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jueves, 18 de abril de 2024

¡Que vienen los extraterrestres!

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Antes del siglo XX, algunos filósofos se plantearon la posibilidad de existencia de seres inteligentes extraterrestres. Podemos citar a Lucrecio (De Rerum Natura, libro II, siglo I a.C.), Nicolás de Cusa (siglo XV), y Giordano Bruno (siglo XVI). La idea fue adoptada con alegría por los escritores de ciencia-ficción, como Luciano de Samósata (Vera Historia, siglo II) y Cyrano de Bergerac (Historia cómica de los estados e imperios de la Luna, 1656), de los que hablé en otro artículo.

Durante el siglo XIX, la atención del público se centró en posibles habitantes inteligentes de otros astros del sistema solar, especialmente la luna y Marte. En 1835, el diario Sun de Nueva York publicó seis reportajes falsos en los que declaraba que se había descubierto la presencia de hombres voladores en la luna. Se dice que nueve de cada diez estadounidenses lo creyeron. En realidad, el Sun publicó una novela de ciencia-ficción como si fuera real, haciendo referencia a personas existentes, como el astrónomo Sir John Herschel. Casi al final del siglo, la novela de H.G. Wells La guerra de los mundos (1898) planteó la posible existencia de marcianos, coincidiendo con la polémica científica sobre los canales de Marte, que no quedó definitivamente resuelta hasta 1965.

jueves, 13 de abril de 2023

Modas y falacias en nombre de la ciencia

Martin Gardner
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Como señalé en un artículo anterior, Martin Gardner publicó en 1952 un libro con el mismo título que este artículo: Fad and fallacies in the name of science. La edición que yo tengo es de 1957, y contiene un apéndice de puesta al día y un capítulo nuevo, lo que hace un total de 26 capítulos. Cada capítulo hace referencia a uno o más casos de seudociencia. El libro lleva el siguiente subtítulo:

Estudio sobre la credulidad humana

Estoy convencido de que más de uno de mis lectores se indignará ante al menos una de las seudociencias seleccionadas por Gardner, porque no la considerará seudociencia. Como cualquier actividad humana, también esta (la crítica de las seudociencias) es discutible. Aquí no voy a dar mi opinión al respecto. Me limitaré a resumir cuáles son esas seudociencias, aunque no las mencionaré todas, porque algunas han perdido vigencia y ya no resultan interesantes. Tampoco mencionaré las que han ido surgiendo después de la publicación del libro de Gardner, aunque a alguna de estas le dedicaré otro artículo.

jueves, 22 de abril de 2021

Ciencia y Ciencia-Ficción: influencias mutuas en el siglo XX

H.G. Wells

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A caballo entre los siglos XIX y XX, el británico H. G. Wells abordó también la literatura de predicción científica, aunque sus predicciones suelen ser a plazo más largo que las de Verne y más alejadas de la técnica de su tiempo, por lo que muy pocas se han cumplido. Seguimos sin tener La Máquina del Tiempo y no vemos posibilidades de tenerla. No podemos fabricar hombres artificiales por vivisección de animales (La Isla del Doctor Moreau). Tampoco podemos hacernos invisibles (El hombre invisible). Y afortunadamente no nos han invadido los marcianos (La guerra de los mundos). En 1938, una dramatización radiofónica de esta novela realizada por Orson Welles provocó un pánico colectivo en los Estados Unidos. A pesar del auge que por entonces ya tenía la ciencia-ficción, el público seguía tan crédulo como cuando un siglo antes se dejó engañar por los artículos del Sun.

Wells también (cómo no) escribió sobre un viaje a la luna y pobló nuestro satélite de hormigas gigantes inteligentes, aunque la forma de realizar el viaje es más imaginativa y tan impracticable como la de Verne. Pero su gran éxito de previsión científica es la novela The World set free (El mundo se liberta, 1913), que no sólo anticipó la bomba atómica, sino que influyó en su realización práctica, estimulando las investigaciones de Leo Szilard sobre la reacción en cadena de neutrones. Aunque también es verdad que Wells cometió en esta novela un fallo impresionante, pues predijo en 1913 que la Primera Guerra Mundial empezaría en 1956. Pero como él mismo dijo al respecto, algunos años más tarde: Siempre he sido un profeta un poco lento. Para más detalle, aquí está mi crítica de este libro en Goodreads.

jueves, 12 de julio de 2018

Los extraterrestres en la literatura


Los extraterrestres sólo pueden aparecer en dos tipos de obras literarias: en ensayos, o si hablamos de novelas, en el género de la ciencia-ficción. En cualquier otro tipo de novela, si apareciera un extraterrestre, se convertiría automáticamente en ciencia-ficción.
En la literatura de ciencia-ficción han aparecido numerosos tipos diferentes de extraterrestres:
  • Totalmente humanoides, como los hombre rojos de la serie de Marte de Edgar Rice Burroughs, que son tan humanoides que incluso son fértiles al cruzarse con los terrestres, como demuestran los dos hijos de John Carter y Dejah Thoris, y eso a pesar de que las mujeres marcianas son ovíparas (!!!). A este grupo pertenecen también los extraterrestres de la serie El Pueblo (The people), de Zenna Henderson, que sólo se distinguen de nosotros por sus capacidades mentales, y los de Perelandra de C.S.Lewis, también conocido por el título de Viaje a Venus.
  • Parcialmente humanoides, como los de Cita Galáctica (Star Ways), de Poul Anderson, cuyas mujeres también son capaces de enamorar a los terrestres. Esta novela desarrolla un argumento típico de Anderson, el de las especies extraterrestres que difieren culturalmente de nosotros porque tienen una visión del mundo más ecológica, pero que están condenados a la derrota en su enfrentamiento con unos terrestres mucho más activos y agresivos que ellos.

jueves, 18 de junio de 2015

Evolución y progreso

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Friedrich Nietzsche
A finales del siglo XIX, muchos de los biólogos y pensadores ateos o agnósticos se apoyaron en las teorías de Darwin para construir unas escuelas filosóficas que combinaban la recién descubierta evolución con la idea dieciochesca del progreso para afirmar que la historia de la vida y del hombre en la Tierra mostraba las huellas de un claro progreso indefinido, y para predecir que dicho progreso continuaría indefinidamente hacia el futuro.
Entre los biólogos que se apuntaron a estas teorías destacaron T.H. Huxley y Ernest Haeckel. Los filósofos fueron muchos y cada uno dio lugar a una escuela propia, a menudo incompatible con las de los demás: Karl Marx (marxismo), Herbert Spencer (darwinismo social), Auguste Comte (positivismo) y Friedrich Nietzsche (nihilismo) fueron los más influyentes. En sus previsiones sobre el futuro de la evolución, el citado en último lugar fue el más exaltado, prediciendo que el hombre sería pronto sucedido y suplantado por una especie superior, el superhombre.