Descarga de la consciencia

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Si pudiéramos descargar nuestra consciencia en un ordenador o en un robot, seguiríamos viviendo indefinidamente dentro de él y, por lo tanto, alcanzaríamos la inmortalidad. Esto es lo que sostienen algunos futurólogos y los partidarios del transhumanismo. Pero ¿hay alguna posibilidad de que esto llegue a hacerse realidad?

Si esto fuera posible, por añadidura, se podrían mantener copias de seguridad. Así, en caso de accidente, se podría recuperar al difunto y volver a ponerle en funcionamiento con una pérdida de memoria mínima. Como de costumbre, la ciencia-ficción ya se había adelantado, como en la novela de Cory Doctorow Down and out in the Magic Kingdom.

¿Serán inmortales los Cíborg?

Neil Harbisson
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El tercer procedimiento que se propone para convertirnos en inmortales es el siguiente: a medida que nuestros órganos se vayan deteriorando, podríamos sustituirlos por otros artificiales, convirtiéndonos en un cíborg, un ser intermedio entre el hombre y la máquina. El proceso podría repetirse tantas veces como quisiéramos, haciéndonos potencialmente inmortales.

De momento, esta línea de investigación es bastante incipiente.

¿Nos ayudarán los robots a ser inmortales?

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El segundo método que, según los optimistas, nos ayudará a conseguir la inmortalidad, se apoya en la siguiente idea:

Pronto seremos capaces de diseñar unos robots diminutos que, introducidos en nuestra sangre, ataquen y destruyan a todos los microorganismos patógenos habidos y por haber, así como a todas las células cancerosas, dejando intactas a las células normales del organismo. Al desaparecer todas las enfermedades, seremos automáticamente inmortales.

¿Seremos inmortales aumentando la esperanza de vida?

Pieter van Lint - Alegoría de la inmortalidad
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Este método se apoya en la siguiente idea: si conseguimos aumentar la esperanza de vida más de un año por año, automáticamente seríamos inmortales. Matemáticamente, esta idea es correcta. Pero ¿hay alguna posibilidad de que llegue a realizarse en la práctica?

Un problema es que el aumento de la esperanza de vida es cada vez menor, e incluso ha llegado a invertirse.

Lo primero que tenemos que hacer es aclarar un equívoco. No se deben confundir dos conceptos completamente independientes:

Cuatro maneras de alcanzar la inmortalidad

Heródoto
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Como he explicado en otros artículos de este blog, algunas personas están convencidas de que estamos a punto de alcanzar la inmortalidad. Eso sí, según cómo se consiguiera, podría ser que no fuera para todos, porque sería carísima. Posiblemente sólo podrían alcanzarla algunas personas enormemente ricas. O quizá se encontrarán formas más democráticas de conseguirla, que permitan que todo el mundo sea inmortal. Muchos periodistas, políticos, magnates, filósofos, futurólogos, e incluso gente común, están convencidos de que, más pronto o más tarde, todos, o al menos algunos, seremos inmortales.

No se trata de una aspiración nueva, sino que se remonta a la más remota antigüedad. Una de las obras maestras de la literatura más antiguas que se conocen, el Poema de Gilgamesh, escrito hace 4000 o 4500 años, tiene por objeto la búsqueda de la inmortalidad. O la leyenda de la fuente de la juventud, que permitiría alcanzar la inmortalidad a quien beba de sus aguas, y que según Heródoto estaría en Etiopía, aunque algunos dicen que Ponce de León la buscó inútilmente en la Florida.