En la actualidad, la
población mundial se reparte entre dos sistemas contrapuestos e
irreconciliables: el ateísmo y el teísmo. Son irreconciliables, porque parten
de axiomas fundamentales opuestos (Dios no existe
y Dios existe). El reparto de la población viene
a ser este:
- Alrededor de un 10% de ateos convencidos, dispuestos a
defender sus ideas.
- Entre un 10 y un 20% de teístas convencidos, que
intentan vivir de acuerdo con sus creencias.
- Un 10% de agnósticos, que en teoría no
aceptan ninguno de los dos axiomas, aunque en la práctica tienden a
acercarse a uno de los dos polos contrapuestos.
- Entre un 60 y un 70% de indiferentes, bien porque no les importa el debate; o porque viven como si Dios no existiera, sin plantearse si existe; o porque tienen creencias, pero no dejan que estas afecten su modo de vivir.