En otros artículos de este blog (ver uno de los hilos temáticos al
final de este) he hablado de diversas teorías de los multiversos y he afirmado
que ninguna de ellas es científica, porque es imposible demostrar que sean
falsas. De hecho, dudo de que ni siquiera puedan considerarse filosóficas. A mí
me parecen más bien elucubraciones fantasiosas: más que ciencia, son
ciencia-ficción.
Lo curioso es que la idea del multiverso no es nueva. Ya
mencioné que su primera aparición en la literatura de ciencia-ficción fue
en una novela de Clifford Simak (Cosmic Engineers, 1950) que desarrolla un
cuento corto del mismo autor de 1939.
Pero también la obra de Simak tiene precedentes, y bien antiguos, por
cierto. El capítulo 21, versículo 1 del Apocalipsis, libro escrito hacia
finales del siglo I, dice esto:
Vi un cielo nuevo y una tierra nueva; porque el
primer cielo y la primera tierra pasaron, y el mar ya no existía más.
Un cielo nuevo y una tierra nueva. ¿De qué está hablando, sino de
otro universo, al que se supone pasaremos después de la muerte? Parece, por
consiguiente, que en la visión cristiana del cosmos Dios ha hecho al menos dos
universos: el nuestro y el de la otra vida. Este sería el multiverso teológico, nombre
que acabo de inventar.
Cuando los físicos hablan de otros universos, a menudo dan rienda
suelta a su imaginación. Permítanme que haga lo mismo.
El segundo universo tendría su propio tiempo, independiente del nuestro. Si
queremos relacionarlos, yo diría que los dos ejes del tiempo son ortogonales
(perpendiculares entre sí). Cristo (Dios hecho hombre), al morir, sale de
nuestro tiempo y pasa al otro. De paso, captura a todos los seres humanos que
han existido o existirán, y los arrastra consigo hasta el otro universo. Todos
llegamos al otro universo en el instante inicial de su tiempo propio. Todos
llegamos a la vez. Nadie tiene que esperar a nadie en la otra vida.
Añadiré dos consideraciones adicionales:
- Algunos cosmólogos ateos se aferran a las diversas teorías del multiverso para salvaguardar
su ateísmo.
Parecen creer que, si se demostrara que existe el multiverso, quedaría
demostrado que Dios no existe. No comprendo por qué. Si Dios ha creado un
universo, ¿qué puede impedirle crear dos, cien o cien mil? El
descubrimiento de un multiverso no haría otra cosa que ampliar nuestro
campo de visión, señalando que hay más niveles en el universo de los que
preveía nuestra filosofía, parafraseando lo que le dijo Hamlet a Horacio.
Pero esto ha sucedido ya otras veces: Hasta principios del siglo XX, se
creía que el universo estaba formado sólo por las estrellas próximas.
Después se descubrió que estas estrellas forman una galaxia, y que hay
miles de millones de galaxias, separadas por enormes espacios vacíos. Este
aumento desmesurado del tamaño del universo no supuso ningún problema para
la fe de los creyentes. Si se descubre que hay un multiverso (en otras palabras, que el
universo es aún más grande y complejo de lo que creíamos) tampoco supondrá
ningún problema.
- Jamás
se me ocurriría presentar la teoría descrita en este artículo como si
fuese ciencia.
Tal como están las cosas, en este momento ninguna de las teorías del
multiverso es ciencia. Hay bastantes, la mayor parte incompatibles con las
demás. Si alguna vez se lleva a cabo un avance científico inesperado que
demuestre que una de ellas es verdadera, esa teoría pasará a ser ciencia.
De momento no hay señales de que tal cosa vaya a suceder. En cuanto a mi
teoría, me temo que no sabremos si es cierta hasta después de nuestra
muerte.
Manuel Alfonseca