Heródoto |
Como he explicado en otros
artículos de este blog, algunas personas están convencidas de que estamos a punto de alcanzar la inmortalidad.
Eso sí, según cómo se consiguiera, podría ser que no fuera para todos, porque
sería carísima. Posiblemente sólo podrían alcanzarla algunas personas
enormemente ricas. O quizá se encontrarán formas más democráticas de
conseguirla, que permitan que todo el mundo sea inmortal. Muchos periodistas,
políticos, magnates, filósofos, futurólogos, e incluso gente común, están
convencidos de que, más pronto o más tarde, todos, o al menos algunos, seremos
inmortales.
No se trata de una aspiración nueva, sino que se remonta a la más remota antigüedad. Una de las obras maestras de la literatura más antiguas que se conocen, el Poema de Gilgamesh, escrito hace 4000 o 4500 años, tiene por objeto la búsqueda de la inmortalidad. O la leyenda de la fuente de la juventud, que permitiría alcanzar la inmortalidad a quien beba de sus aguas, y que según Heródoto estaría en Etiopía, aunque algunos dicen que Ponce de León la buscó inútilmente en la Florida.
Platón (Rafael Sanzio) |
Por supuesto, casi todas las
religiones y algunas filosofías (como la de Platón) dan por supuesto que el
hombre ya es inmortal, si no su cuerpo, al menos su alma, e incluso (como en el
Cristianismo) se habla de la resurrección futura del cuerpo. Pero esa inmortalidad,
o bien se obtiene a través de la reencarnación, o no tendrá lugar en esta vida,
sino en otra. No es de esto de lo que trata este artículo, sino de la inmortalidad
aquí y ahora, la inmortalidad alcanzada a través de la ciencia y la
tecnología.
Los que están convencidos de que
estamos a punto de ser inmortales no ponen los huevos en el mismo cesto. Han ideado
nada menos que cuatro procedimientos mediante los cuales se podría alcanzar ese
objetivo. Así, si alguno falla, quedarían los otros. Eso sí, la inmortalidad
tendría límites: un accidente podría acabar con nuestra vida. Por muy inmortal
que seas, si tu avión se precipita desde 10.000 metros de altura, o te caes en
un volcán en erupción, o en el peor caso, si el sol decide convertirse en
gigante roja, sería difícil que sobrevivieras.
En este artículo voy a enumerar los
cuatro procedimientos. En artículos sucesivos los analizaré con más detalle,
uno por uno. Estos son los cuatro procedimientos que se proponen para alcanzar la
inmortalidad:
- Aumento de la esperanza de vida. Desde hace unos dos siglos, a raíz de los impresionantes avances de
la Medicina, la esperanza de vida ha ido creciendo de forma regular. Así,
a principios del siglo XX, la esperanza de vida al nacer era de unos 50
años en los países desarrollados. Actualmente rebasa los 80. O sea, que en
120 años ha aumentado unos 30, lo que equivale a un aumento de 0,25 años
por año. Pues bien: los partidarios de este método creen que el aumento de
la esperanza de vida se está acelerando, y confían en que pronto llegará a
crecer a razón de un año por año. En ese momento se alcanzará un punto
crítico y todos seremos inmortales.
- Nuevo sistema inmune con nano-robots. En este caso se confía en que seremos capaces de diseñar unos robots
diminutos que, introducidos en nuestra sangre, sean capaces de atacar y
destruir a todos los microorganismos patógenos habidos y por haber, así
como a todas las células cancerosas, dejando intactas a las células
normales del organismo. Al desaparecer todas las enfermedades, seremos
automáticamente inmortales.
- Convirtiéndonos en seres híbridos humano-robot. A medida que nuestros órganos se vayan deteriorando, podríamos
sustituirlos por otros artificiales, convirtiéndonos en un cíborg, un ser intermedio entre el hombre
y la máquina. El proceso podría repetirse tantas veces como quisiéramos,
haciéndonos potencialmente inmortales.
- Descargando nuestra memoria y nuestra consciencia en
un ordenador o un robot. Así podríamos
seguir viviendo indefinidamente dentro de ellos. En este caso, además, se
podrían mantener copias de seguridad, para que, en el caso de un
accidente, se pueda recuperar al difunto y volver a ponerle en
funcionamiento con una pérdida de memoria mínima. Como de costumbre, la
ciencia-ficción ya se había adelantado. Véase la novela de
Cory Doctorow Down and out in the Magic
Kingdom.
¿Hay alguna posibilidad de que funcione
al menos uno de estos métodos? Hablaremos de ello en los cuatro artículos
siguientes.
Hilo Temático ¿Qué es la Inmortalidad? Anterior Siguiente
Manuel Alfonseca
Llama la atención que no se haya incluido la criopreservación -180ºC como fórmula de alargamiento de la vida,
ResponderEliminarCuando los medios hablan de que seremos inmortales no se refieren a que nos pongan en estado de hibernación indefinidamente. En este artículo entiendo inmortalidad como el estado de vida activa, no el estado de vida latente.
EliminarGracias por la aclaracion
EliminarLo que no entiendo es lo de pretender la inmortalidad con robot y hologramas, es decir. Los hologramas no pueden comer ni respirar ni disfrutar de un día de playa...
ResponderEliminarQue buena serie de artículos nos espera!
ResponderEliminarEl problema de alcanzar la inmortalidad es que cuando la alcancen los poderosos ya no necesitaran a los demás y encontraran manera de eliminarles. Porque la inmortalidad de todos significa recursos infinitos. Asi que las bacterias inmortales tendrán que estar limitadas restringiendo los recursos e introduciendo lo que les mata, sea bacteriófagos, sustancia producidas por otros seres vivos, conservadores en la comida o antibióticos sintéticos.
ResponderEliminarY de esta forma, se consiga como se consiga la inmortalidad humana, está ya claro como acabar con la inmortalidad del otro. Bueno, la gente son un poco peculiar en que ha inventado incluso las armas de fuego y las guerras. No exactamente para matar a los pajaros o las bacterias.
Y bueno, ¿que tal si Aristoteles fuese inmortal?
¿Hubiera permitido Einstein? Me parece que algo se permite si es necesario. Y la naturaleza ha inventado la muerte de los organismos que viven como una manera de garantía que la vida de todos pueda seguir incluso con recursos limitados. Vamos, no solo seguir, pero cambiarla por otros, cada vez un poquito mejores para las condiciones cambiantes.