Recuerdos del Futuro

The same post in English

En 1974, una película en Cinerama con el título Recuerdos del Futuro y Regreso a las Estrellas estuvo en Madrid más de veinte semanas en cartel, haciéndose anunciar con la siguiente frase: ¿Está comprobada la existencia de extraterrestres?

Aunque merecía la pena verla, por los paisajes y maravillas artísticas que muestra, cuando la vi no me convenció. Eric von Däniken, autor del libro Chariots of the Gods en el que se basa la película, parece tener muy poca fe en la capacidad creadora del hombre, ya que en cuanto alguna obra humana parece difícil, la atribuye inexorablemente a la intervención de extraterrestres. Así lo hace con las pirámides de Egipto, los observatorios astronómicos mayas, la argamasa de los incas, y muchas cosas más.

La (in)credulidad de los escritores ingleses

Charles Dickens
The same post in English

Voy a hablar de tres escritores ingleses famosos, y de sus respuestas ante alguna de las seudociencias de la época. Uno de ellos vivió en pleno siglo XIX, otro a caballo entre el XIX y el XX, y el tercero escribió prácticamente toda su obra en el siglo XX.

Charles Dickens: Su roce con las seudociencias se nota en una de sus mejores obras (en mi opinión la mejor): Bleak House (Casa Desolada). Uno de los personajes, un tal Krook, muere víctima de una combustión espontánea.

La idea de que el cuerpo humano podría inflamarse espontáneamente surgió como consecuencia de una serie de casos anecdóticos de personas, a menudo alcohólicas, que murieron quemadas en circunstancias dudosas. Hubo quien sostuvo que el alcohol ingerido podría inflamarse espontáneamente dentro del cuerpo, a pesar de que los médicos afirmaban que la cantidad de alcohol necesaria para ello tendría que ser tan grande, que la persona habría muerto por intoxicación etílica mucho antes de inflamarse.

¿Ciencia patológica, ciencia ilusa o ciencia irónica?

Irving Langmuir
The same post in English

En 1953, Irving Langmuir (Premio Nobel de Química en 1932) pronunció una conferencia sobre lo que él llamó ciencia patológica, nombre que aplicó al resultado de las investigaciones de científicos perfectamente honrados, entusiastas respecto a su trabajo… que se engañan completamente. Esta es la definición de Lagmuir de la ciencia patológica, que Milton Rothman bautizó en 1990 con el nombre alternativo de ciencia ilusa y John Horgan con el de ciencia irónica en 1996:

Son casos en los que no interviene la falta de honradez, pero donde las personas se engañan obteniendo resultados falsos, porque no comprenden hasta qué punto los seres humanos pueden dejarse engañar por efectos subjetivos, ilusiones o interacciones en el umbral.

Langmuir señaló cinco casos de ciencia patológica:

Un modelo de ChatGPT

The same post in English

¿Cómo funciona ChatGPT? Supongamos que pasamos por alto por el momento que ChatGPT utiliza una red neuronal artificial, y vamos a representar su algorimo de la manera tradicional. Dicho algoritmo se puede dividir en dos partes:

  1. Entrenamiento: se le proporcionan datos (archivos de texto), que se utilizan para construir dos conjuntos de datos:
    1. Una lista de todas las palabras que aparecen en el conjunto de todos los textos, sin repetición, pero sin importar su orden ni el número de veces que aparece cada una.
    2. Una matriz de índices a la lista de palabras, que informa sobre el número de veces que aparece una palabra determinada a continuación de una serie de palabras. Por ejemplo, si en los textos aparece la siguiente serie: viajes en el tiempo, en la matriz aparecerán los índices de las palabras viajes, en, el, y tiempo, seguidos por el índice de la palabra siguiente, seguidos por el número de veces que aparece esa sucesión de cinco palabras en todos los textos utilizados para el entrenamiento.

¿Relativismo en la ciencia?

Karl Popper
The same post in English

Como he dicho en otros artículos, citando a Popper, una teoría científica nunca puede considerarse completamente confirmada. O sea, nunca podremos estar absolutamente seguros de que sea verdad. Pero algunos intentan apoyarse en esto (y en la filosofía de Kant) para llegar a la conclusión de que no podemos saber nada sobre la realidad, que el conocimiento científico es relativo, y que la ciencia no se diferencia de otras actividades humanas, como las artes o la moda, de cuyas producciones no se puede decir que sean verdaderas o falsas.

Frente a esta postura, en un artículo publicado en 1990 en defensa del realismo, Martin Gardner escribió el siguiente párrafo, que en mi opinión no tiene desperdicio (la traducción es mía):