En tres artículos anteriores (este fue el
último) he escrito aproximadamente este párrafo:
La teoría científica de la evolución
está fuertemente contrastada con datos de otras ciencias, como la embriología,
la anatomía comparada, la paleontología, la biogeografía, o la biología
molecular (el análisis del ADN).
Como, a pesar de todo, sigue habiendo quien duda del carácter científico de esta teoría, en este artículo voy a desarrollar el párrafo anterior, explicando con un poco más de detalle en qué datos científicos se apoya.