Francis Crick escribió un libro
sobre el cerebro titulado La hipótesis asombrosa. La
hipótesis asombrosa era simplemente que la mente es una creación de las células
del cerebro. No existe otra cosa, ni magia, ni una salsa especial, sólo
neuronas y un baile de información... Al llamar a esto una hipótesis, Crick era
políticamente correcto. Que las células de nuestro cerebro crean la mente es un
hecho, no una hipótesis. Es necesario que comprendamos lo que hacen estos
treinta mil millones de células y cómo lo hacen.
¡Maravilloso! Por un lado, se afirma que es un hecho, no una hipótesis, que las
neuronas del cerebro crean la mente. Por otro, se reconoce que no sabemos qué
hacen ni cómo lo hacen. Entonces, ¿por qué sabe Hawkins que es un hecho y no
una hipótesis? ¿Por ciencia infusa? ¿Cómo ha sido capaz de detectar ese hecho?
¿En qué argumentos se apoya? No da ninguno, simplemente lo afirma. ¿Esto es
ciencia?
El problema de la mente es muy antiguo, tanto como la filosofía, y a lo largo de la historia se le han dado cuatro
contestaciones filosóficas diferentes (por lo menos):
1.
Monismo
reduccionista o funcionalismo biológico: la mente está
totalmente determinada por el cerebro, y este por la red de neuronas que lo
constituye. El pensamiento humano es un epifenómeno. La libertad de elección es una ilusión. Somos
máquinas programadas.
2.
Monismo
emergentista:
la mente es un producto evolutivo emergente con auto-organización, que ha
surgido como sistema complejo a partir de sistemas más simples formados por las
neuronas. Algunos pensadores sostienen que las estructuras subyacentes no
pueden determinar por completo la evolución de los fenómenos mentales, pero que
estos sí pueden influir sobre aquellas.
3.
Dualismo
neurofisiológico:
la mente y el cerebro son diferentes, pero están tan íntimamente unidos que
llegan a constituir una unidad, son dos estados complementarios y únicos de un
mismo organismo.
4.
Dualismo
metafísico:
la mente y el cerebro son dos realidades diferentes. La primera es una
sustancia espiritual y no espacial, capaz de interaccionar con el cerebro, que
es material y espacial. Ambas entidades pueden existir independientemente la
una de la otra, aunque el cuerpo sin la mente acaba por descomponerse.
René Descartes |
Aunque el dualismo metafísico al estilo de
Descartes no parece tener muchos partidarios actualmente, el dualismo
neurofisiológico no está, ni mucho menos, excluido. A menos que se parta del
postulado materialista, que afirma que sólo existe la materia en el sentido más
amplio del término: todo lo que la ciencia puede detectar y manipular. En ese
caso es lógico que se elija una de las dos primeras posturas filosóficas sobre
el problema de la mente.
Jeff Hawkins no lo explica así, pero su
postura se adapta sobre todo al monismo reduccionista, quizá con algunos
elementos del monismo emergentista, y por tanto es materialista. Luego el hecho que comenta en el párrafo citado no
es tal, ni siquiera es una hipótesis. Para él es un axioma,
una postura filosófica previa que se anticipa a sus ideas. Presentarlo como un
hecho científico incuestionable es muy típico entre los científicos materialistas
modernos, que ni siquiera se dan cuenta de que con ello incurren en una de las
falacias lógicas típicas, codificadas desde la antigüedad: la petición de
principio (demostrar algo por el mero hecho de afirmarlo, sin
proporcionar argumento alguno).
Un par de referencias:
·
Polaino,
Aquilino. 2014. “¿Ha demostrado la neurociencia que la
mente no es más que un subproducto de la materia?”. En 60
preguntas sobre ciencia y fe respondidas por 26 profesores de universidad,
ed. Soler Gil, Francisco José, y Alfonseca, Manuel. Stella Maris, Barcelona.
·
Soler
Gil, Francisco José. 2013. Mitología
materialista de la ciencia. Ediciones Encuentro, Madrid.
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Manuel Alfonseca
Sigo pensando que ese señor no es científico y que no merita que le hagamos publicidad discutiendo sus posiciones ateístas fanáticas.
ResponderEliminarAquí está su página de la Wikipedia:
Eliminarhttps://es.wikipedia.org/wiki/Jeff_Hawkins
Antes de declarar que Hawkins no es científico, habría que revisar sus trabajos. Gustavo, ¿quizá lo has confundido con Dawkins?
Hawkins sí es científico, ocasionalmente filósofo (uno terrible)
EliminarPor otra parte Dawkins es un divulgador que tiró su carrera para hacer algo parecido a un pastor ateo. "No hay más verdad absoluta que el ateísmo y Dawkins es su profeta "
Señor Manuel, me gustó su entrada y algunas me han parecido bastante interesantes, buen blog.
No confundáis a estos tres:
Eliminara) Stephen Hawking (físico)
b) Richard Dawkins (biólogo)
c) Jeff Hawkins (informático y estudioso de neurociencia)
Aunque el apellido del tercero (autor del libro que comento aquí) difiera sólo en una letra del de los otros dos, es una persona diferente.
Estimado Manuel:
ResponderEliminarAunque no en todos los casos en que publicas aquí en Linkedin tus artículos te entera de que yo lo haya leído por comentario que haga, sigo y leo con placer "todo lo que escribes pensando" -¡parece tautología, pero para mi no lo es pues hay autores que hacen una u otra cosa solamente, lo cual no es tu caso, al menos para mí!-. Pero lo nos ofreces hoy ha "conectado", mediante esos "liks inescrutables" que tiene nuestro cerebro en ocasiones con algo que escribí siguiendo mi método de atrapar, al momento y sin dilaciones, "ideas, conceptos, formulaciones, propuestas", en fin no pienso que haya etiqueta que describa exactamente a ese "hecho" que nos ocurre a todos y que se resume en "que se nos ocurre algo sin que sepamos por qué las palabras que esas palabras han sonado en nuestro locus adquiriendo tal configuración". Transcribo el texto a que me refiero para tratar de que comprendas qué fue lo que ocurrió en mí cuando leí tu "discurso sobre la inteligencia" y, quizá, alcances a entender cómo tal "conexión" funcionó cómo respuesta de mi parte a tu exposición.
LA GLOBALIZACIÓN: QUÉ ELLA HA CAMBIADO EN MÍ Y CÓMO
19 Octubre 2015
Acabo de darme cuenta de lo principal que La Globalización me ha producido: qué ella ha cambiado en mí y cómo. No es difícil ver los efectos que los años provocan en el aspecto físico que nos representa. Es sencillo. El espejo nos los revela con fidelidad. Y en cierto momento de nuestras vidas, nos produce alegría. Pero en otros, cuando imaginamos “ser los mismos”, nos devuelve a La Realidad. Una gran mayoría de personas del Occidente Cristiano conocen este aforismo de Saint Exupéry: “Lo esencial es invisible a los ojos”. Y aceptan el corolario que el zorro inculcó al Principito a partir de la hipotética tesis que el mismo “inventó”: “Solo se ve bien con el corazón”. En la última década del siglo XX, Daniel Goleman” anuncio “el descubrimiento” de que existe “Una Inteligencia Emocional”, ampliando así el espectro de los 8 tipos de ella que el neuropsicólogo Howard Gardner propuso 20 años antes para describir esa capacidad de resolver problemas o crear productos valiosos que tienen las distintas culturas gracias a la “habilidad emo-racional” de sus miembros. Tanto la Teoría de las Inteligencias Múltiples de Gardner, como la excepcional y prima inter pares de Goleman, son parte de una prehistoria científica de esa cualidad singular que poseemos los sapiens: La Voluntad de Entender. Aunque ella se manifiesta y muestra solo progresivamente y para alcanzar nuestros objetivos comunmente debemos antes adaptarnos a sobrevivir en medio de “verdades imperfectas”, que no son más que el resultado de la Mecánica Universal sobre la que ha crecido La Altura del Conocimiento de que disponemos hoy, que funciona gracias a una idea simple y sencilla: “no existe siquiera un solo lugar donde haya verdades eternas”.
¿Entonces, qué y cómo ha cambiado La Globalización, no solo en mí sino, sobre todo, al Conocimiento? Es simple de explicar, ambos –qué y cómo-, resumen un solo hecho: Las Conexiones. Son ellas con las que iluminamos y/o hundimos en la oscuridad nuestra mente. “Pensar” es “Conectar”, “Creer”, “Desconectar”. Pero a pesar de la diferencia evidente de ambas posturas de nuestros “pensamientos” en ambos casos, “sentir” siempre está presente. “Aquellas dos opciones son la esencia de lo que somos –dicho en términos de lenguaje informático-, son el 1 y el 0 que nos programa. O dicho en términos de Física, las dos partículas elementales (¡incluso más pequeñas que el Bosón de Higg, que alegóricamente se le atribuye a Dios! –tal es la enorme influencia que este imaginario sigue poseyendo en esta “Postmodernidad”-), que constituyen lo primero que somos: Mente, primera de las 7 Leyes del Kibalión, que resumen los principios que estructuran El Todo. PALABRAS.
Un saludo
Gracias, Lázaro, por tu amplio y completo comentario. A mi vez, tengo un comentario respecto a esta frase tuya:
EliminarLa Altura del Conocimiento de que disponemos hoy, que funciona gracias a una idea simple y sencilla: “no existe siquiera un solo lugar donde haya verdades eternas”
La frase entrecomillada, ¿la consideras una verdad eterna? Si es así, se contradice. Si no, ¿por qué debemos creerla?
Saludos,
Es interesantísimo comparar la postura de Hawkins con la de Descartes. Pues fue desgraciadamente el científico/filósofo francés quien cometió este error el de pensar que se existe en el momento en el que se tiene conciencia de ello. ¿Qué pasaría entonces con las personas que están en un coma irreversible?. Aunque no sean conscientes estas existen. Es una pena el infierno como se dice estaba empedrado de buenas intenciones. El pobre Descartes que era un hombre muy religioso ideo su sistema filosófico para justificar la existencia de Dios, pero paradójicamente atacando la escolástica puso los cimientos de los filósofos anticristianos. Pero conviene defender al hombre (Descartes) no a su sistema. Descartes era amigo del cardenal Berulle, alumno de los Jesuitas, y se sintió triste cuando su hija abandono la fe católica y se convirtió al protestantismo. Recordemos que murió en Suecia en la corte de la intrigante, pero filocatólica reina Cristina de Suecia. Fue amigo de Hugo Grocio perseguido por el partido de los calvinistas extremos el de Gomar (Grocio junto con Francisco de Vitoria y la escuela de Salamanca es padre del derecho natural y del internacional y era seguidor de Arminio).
ResponderEliminarNo puedo más que finalizar mi intervención alabando el maravilloso artículo del señor Alfonseca y recomendando el libro de las 60 preguntas de ciencia y fe.
Independientemente de las ideas religiosas de Descartes y de que le gusten o no a tal o cual, lo que yo recuerdo que dijo Renato fue, tengo conciencia luego existo, que no es lo mismo que decir que para existir había que tener consciencia, sino que si se la tiene se está vivo. Respecto a considerar a Platón o a Descartes como "dualistas metafísicos", creo que ello no es más que una forma de etiquetarlos, porque aunque ambos reconocen la existencia de mundos espiritual y material, creo que ambos eran esencialmente monistas, porque daban primacía y preponderancia solo a una forma de ser.
EliminarMe quedo con lo que dijo el gran filósofo Bader: 'Soy pensado, luego exito'.
ResponderEliminarEn mi opinión la mente es un producto de la interacción con el medio. Sin memoria ¿qué somos?
ResponderEliminar¿No es esto un ejemplo de nuestra tendencia a pensar que todo tiene que ser función de una sola variable? Véase mi artículo en este blog:
EliminarEl misterio de las muchas variables.