Recuerdos del Futuro

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En 1974, una película en Cinerama con el título Recuerdos del Futuro y Regreso a las Estrellas estuvo en Madrid más de veinte semanas en cartel, haciéndose anunciar con la siguiente frase: ¿Está comprobada la existencia de extraterrestres?

Aunque merecía la pena verla, por los paisajes y maravillas artísticas que muestra, cuando la vi no me convenció. Eric von Däniken, autor del libro Chariots of the Gods en el que se basa la película, parece tener muy poca fe en la capacidad creadora del hombre, ya que en cuanto alguna obra humana parece difícil, la atribuye inexorablemente a la intervención de extraterrestres. Así lo hace con las pirámides de Egipto, los observatorios astronómicos mayas, la argamasa de los incas, y muchas cosas más.

Veamos algunos de los argumentos de von Däniken. Hay muchos más, parecidos a estos, pero de alguno ya he hablado en otro artículo.

• Pinturas rupestres de extraterrestres: Por ejemplo, una figura que se presenta así: Platillo volante, forma de pez, dibujo sobre una roca. El dibujo está hecho en negro y representa claramente un cohete con su estela. Sin embargo, en la película se aprecia cómo la mano del comentarista repasa con pintura negra un dibujo rupestre de tono mucho más claro, en el que sólo la imaginación permite distinguir esa forma. Respecto a las cuevas de Altamira, se dice lo siguiente: Pese a lo famosa que es esta cueva, visitada por millares de turistas año tras año, resulta completamente ignorado un hecho sensacional: en una de las salas poco frecuentadas hay platillos volantes. Se presenta como hecho comprobado una hipótesis imaginativa, como podrá comprobar quien vea la imagen correspondiente.
• La cronología de las civilizaciones americanas: Se intenta hacerlas retroceder en el tiempo. El motivo es claro: cuanto más antiguos sean los objetos arqueológicos encontrados en Centroamérica y en Perú, más inexplicable será la técnica necesaria para su construcción. Los historiadores y prehistoriadores americanos coinciden en señalar que los primeros restos arqueológicos de América tienen una antigüedad de algunos miles de años, mientras que las grandes construcciones mesoamericanas y peruanas son posteriores al año 500 antes de Cristo. Es curioso el argumento empleado en la película para hacer retroceder a una remota edad los restos de la ciudad de Tiahuánaco, en Bolivia, cuya antigüedad real se remonta a unos 2000 a 2500 años. El argumento puede resumirse así: Es evidente que cierta construcción de Tiahuánaco fue utilizada en su tiempo como muelle. Por consiguiente, el lago Titicaca debía llegar entonces hasta allí, mientras que hoy se encuentra a unos 300 metros de distancia. Como el lago se retira actualmente a razón de unos 3 milímetros por año, ¿qué antigüedad tendrán esos restos? Se sugiere así una edad de 100.000 años. Este argumento contiene dos falacias: La inclinación del terreno se considera constante, y se da por supuesto (sin decirlo) que las aguas del lago se han retirado siempre con el mismo ritmo.

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  Estela de Madrid

  El dios astronauta de Palenque: En esta estela aparece esculpido un personaje que, según von Däniken, representa un astronauta. Para poner en duda lo que dice al respecto la película, basta observar la estela de Madrid, que puede verse en el Museo de América de esta capital, que procede de la misma época, también de Palenque, y que representa a un hombre con el mismo rostro y vestido exactamente igual que el astronauta, pero que por estar en otra postura ya no sugiere ni remotamente a un hombre del espacio.

Las teorías de von Däniken tuvieron bastante auge durante los años setenta, cuando el origen extraterrestre de los ovnis volvió a ponerse de moda. Sus ideas tuvieron bastantes seguidores, algunos de los cuales escribieron artículos periodísticos divulgándolas. Indignado por la atención que los medios estaban dando a esta seudociencia (entre ellos el diario YA), me sentí empujado a escribir un artículo en su contra. Publicado en el Diario Español de Tarragona el 30 de noviembre de 1974 (página 17), fue mi primer artículo de divulgación científica que apareció en letras de imprenta, aparte de los que escribí cuando era adolescente para la revista de mi colegio (Toma y Lee).

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Manuel Alfonseca

Os deseo felices vacaciones. Nos vemos en septiembre.