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jueves, 13 de octubre de 2022

La premisa oculta

Alvin Plantinga
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En artículos anteriores de este blog he señalado que algunos ateos intentan justificar sus creencias utilizando en sus razonamientos premisas ocultas. Esta es la más importante:

Dios no existe

Al final del razonamiento, la conclusión suele ser que Dios no existe, o alguna afirmación equivalente. Como la premisa de partida está oculta, seguramente ni ellos mismos se dan cuenta de que han incurrido en circularidad, una de las falacias más conocidas desde la antigüedad, que consiste en demostrar la verdad de una afirmación, partiendo de que dicha afirmación es verdadera.

En la introducción a su Contribución a la crítica de la filosofía del derecho de Hegel, Carlos Marx escribe esto:

jueves, 2 de abril de 2020

Conducta frente a Conductismo: Tabula Rasa e Ideología de Género

Konrad Lorenz
Nobel Foundation Archive
La teoría que sostiene que somos una pizarra en blanco, sobre la que alguien (quizá nosotros mismos) debe escribir nuestro carácter y nuestro comportamiento es muy antigua. Podría remontarse al menos hasta la teoría de la potencia y el acto de Aristóteles, según el cual el alma humana nace en estado de potencia, como una tablilla sin escribir, y debe convertirse en acto:
Lo inteligible ha de estar en [el intelecto] del mismo modo que en una tablilla en la que no hay nada escrito: esto es lo que sucede con el intelecto. (Sobre el alma).
La idea fue recuperada por filósofos medievales como Avicena y Santo Tomás de Aquino, y ya en el siglo XVII por John Locke en su An Essay Concerning Human Understanding, donde sustituyó el término Tabula Rasa por White Paper (papel en blanco):
Porque quienes tienen cuidado... de dar buenos principios a los niños... les inculcan en su entendimiento... libre de prejuicios (porque el papel blanco recibe cualquier cosa) las doctrinas que quieren que retengan y profesen.
Y más adelante dice:
Supongamos que la mente es, como decimos, un papel en blanco, vacío de caracteres, sin ideas: ¿Cómo se amuebla?