J.M.E. McTaggart, que en 1908 acuñó los términos "Tiempo A" y "Tiempo B". |
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Los seres humanos parecemos tener una propensión innata a pensar que lo que no nos gusta o no podemos explicar no existe. Así, en el hinduismo y el budismo, la realidad misma se considera una ilusión (maya), algo de lo que hay que desprenderse para alcanzar la liberación. Según esta filosofía, y como parte inseparable de la realidad física, el tiempo también debería ser considerado como una ilusión. En el Brahman hinduista y en el Nirvana budista no hay tiempo.
Los seres humanos parecemos tener una propensión innata a pensar que lo que no nos gusta o no podemos explicar no existe. Así, en el hinduismo y el budismo, la realidad misma se considera una ilusión (maya), algo de lo que hay que desprenderse para alcanzar la liberación. Según esta filosofía, y como parte inseparable de la realidad física, el tiempo también debería ser considerado como una ilusión. En el Brahman hinduista y en el Nirvana budista no hay tiempo.
En la filosofía y la
ciencia de Occidente, la idea del tiempo ha sido tradicionalmente muy distinta.
Hasta el siglo XVIII no se puso en duda la realidad de la realidad. Como
parte inseparable de la realidad, el tiempo era absoluto. En la
mecánica de Newton desempeña ese papel. Según su teoría de la gravitación, el
transcurso del tiempo es independiente del movimiento del observador. De ahí se
puede deducir el principio de la relatividad de la mecánica
clásica, según el cual, cuando varios cuerpos están sometidos a
movimiento rectilíneo y uniforme (con velocidad constante), es imposible
distinguir cuál de ellos está en reposo y cuál está en movimiento.
En el siglo XVIII se
comenzó a distinguir entre la realidad y la idea que tenemos de la
realidad. Dado que sólo tenemos acceso a la segunda (a través de
nuestros sentidos y de los instrumentos que los amplifican), la realidad
propiamente dicha sería incognoscible. Se planteó entonces la cuestión de si el
espacio y el tiempo, que nos parecen dos componentes esenciales de la realidad,
existen de verdad o se trata simplemente de modos de percepción. Así, Kant
definió el espacio y el tiempo como formas a priori
de la sensibilidad humana. Quedaba abierta la posibilidad de que
ambas cosas fuesen ilusiones, más que realidad.Diagrama del experimento de Michelson-Morley |
En 1883, el
experimento de Michelson-Morley demostró que la luz no se deja arrastrar por el
movimiento de la Tierra alrededor del sol, lo que refutaba en ese caso concreto
la ley de composición de velocidades basada en el principio de la relatividad
de la mecánica clásica. La explicación la proporcionó la teoría de la
relatividad especial de Einstein, que salvaba dicho principio a costa de
postular que la velocidad de la luz tiene que ser independiente del sistema de
coordenadas elegido. Como consecuencia de esto, el tiempo absoluto quedaba
abolido, pues el transcurso del tiempo pasaba a depender de la velocidad de
movimiento. Eso sí, el principio de causalidad (la causa siempre es anterior al
efecto) seguía en vigor.
Por entonces, las ideas
filosóficas sobre el tiempo se habían plasmado en dos teorías diferentes e
incompatibles:
·
El tiempo A: el de siempre. El fluir del tiempo
es parte de la realidad. El pasado ya no existe. El futuro aún no existe. Sólo
existe el presente.
·
El tiempo B: el universo es un bloque que no
cambia. El fluir del tiempo es una ilusión. Pasado, presente y futuro existen simultáneamente,
solo que para cada uno de nosotros el pasado ya no
es accesible directamente, y el futuro todavía no
lo es. He hablado sobre esto en un
artículo anterior en este blog.
Einstein adoptó la filosofía del tiempo B. En una carta de pésame (!) escribió esto,
para consolar a su interlocutor por la pérdida de un ser querido: La
distinción entre pasado, presente y futuro es sólo una ilusión, aunque
persistente.
Y, sin embargo, fue
el propio Einstein quien volvió a introducir en el mundo de la ciencia la idea
del tiempo absoluto con la teoría general de la relatividad, que condujo
directamente a la definición del tiempo cosmológico,
el tiempo transcurrido a partir del Big Bang, que es el mismo para todo
el universo.
Muchos científicos
modernos, sin darse cuenta de que están haciendo filosofía y no ciencia, se
empeñan en considerar como ilusión cosas como el transcurso del tiempo o la
consciencia humana, porque no saben encontrarles una explicación convincente
dentro de la ciencia. Y sin embargo, esos mismos científicos protestarían
vociferantes si alguien sugiriera que la radiación cósmica de fondo, por
citar un ejemplo, es una simple ilusión generada por nuestros instrumentos.
Porque la existencia de esa radiación sí creen poder explicarla.
Por eso, el afán por considerar al tiempo y a la consciencia como ilusiones
podría ser (aparte de una tendencia ideológica) una simple confesión de
ignorancia.
Manuel Alfonseca
Lo primero es que deseo hacer como siempre es felicitar al autor por su disertación, brillante como siempre. Es un tema que me gusta mucho, porque una de las primeras cosas que me propusó el autor cuando nos conocimos fue un problema muy divertido, que había publicado sobre la imposibilidad de los viajes en el tirmpo. Yo comente de forma jocosa, que al protagonista se lo habían comido los morlocks los involucionadas criaturas predatorias, que aparecen en la novela de H.G. Wells "La máquina del tiempo". Es interesante esto, porque fueron cosas como estas las que hicieron que la amistad entre el firmante de esete artículo y yo fueramos poco a poco haciéndonos amigos.
ResponderEliminarPoco podría añadir a lo que ha escrito, yo tengo un amigo sacerdote, que para consolarme de un pesar muy doloroso me decía que el pasado no existe. Con ello no quería decirme, que no existiera el pasado, sino que no me dejará abrumar por las cosas malas, que pude haber cometido, o por las desgracias que sufrí. Que cuando se acudía a la confesión se me perdonaba la culpa, y estaba liberada de los efectos del mal, aunque los efectos del mal persistiesen. Es muy interesante comparar lo que me dijo este sacerdote amigo mío, con la visión que mi amigo ha expuesto de la visión del tiempo que tienen los hinduistas, budistas, y demás científivos y Filósofos. Creo, que aún nos queda mucho por saber del tiempo, y que este enigma seguirá fascinando a la humanidad por muchos eones, y espero que el autor y yo podamos seguir hablando del mismo en nuestras cartas :-).
En mi opinión, el término “ilusión” requiere una discusión o análisis en mayor profundidad. Bajo mi punto de vista, lo que se está queriendo indicar con su uso no es que el transcurso del tiempo, o la consciencia, sean irreales, sino que son conceptos que están muy ligados a nuestra percepción y que, por tanto, cabría la posibilidad de que fueran una consecuencia de nuestro propio modelo de percibir y manejar el entorno.
ResponderEliminarA modo de símil, imaginemos que pudiéramos comunicarnos con un ser extraterrestre, otro sistema biológico similar al humano, pero posiblemente con algunas diferencias. El tiempo einsteniano, desplegado completamente, sería también percibido por nuestro amigo extraterrestre de la misma forma que nosotros, puesto que "realmente" constituye una característica de Universo, pero sin embargo, la percepción del transcurso del tiempo, o tiempo entrópico y relacionado con la percepción del cambio del entorno, puede que fuera diferente entre los dos, debido precisamente a nuestros diferentes modelos de percepción. ¿Significa ésto que el transcurso del tiempo es irreal? Creo que no. Lo que significa es que el transcurso del tiempo podría ser "subjetivo".
En realidad son dos conceptos distintos que accidentalmente tienen el mismo nombre: tiempo. Los dos son magnitudes físicas que aparecen en nuestras ecuaciones y que nos permiten predecir y controlar lo que nos rodea. Lo que ocurre es que a una le hemos dado el carácter universal y a la otra se lo estamos cuestionando hoy día como una forma de mejorar y adaptar nuestros modelos.
Para mí lo intrigante y apasionante es precisamente lo que se deriva del párrafo anterior. ¿Por qué una magnitud decimos que es universal y la otra no, si las dos se derivan en última instancia de nuestra forma de percibir el mundo? ¿Hay alguna garantía de que nuestro hipotético amigo extraterrestre comparta con nosotros alguna de esas magnitudes físicas denominadas universales? ¿Son realmente magnitudes universales o simplemente "útiles" para nosotros?
Sí, ya sé que la cuestión del tiempo tiene profundas connotaciones filosóficas, más que científicas. De todos modos, el término "ilusión" no lo he inventado yo, como prueba la cita de Einstein que, por cierto, al decirlo se estaba metiendo en un campo que no es el suyo (como hago yo todos los días:-)
EliminarYo no diría que la elección entre la teoría A o la teoría B del tiempo sea una forma de mejorar nuestros modelos. Ahora mismo no tenemos motivos basados en teorías científicas para preferir una a la otra. De hecho, tenemos motivos experimentales para preferir la teoría A, pues todos tenemos la experiencia del paso del tiempo, al menos con la misma seguridad con la que constatamos cualquier otra cosa (como la radiación cósmica de fondo, que es el ejemplo que pongo al final).
Coincido en que definir algunos conceptos como universales y otros como subjetivos, ilusorios o lo que sea, es una incoherencia. Por eso no he entrado en ese tema.
"La joya Suprema del discernimiento Viveka chudamani" autor Sankara .pdf.
ResponderEliminarLa ciencia es hija del conocimiento,no devengamos lo que no somos con mucho cariño y afecto.