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jueves, 31 de octubre de 2024

Boecio, el tiempo y la eternidad

Manuscrito medieval de
La Consolación de la Filosofía
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Han transcurrido 1500 años desde la muerte de Boecio, pero la efeméride ha pasado desapercibida. Hace un siglo eso no habría ocurrido, pues entonces aún se estudiaba historia. Nuestra época, en cambio, desprecia la historia. Y ya sabemos lo que ocurre a quienes la desprecian, en frase atribuida a George Santayana: quienes no conocen el pasado, están obligados a repetirlo.

Anicio Manlio Severino Boecio fue un político y filósofo del siglo V y VI, que desempeñó cargos importantes en el reino ostrogodo que surgió en Italia poco después de la caída del Imperio Romano de Occidente. En su actividad política, Boecio fue sucesivamente senador, cónsul y consejero del rey ostrogodo Teodorico.

jueves, 28 de diciembre de 2023

Respuestas a un lector que rechaza el Cristianismo

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Un lector muy fiel a mi blog, que alaba mi forma de tratar la ciencia, en cambio rechaza el Cristianismo, y parece que le molesta que de mis artículos se pueda deducir que yo soy católico creyente. En una andanada de comentarios que lanzó en uno de mis artículos, detalla sus argumentos. Allí no le contesté porque no era oportuno hacerlo, dada la longitud de sus comentarios, que en total contienen 3346 palabras, mientras que mi artículo sólo tiene 644 (más de cinco veces menos).

Creo que a este lector conviene calificarle más bien como agnóstico que como ateo, como parece deducirse de estas palabras:

Divagar sobre la posible existencia de Dios y caer del lado de "voy al 100% con que sí existe" no tiene nada de estúpido. El universo es TAN complejo que, mientras no haya ninguna prueba en contra, creer que puede existir alguien/algo que "diseñó" todo esto… no se puede tachar de "pensamiento estúpido".

Creo que las diversas críticas del lector pueden resumirse citando estas palabras, que también aparecen en su primer comentario:

El problema viene cuando se pretende utilizar todos estos razonamientos (que, en principio, hablan de Dios como algo completamente etéreo e impersonal) para tratar de validar la historia de Jesucristo, que parece que es la finalidad.

Está claro, ¿no? El lector acepta que yo hable de Dios, pero no de Jesucristo. Al parecer, le molesta profundamente que lo haga. He nombrado a Jesucristo en ocho artículos entre más de 450, aunque es posible que mi cristianismo se desprenda también de artículos en los que no le nombro. Y me acusa de tratar de llevar el agua a mi molino (o de barrer para casa). Se trata de un caso de libro de la falacia ad hominem. Ya sabemos que a esa falacia (que en este caso puede resumirse así: dices esto porque eres católico) se puede responder de la misma manera: dices eso porque eres ateo, o agnóstico, o lo que corresponda.

La mayor parte de sus comentarios (2092 palabras) se dirige contra la posibilidad de que haya milagros, y en particular contra el milagro de Fátima, al que he dedicado varios artículos de este blog. Sospecho que el lector piensa que sus argumentos contradicen lo que yo dije en esos artículos, pero en conjunto pienso que no ha hecho más que confirmarlo. Yo dije en su momento que:

  1. O bien ese hecho ocurrió de verdad, o sea, los testigos que lo atestiguan dijeron la verdad.
  2. O bien el hecho no ocurrió, y los testigos mintieron deliberadamente.
  3. O bien el hecho no ocurrió, pero los testigos no mintieron, simplemente estaban equivocados, o habían sido presa de una alucinación colectiva, o alguna explicación equivalente.

Y añadí:

Los escépticos sostienen que el milagro fue una alucinación colectiva, o bien un efecto óptico debido a la contemplación del sol. Los creyentes preferimos la primera opción.

G.K.Chesterton

¿Y qué hace el lector? Sostener que las únicas alternativas válidas de mi trilema son la segunda y la tercera. O sea, lo mismo que yo había previsto que haría quien esté en su caso. Un agnóstico o un ateo tiene que negar la posibilidad de que haya milagros, luego tienen que adoptar forzosamente las otras dos alternativas. Un creyente dispone de una alternativa más, la primera. (Los católicos no aceptamos automáticamente todo lo que se nos dice que es un milagro, como demuestran los cuentos de G.K. Chesterton agrupados en la colección La incredulidad del Padre Brown). Luego esas 2000 y pico palabras confirman lo que yo había previsto.

Por cierto, en el caso del milagro de Fátima, muchos protestantes se suman a los ateos y los agnósticos contra los católicos, porque uno de sus dogmas de partida (que la Virgen María no puede participar en nuestra salvación) les impide aceptarlo. Lo contrario ocurre con la resurrección de Cristo, que sí aceptan los protestantes.

Hay también alguna referencia al otro argumento que suelen usar los ateos para negar la existencia de Dios: el problema del mal. A este respecto dice:

Que los aviones que iban a impactar contra las Torres Gemelas se hubieran quedado congelados en el aire a 20 metros del impacto… hubiera sido alucinante, no hubiera habido explicación de ningún tipo y hubiera quedado registrado en vídeo… Sin embargo eso no ocurrió… Y murieron miles de personas. Y otras tantas sufrieron un impacto psicológico alucinante. Parece ser que los milagros sólo ocurren para hacer tonterías intrascendentes.

Este es el problema del mal humano, al que la respuesta usual es señalar que se está tratando de echar a Dios la culpa del mal que hacen los hombres. O como parece que dijo Mark Twain: Hay muchos chivos expiatorios, pero el más frecuente es la Providencia. En este caso concreto se echa en cara a Dios no haber realizado un milagro para evitar un acto humano de barbarie. Otros suelen nombrar Auschwitz. Esta exigencia de milagros delata un concepto mágico-mecánico de Dios, que sólo sería el corrector automático del mal que realizamos los seres humanos. Los tiempos no cambian; eso fue también lo que le dijeron a Cristo crucificado: ¡Sálvate a ti mismo bajando de la cruz! (Mc. 15:30).

Es curioso: antes de que el lector pusiera estos comentarios en mi blog, yo había utilizado argumentos parecidos en una discusión sobre la existencia de Dios entre dos inteligencias artificiales en mi última novela de ciencia-ficción: Operación Viginti. El debate termina en tablas, que es lo que suele ocurrir en este tipo de discusiones. Es casi imposible llegar a un acuerdo, porque ambas partes del debate parten de axiomas diferentes: uno afirma que Dios existe, el otro lo niega o lo pone en duda, y es difícil encontrar un argumento que sea capaz de convencerles.

Hilo Temático sobre Ciencia, Fe y Ateísmo: Anterior Siguiente

Manuel Alfonseca

jueves, 22 de junio de 2023

La (in)credulidad de los escritores ingleses

Charles Dickens
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Voy a hablar de tres escritores ingleses famosos, y de sus respuestas ante alguna de las seudociencias de la época. Uno de ellos vivió en pleno siglo XIX, otro a caballo entre el XIX y el XX, y el tercero escribió prácticamente toda su obra en el siglo XX.

Charles Dickens: Su roce con las seudociencias se nota en una de sus mejores obras (en mi opinión la mejor): Bleak House (Casa Desolada). Uno de los personajes, un tal Krook, muere víctima de una combustión espontánea.

La idea de que el cuerpo humano podría inflamarse espontáneamente surgió como consecuencia de una serie de casos anecdóticos de personas, a menudo alcohólicas, que murieron quemadas en circunstancias dudosas. Hubo quien sostuvo que el alcohol ingerido podría inflamarse espontáneamente dentro del cuerpo, a pesar de que los médicos afirmaban que la cantidad de alcohol necesaria para ello tendría que ser tan grande, que la persona habría muerto por intoxicación etílica mucho antes de inflamarse.

jueves, 13 de octubre de 2022

La premisa oculta

Alvin Plantinga
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En artículos anteriores de este blog he señalado que algunos ateos intentan justificar sus creencias utilizando en sus razonamientos premisas ocultas. Esta es la más importante:

Dios no existe

Al final del razonamiento, la conclusión suele ser que Dios no existe, o alguna afirmación equivalente. Como la premisa de partida está oculta, seguramente ni ellos mismos se dan cuenta de que han incurrido en circularidad, una de las falacias más conocidas desde la antigüedad, que consiste en demostrar la verdad de una afirmación, partiendo de que dicha afirmación es verdadera.

En la introducción a su Contribución a la crítica de la filosofía del derecho de Hegel, Carlos Marx escribe esto:

jueves, 29 de octubre de 2020

Chesterton habla al hombre de hoy

G.K. Chesterton
No hace falta presentar a Gilbert Keith Chesterton. Todo el mundo le conoce. O todo el mundo debería conocerle. Todo el mundo le ha leído. O todo el mundo debería leerle. Chesterton es uno de los pensadores más importantes del siglo XX, pero a veces parece que habla para el siglo XXI. Para demostrarlo, he elegido algunas de sus citas. Varias son muy conocidas, otras menos. Dejemos que Chesterton hable por sí mismo:
"Progreso" es una palabra inútil; porque el progreso da por sentada una dirección ya definida; y es exactamente en la dirección en lo que no estamos de acuerdo. (The works of Charles Dickens, capítulo 8, 1911)
El mundo moderno se ha dividido en conservadores y progresistas. La labor de los progresistas es cometer errores uno tras otro. La labor de los conservadores es evitar que se corrijan los errores. (The blunders of our parties, Illustrated London News, 1924)
No necesitamos censura de prensa. Ya tenemos censura por la prensa. (Orthodoxy, cap. 7, 1908)
Si intentas discutir con un periódico moderno que sigue la política opuesta, no obtendrás respuesta, salvo calumnias o el silencio. (What's Wrong With The World, part 1, cap. 3, 1910)
La tragedia de la mujer moderna no es que no la dejen imitar al hombre, sino que se empeña en imitarlo como una esclava. (The Victorian Era in Literature, cap. 2, 1913)
Es inútil hablar del enfrentamiento entre razón y fe. La razón es en sí misma una cuestión de fe. Es un acto de fe afirmar que nuestros pensamientos tienen alguna relación con la realidad. (Orthodoxy, cap. 3, 1908)
El mundo moderno está lleno de gente que defiende dogmas con tanta fuerza, que ni siquiera saben que son dogmas. (Heretics, cap. 20, 1905)
La raíz de casi toda la libertad moderna es el miedo. No es tanto que seamos demasiado atrevidos para soportar reglas; es más bien que somos demasiado tímidos para soportar responsabilidades. (What's Wrong With the World, 4ª parte, cap. 6, 1910). Véase mi artículo Planes, pronósticos y estimaciones en este blog que habla de la opinión de E.F. Schumacher sobre esta cuestión.
La antigua autoridad paterna [será sustituida] por la autoridad del Estado, mucho más aplastante y destructiva. (Illustrated London News, 24 Nov. 1928)
Muchas escuelas se jactan de poseer las últimas ideas sobre educación, cuando ni siquiera tienen la primera. (What's Wrong With the World, 4ª parte, cap. 6, 1910)
Quien tenga esperanza de proteger su libertad, debe proteger su vida familiar. (The well & the shallows, "St. Thomas More", 1935)
Tener derecho a hacer algo no es lo mismo que el que esté bien hacerlo. (A Short History of England, cap. 10, 1917)
Al hombre le gobierna en este momento el reloj; mentirosos que le niegan noticias; y necios que no saben gobernar. (Utopia of Usurers and Other Essays, The New Name, 1917)
Ya que este es un blog de divulgación científica, añadiré algunas citas más, que tienen algo que ver con la ciencia:
El hombre no es simplemente una evolución, sino una revolución. (The Everlasting man, Part 1, cap. 1, 1925). Véase mi artículo ¿Es el hombre un animal más? en este blog.
Es absurdo decir que defiendes la libertad si usas la libertad de pensamiento para destruir el libre albedrío. (Orthodoxy, ch. 7, 1908). Véase mi artículo Sobre la inteligencia en este blog.
Así empezó ese hábito fácil y automático de la ciencia, como si fuese una máquina bien engrasada y que funciona bien, ese hábito de tratar las cosas como obviamente incuestionables, cuando, de hecho, son obviamente cuestionables. (The Victorian Era in Literature, cap. 4, 1913). Véase mi artículo Qué es una teoría científica en este blog.
Supongamos que algo así como... la anticoncepción acecha realmente a través del Estado moderno, liderando la marcha del progreso humano a través del aborto hasta el infanticidio... Una de las características principales del estado de Paz que disfrutamos ahora es la muerte de un número considerable de seres humanos inofensivos. (The well & the shallows, "Where is the paradox" y “Killing the nerve”, 1935) Véase mi artículo Lo que dice la ciencia sobre la vida humana en este blog.
Frank Sheed dijo esto de Chesterton:
Cuando un hombre acierta tanto en sus pronósticos, hay motivos para pensar que puede que tenga razón en sus premisas.
Una conclusión plenamente científica.

Hilo Temático sobre Política y Economía: Anterior Siguiente
Manuel Alfonseca

jueves, 17 de octubre de 2019

Por qué no hay grandes hombres

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G.K. Chesterton
Lo primero, una aclaración: no voy a dejarme arrastrar por la corrección política. No voy a cambiar el título de este artículo por “grandes seres humanos”, porque para mí la palabra “hombre” (del latín homo) sigue teniendo una acepción genérica principal, distinta de la acepción cuyo antecedente latino es vir (varón), que se opone a mujer.
La ausencia de grandes hombres es un lugar común hoy día y afecta a casi todos los campos:

jueves, 25 de junio de 2015

¿Es el hombre un animal más?

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Theodosius Dobzhansky
Es frecuente entre los biólogos modernos afirmar que el hombre no tiene nada de especial, que es una especie más entre todas las que existen. Así, por ejemplo, Colin Tudge escribe esto:
Filogenéticamente somos una avanzada, un pequeño producto de la vida, al igual que la Tierra es un cero a la izquierda cosmológico que ninguna otra forma de vida inteligente en el Universo se molestaría en poner en sus mapas celestes. (The variety of life, Oxford University Press, 2000).
Todo esto no es más que la aplicación indiscriminada de un dogma seudocientífico que pocos biólogos se atreven hoy a discutir, y que suele expresarse de alguna de estas formas equivalentes:
  • Todas las especies de seres vivos son equivalentes, ninguna es superior a las demás.
  • No existen criterios que permitan comparar la importancia de las especies.
  • El hombre no es superior a los chimpancés, las hormigas, las bacterias…
  • La evolución no tiene dirección.

jueves, 18 de junio de 2015

Evolución y progreso

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Friedrich Nietzsche
A finales del siglo XIX, muchos de los biólogos y pensadores ateos o agnósticos se apoyaron en las teorías de Darwin para construir unas escuelas filosóficas que combinaban la recién descubierta evolución con la idea dieciochesca del progreso para afirmar que la historia de la vida y del hombre en la Tierra mostraba las huellas de un claro progreso indefinido, y para predecir que dicho progreso continuaría indefinidamente hacia el futuro.
Entre los biólogos que se apuntaron a estas teorías destacaron T.H. Huxley y Ernest Haeckel. Los filósofos fueron muchos y cada uno dio lugar a una escuela propia, a menudo incompatible con las de los demás: Karl Marx (marxismo), Herbert Spencer (darwinismo social), Auguste Comte (positivismo) y Friedrich Nietzsche (nihilismo) fueron los más influyentes. En sus previsiones sobre el futuro de la evolución, el citado en último lugar fue el más exaltado, prediciendo que el hombre sería pronto sucedido y suplantado por una especie superior, el superhombre.