La educación, nuestro mayor recurso

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En su famoso libro Small is Beautiful (Lo Pequeño es Hermoso, 1973), Ernest Schumacher dedica a la educación (a la que llama nuestro mayor recurso) un capítulo que no tiene desperdicio. Veamos unas cuantas citas de ese capítulo, cuyo título es muy parecido al de este artículo (las traducciones son mías):

Si la civilización occidental está en estado de crisis permanente, no es descabellado sugerir que su educación puede no ser la más adecuada. Estoy seguro de que ninguna civilización ha dedicado más energía y más recursos a la educación organizada. Si no creemos en otra cosa, ciertamente creemos que la educación es, o debería ser, la clave de todo. De hecho, nuestra creencia en la educación es tan fuerte, que la consideramos la panacea de todos nuestros problemas. Si la era nuclear trae nuevos peligros; si el avance de la ingeniería genética abre las puertas a nuevos abusos; si el comercialismo provoca nuevas tentaciones, la respuesta tiene que ser más y mejor educación.

Tecnología con rostro humano

Ernest Schumacher
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En su famoso libro publicado en 1973 Small is Beautiful (Lo Pequeño es Hermoso), Ernest Schumacher aboga por una tecnología con rostro humano, porque (según él) la forma en que se ha plasmado la tecnología actual nos deshumaniza. Veamos unas cuantas citas del capítulo de su libro que tiene el mismo título que este artículo (la traducción es mía):

...el mundo moderno ha sido moldeado por la tecnología. Va de crisis en crisis; por todos lados surgen profecías de desastre y, de hecho, signos visibles de ruptura.

...la tecnología, aunque es producto del hombre, tiende a desarrollarse siguiendo sus propias leyes y principios, que son muy diferentes de los de la naturaleza humana o los de la naturaleza viva, en general. La naturaleza siempre, por así decirlo, sabe dónde y cuándo debe detenerse... La tecnología no reconoce ningún principio auto-limitador... [L]a supertecnología del mundo moderno actúa como un cuerpo extraño y hay numerosos signos de rechazo.

Edward Bellamy, o la ciencia-ficción filosófica

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Se suele llamar edad de oro de la ciencia-ficción al periodo comprendido entre los años 1940 y 1965. Son los mismos años que se consideran también como la edad de oro del cine. Los años anteriores del género, por el contrario, parecen claramente inferiores, plagados de pulp fiction (novelas de quiosco), y es frecuente pensar que la ciencia-ficción se encontraba en estado incipiente, que apenas había salido de las nieblas de la prehistoria literaria.

Esta idea sería claramente errónea. Durante esos años hubo obras dignas de mención, como la primera versión de The forgotten planet de Murray Leinster (1920-21); R.U.R. de Karel Capek (1920), con la primera aparición de la palabra robot; Nosotros de Zamyatin (1921), que influyó sobre Aldous Huxley y George Orwell; Un mundo feliz de Aldous Huxley (1932); y ya al final del periodo, Más allá  del planeta silencioso de C.S. Lewis (1938).

Las olas de la pandemia

La ola novena, obra de Aivazovsky
Algunas noticias sobre la "tercera ola" en la prensa diaria:

  • Así se dispara una tercera ola que ya supera los peores datos de la segunda (El País, 15/1/2021)
  • La [semana] que termina este domingo ya ha sido peor que en la primera ola para algunas comunidades (El País, 24/1/2021)
  • El peor escenario de la tercera ola vaticina una IA de 1.000 casos esta semana en España (El Comercio, 20/1/2021)

En general hemos visto comparaciones muy pesimistas entre lo que han dado en llamar la "tercera ola" y las dos primeras. Pero ¿qué dicen los datos?