulgador científico. En uno de sus artículos, con el mismo título que este [1], escribió lo siguiente:
El hecho de que del infierno sin rasgos distintivos del Big Bang emerja una variedad tan rica y compleja... como consecuencia de leyes de asombrosa simplicidad y generalidad... tiene un marcado sabor teleológico.
Y en el más famoso de sus libros, La Mente de Dios (1992), escrito en respuesta a Breve historia del tiempo de Stephen Hawking, Davies escribió las siguientes palabras:
El éxito del método científico para desentrañar los secretos de la naturaleza es tan deslumbrante, que nos puede cegar ante el mayor milagro científico de todos: que la ciencia funciona.
Lo que aquí plantea Davies tiene mucho que ver con uno de los problemas más acuciantes de nuestro tiempo, el debate entre realismo y anti-realismo, si usamos la nomenclatura de la filosofía analítica. Este debate se puede resumir con las siguientes palabras:

jueves, 20 de diciembre de 2018

Procesos irreversibles



Los físicos partidarios de considerar la flecha del tiempo como una ilusión tienen un problema: no toda la física es compatible con un tiempo reversible, como parecen indicar las ecuaciones y teorías mencionadas en un artículo anterior de este blog. Desde mediado el siglo XIX se conoce el segundo principio de la termodinámica, que se remonta a 1850, cuando Clausius introdujo el concepto de entropía y se constató que el valor de esta magnitud física aumenta siempre, si se mide en un sistema aislado que no intercambia materia ni energía con el exterior. Dado que el universo lo es, disponemos al menos de una magnitud física que permite señalar inequívocamente la dirección del flujo del tiempo.
Conscientes de este problema, los físicos partidarios de la reversibilidad del tiempo han respondido de distintas maneras: se ha dicho que el segundo principio de la termodinámica es una ley ficticia, subjetiva, que no se ajusta a la realidad; una ilusión mental; una aproximación; un efecto de las condiciones iniciales del universo. Se ha formulado la hipótesis de que, si el universo fuese cíclico, la flecha del tiempo podría invertirse durante la etapa de contracción. (Esta teoría ha sido abandonada). Para escapar del problema, Stephen Hawking propuso un universo sin condiciones iniciales en su Breve Historia del Tiempo. Es curioso ese deseo de defender a toda costa la reversibilidad temporal, puesto que fue Hawking precisamente quien propuso la existencia de una flecha del tiempo en los agujeros negros, que en lugar de ser permanentes podrían desintegrarse.
En 1928, un año después de proponer el término la flecha del tiempo, Arthur Eddington desafió a los físicos que adoptan estas posturas con las siguientes demoledoras palabras: Si tu teoría se opone al 2º Principio de la Termodinámica… la espera el colapso en la más profunda humillación (The Nature of the Physcal World, 1928).

jueves, 4 de octubre de 2018

Tiempo cíclico y tiempo lineal


Stephen Hawking
En un artículo publicado en 1999 en el volumen 879 de los Anales de la Academia de Ciencias de Nueva York, Pier Luigi Luisi plantea los dos modelos tradicionales del tiempo que han proliferado en la filosofía y la mitología tradicionales de las diversas civilizaciones históricas de la humanidad. No confundir con los dos modelos filosóficos originados en el siglo XX, el tiempo-A y el tiempo-B, de los que hablé en otro artículo de este blog.
  • El tiempo cíclico, predominante en las civilizaciones asiáticas y en el mundo greco-romano hasta que se impuso en él la visión cristiana del mundo. El origen de este modelo es evidente, pues muchos fenómenos naturales son cíclicos: la salida y la puesta del sol, las fases de la luna, los movimientos anuales de las estrellas, sincronizados con las estaciones y con muchos fenómenos biológicos...
  • El tiempo lineal, predominante en las tres religiones que se consideran descendientes de Abraham: judaísmo, cristianismo e Islam. Este modelo del tiempo se puede comparar con el transcurso de la vida de cualquier ser vivo, que empieza en el nacimiento, se prolonga con cambios durante cierto tiempo, y termina con la muerte.

jueves, 14 de junio de 2018

Errores en la divulgación científica mediática: Stephen Hawking no lo hizo todo


Stephen Hawking
Stephen Hawking ha sido durante décadas un icono científico para los medios de comunicación. Su penosa situación personal le ha convertido en una figura mediática, que atrae indefectiblemente la atención. Por ello, dichos medios tienen cierta tendencia a exagerar su labor científica, atribuyéndole logros que él no había conseguido y que sería el primero en repudiar, si estuviera aún entre nosotros.
Por ejemplo, con ocasión de su muerte, en diversos medios han aparecido los siguientes titulares:

jueves, 10 de mayo de 2018

Qué es una teoría científica

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Karl Popper
Aunque esté de moda decir que las teorías de Karl Popper sobre la evolución de la ciencia están pasadas de moda, su definición de lo que es una teoría científica es inapelable:
Una teoría es científica si y sólo si es posible diseñar un experimento que demuestre que esa teoría es falsa.
Un caso paradigmático es la Interpretación de Copenhague de la Mecánica Cuántica. En 1935, Einstein, Podolsky y Rosen diseñaron un experimento que podría echar abajo dicha teoría. Unos meses más tarde, Niels Bohr publicó otro artículo en la misma revista, en el que respondía al artículo anterior. Casi 30 años después, como expliqué en otro artículo de este blog, el experimento EPR, que hasta entonces había sido mental, pudo llevarse a cabo y confirmó las predicciones de Bohr, en lugar de las de Einstein. Como esta teoría fue capaz de resistir un intento de demostrar su falsedad, debe ser considerada como una teoría científica.
Eso sí, este éxito de la teoría no implica que automáticamente deba considerase correcta o verdadera. Las teorías científicas (siempre según Popper) nunca llegan a serlo. Esta ha resistido con éxito un intento de echarla abajo, pero el próximo podría conseguirlo.

jueves, 19 de octubre de 2017

Partículas virtuales

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Werner Heisenberg
El principio de incertidumbre de Heisenberg, una de las consecuencias de la mecánica cuántica, hace posible la aparición de partículas virtuales en el vacío, que aparentemente transgreden el principio de conservación de la energía, el más sacrosanto de la física. Esto se debe a que el principio de incertidumbre puede expresarse de varias formas, una de las cuales relaciona la incertidumbre en la energía con la incertidumbre en el tiempo:
DE.Dt≥ħ/2
Esta expresión se puede interpretar en el sentido de que un par de objetos, cada uno de ellos con energía E, puede aparecer espontáneamente a partir del vacío, siempre que dure como mucho un tiempo Dt<ħ/(2E). Estos pares de objetos se llaman partículas virtuales. Una de esas partículas es siempre materia, la otra antimateria, y su duración, de acuerdo con este principio, es ridículamente pequeña. Un electrón virtual, por ejemplo, duraría 1,3×10-21 segundos (poco más de una miltrillonésima de segundo). Cuanta más masa (energía) tenga la partícula virtual, menos tiempo durará. Al cabo de ese tiempo, las dos partículas se aniquilarán mutuamente y desaparecerán. Debido a su corta duración, la existencia de las partículas virtuales no ha podido comprobarse experimentalmente.
¿Es posible que estas partículas virtuales se conviertan en reales bajo determinadas circunstancias? Pues sí lo es, y se cree que hay por lo menos dos situaciones (algo drásticas, es cierto) en las que esto podría realizarse.

jueves, 25 de mayo de 2017

Un modelo matemático para viajar en el tiempo

Bienvenida para los viajeros en el tiempo
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El 28 de abril de 2017 se publicó en ABC un artículo con este título:
Crean un modelo matemático para construir una máquina del tiempo
y con el siguiente subtítulo:
El autor utiliza un espacio-tiempo continuo para demostrar con cálculos que esa posibilidad va más allá de la ficción
Ya pueden imaginar que con ese título y ese subtítulo el artículo entrará más bien en la categoría de artículos sensacionalistas sobre cuestiones sólo aparentemente científicas. En efecto, así es. En una lectura rápida de este artículo he detectado las siguientes incorrecciones:
Hermann Minkowski
  1. Confunde posibilidad teórica de viajar en el tiempo con construcción de una máquina del tiempo. Es decir, confunde la teoría con la práctica. Lo que Ben Tippett ha desarrollado es un modelo matemático, o sea, algo puramente teórico.
  2. Presenta la idea como algo totalmente nuevo, que pone fin a un buen número de fracasos y cálculos decepcionantes, cuando la posibilidad de que los bucles en el espacio-tiempo sean compatibles con la teoría general de la relatividad es ya bastante antigua. En 1992, por ejemplo, Stephen Hawking llegó a la conclusión de que no sería posible utilizarlos sin energía negativa, algo que no se sabe si existe. En 2005, el israelí Amos Ori propuso un procedimiento que supuestamente no la necesitaría, consistente en dar vueltas alrededor de una región vacía en forma de toro, rodeada por una esfera que contuviese cantidades enormes de materia (por ejemplo, un agujero negro). Esto no difiere mucho de lo que se está proponiendo ahora.

jueves, 23 de marzo de 2017

Trasplante de cerebro

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El 13 de febrero de 2017, La Razón Digital publicó una entrevista sobre trasplantes con Rafael Matesanz, de la que se hizo eco Madri+d, con el siguiente titular:
El trasplante de cerebro sería la panacea
Como de costumbre, los medios de comunicación prefieren los titulares más espectaculares, independientemente de que desvirtúen el sentido del artículo. En este caso, por ejemplo, el titular lo sacaron de una parte más bien secundaria de la entrevista. Esta:
–El cerebro.
–Sería reemplazable si supiéramos conectar las fibras que salen del sistema nervioso central con la médula, mientras no sea así... Aún estamos lejos, aunque ya nos gustaría porque eso significaría poder curar las tetraplejias y paraplejias.
...
– Fíjate lo que significaría para personas como Stephen Hawking, con un cerebro privilegiado, al que le puedas trasplantar un cuerpo sano. O muchas enfermedades vegetativas que estropean el cuerpo de forma motora, pero con el cerebro sano. Podría ser una forma de tratamiento insuperable, pero estamos lejos de conseguirlo. Conceptualmente sería la panacea.

jueves, 17 de noviembre de 2016

Alternativas al Big Bang

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La teoría del Big Bang tiene un problema, que se puede explicar con el siguiente conjunto de cuestiones:
  • Lo más alejado de nosotros que podemos ver es la radiación cósmica de fondo de microondas, que se originó unos 380.000 años después del Big Bang. Lo que ocurrió antes, no es posible verlo directamente, porque está oculto detrás de esa radiación.
  • Es verdad que no podemos verlo, pero sí podemos deducir lo que pasó en esos primeros 380.000 años, aplicando la teoría física estándar, que es la relatividad general. Además, es posible realizar comprobaciones experimentales de esas deducciones, porque proporcionan  predicciones, como la composición media del cosmos, que coincide muy bien con los datos experimentales.
  • El problema es que la relatividad general no nos sirve para llegar al tiempo cero, al Big Bang propiamente dicho. Esta teoría sólo se puede aplicar a partir de unos 5×10-44 segundos después del Big Bang (el tiempo de Planck), porque antes de ese tiempo los efectos cuánticos eran predominantes, y no disponemos de una teoría física que unifique la mecánica cuántica con la relatividad general.

jueves, 10 de noviembre de 2016

El universo ¿tuvo principio?

Georges Lemaître
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Esta pregunta ha apasionado a los científicos desde que el astrónomo, físico y sacerdote belga Georges Lemaître formuló en 1931 la teoría del átomo primitivo, que a partir de 1950 pasó a llamarse teoría del Big Bang. De acuerdo con esta teoría cosmológica, si el universo se está expandiendo, moviéndonos hacia atrás en el tiempo llegamos a la conclusión de que en cierto momento (hace 13.800 millones de años, nos dicen los cosmólogos) habría pasado por una singularidad, en la que el universo era mucho más pequeño, con un volumen que tendería a cero y una densidad y presión que tenderían a infinito. ¿Pudo ser este el principio del universo?
En 1951 el papa Pío XII, en un discurso ante la Academia Pontificia de Ciencias, pronunció estas palabras:
Una mente iluminada y enriquecida por los modernos conocimientos científicos, que valore serenamente este problema, se ve llevada a romper el círculo de una materia totalmente independiente y autóctona, ya sea por no haber sido creada, o porque se haya creado a sí misma, remontándose a un Espíritu creador... Parece en verdad que la ciencia de hoy, remontándose de un salto a millones de siglos atrás, haya conseguido dar testimonio del “Fiat lux” primordial, en el que surgió de la nada con la materia un mar de luz y de radiaciones, mientras las partículas de los elementos químicos se rompían y se reunían en millones de galaxias.

jueves, 26 de noviembre de 2015

Falacias lógicas

Stephen Hawking

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En el artículo anterior mencioné que los defensores del materialismo cientificista incurren a menudo en falacias lógicas, aunque no suelen darse cuenta de ello, probablemente porque sus conocimientos de filosofía no son muy profundos. A menudo, por otra parte, desprecian la filosofía, sin darse cuenta de que la lógica (que es una parte de la filosofía) estudia nuestro modo de pensar, y que sin ella la ciencia se queda sin base de sustentación. Así, Stephen Hawking escribió al principio de su libro El gran diseño:
La filosofía ha muerto… Los científicos se han convertido en los portadores de la antorcha de los descubrimientos en nuestra búsqueda de conocimiento.
Y a partir de ahí se dedica a hacer filosofía en un libro de divulgación científica.
En mis debates con partidarios del cientificismo materialista, a menudo he tenido que señalar a mis adversarios que estaban incurriendo en alguna falacia lógica. Generalmente se resisten a reconocerlo, pero cuando se les explica acaban por hacerlo (supongo, porque usualmente la discusión termina ahí). Con esto no quiero dar a entender que yo esté exento de cometer falacias lógicas, porque todos somos humanos, pero al menos hasta ahora no me han señalado ninguna. Claro que es posible que las haya cometido, y quienes estaban debatiendo conmigo no se hayan dado cuenta.

jueves, 2 de julio de 2015

Preguntas a los ateos materialistas

Steven Weinberg
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Existe una página web (ateo en 10 preguntas) que propone a los creyentes 10 preguntas que, en opinión de su autor, deberían plantearse y meditar profundamente, y si lo hacen acabarán convenciéndose de que sus creencias religiosas son absurdas y que lo mejor que pueden hacer es convertirse al ateísmo. La verdad es que, después de leerlas, nos parecen lamentables y opinamos que ningún creyente se puede sentir amenazado por ellas. Sin embargo, la lectura de esta página nos ha sugerido la idea de que este tipo de aportaciones es un arma de dos filos, pues el mismo procedimiento puede utilizarse para demostrar lo contrario de lo que quería conseguir el autor, también se puede ser escéptico respecto al materialismo. Por eso planteamos aquí algunas preguntas y ofrecemos el enlace a la página en cuestión, para dar al lector la oportunidad de comparar imparcialmente ambos enfoques y sacar sus propias conclusiones.

1.      Considere esta afirmación: Sólo existe aquello con lo que la ciencia puede experimentar. ¿Cree usted esto por alguna razón científica, o es para usted un dogma?

jueves, 5 de marzo de 2015

La obra científica de Stephen Hawking

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A lo largo de su vida, la labor científica de Stephen Hawking ha sido bastante productiva, aunque los medios, influidos por su triste situación personal, tienden a exagerar su importancia, poniéndole incluso al nivel de Einstein. Sus trabajos más destacados han sido los siguientes:

  •  Los teoremas de la singularidad, demostrados en 1970 en colaboración con Roger Penrose, que probaron que la aplicación de las ecuaciones de la Relatividad General de Einstein al universo entero exige que haya al menos un punto singular en dicho universo (un punto en el que confluyen todas las geodésicas del universo). Como consecuencia de este teorema, en el libro The Large Scale Structure of Space-Time (1973, escrito con George Ellis), Hawking abrazó sin ambages la teoría de que el universo comenzó en un punto de densidad infinita (el Big Bang).