Mostrando entradas con la etiqueta Frankenstein. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Frankenstein. Mostrar todas las entradas

jueves, 15 de abril de 2021

Ciencia y Ciencia-Ficción: influencias mutuas hasta el siglo XIX

Ilustración del artículo del Sun
The same post in English

En los primeros años del siglo XX se produjo una verdadera inundación de títulos que dio lugar al reconocimiento de un género literario que los norteamericanos llamaron science fiction, nombre que pasó incorrectamente al castellano como ciencia-ficción. Habría sido más correcto traducirlo como ficción científica, pero el otro término ya ha cuajado y es definitivo.

Pero las novelas de ciencia-ficción, entendidas como obras que utilizan la ciencia, (especialmente sus avances futuros) como elemento esencial del argumento de una novela, son muy antiguas. Suele considerarse creador del género a Luciano de Samósata, escritor satírico sirio del siglo II que en una de sus obras (Vera Historia) relata un viaje de la Tierra a la luna en un barco que, elevado por una tromba de agua, es lanzado al espacio. La luna está habitada por una civilización avanzada, que ha cruzado el espacio y está en guerra con los habitantes del sol por un conflicto de intereses respecto a la colonización del planeta Venus. Puesto que se ignoraba la existencia del vacío interplanetario, Luciano no se plantea explicar cómo podían sus personajes respirar durante el viaje.

jueves, 11 de febrero de 2021

Edward Bellamy, o la ciencia-ficción filosófica

The same post in English

Se suele llamar edad de oro de la ciencia-ficción al periodo comprendido entre los años 1940 y 1965. Son los mismos años que se consideran también como la edad de oro del cine. Los años anteriores del género, por el contrario, parecen claramente inferiores, plagados de pulp fiction (novelas de quiosco), y es frecuente pensar que la ciencia-ficción se encontraba en estado incipiente, que apenas había salido de las nieblas de la prehistoria literaria.

Esta idea sería claramente errónea. Durante esos años hubo obras dignas de mención, como la primera versión de The forgotten planet de Murray Leinster (1920-21); R.U.R. de Karel Capek (1920), con la primera aparición de la palabra robot; Nosotros de Zamyatin (1921), que influyó sobre Aldous Huxley y George Orwell; Un mundo feliz de Aldous Huxley (1932); y ya al final del periodo, Más allá  del planeta silencioso de C.S. Lewis (1938).

jueves, 7 de enero de 2021

Influencia de las ideas estéticas en la física

El Nacimiento de Venus de Botticelli
The same post in English

En un artículo anterior hablé del nuevo libro de Francisco José Soler Gil titulado El enigma del orden natural. El capítulo tercero de este libro, que se titula Las ideas estéticas en la física y reproduce una conferencia impartida por el autor en la Facultad de Química de la Universidad de Sevilla, me ha proporcionado argumento para este artículo de mi blog.

La influencia de las ideas estéticas en la física es muy antigua, quizá tanto como la propia física. Uno de sus precursores más antiguos es Pitágoras, que propuso el concepto de la armonía de las esferas celestes, según el cual las distancias entre los planetas reproducirían los intervalos musicales armoniosos.

jueves, 20 de febrero de 2020

Vida sintética, ¿es posible?

El monstruo de Frankenstein
The same post in English

En los dos artículos anteriores de esta serie hemos visto que la generación de vida sintética en el laboratorio es probablemente un proceso más difícil de lo que algunos optimistas imaginan.
Veamos uno de los últimos experimentos en biología sintética: George Church y Nili Ostrov, biólogos de Harvard, están intentando construir una estirpe de la bacteria Escherichia coli que sea inmune a todos los virus que existen. ¿Cómo? Cambiando su código genético para que los virus no lo entiendan y no sean capaces de utilizar su maquinaria celular para reproducirse. Puesto que el código genético es redundante, es posible sustituir uno de los codones que codifican el aminoácido arginina (AGA) por otro que también codifica el mismo aminoácido (CGC), y todos los genes de la bacteria seguirían generando las mismas proteínas que antes. Esto se haría con varios codones poco frecuentes. Pero como los virus seguirían utilizando los codones sustituidos, la maquinaria celular de la bacteria ya no sería capaz de entender el ADN del virus. Esta parte del trabajo está casi terminada. Cuando lo esté, faltaría eliminar los ARN de transferencia de los codones desaparecidos y asegurarse de que no vuelven a fabricarse, para que la maquinaria celular deje de utilizarlos.
Obsérvese que el trabajo realizado hasta el momento consiste en la manipulación de los datos grabados en el ADN. Equivale a manipular la información contenida en el disco duro de un ordenador para que deje de utilizar cierta instrucción del lenguaje de la máquina, sustituyéndola por otra equivalente. Seguimos estando muy lejos de la biología sintética en sentido estricto. ¿Es posible que lleguemos a fabricar vida en el futuro más o menos cercano?