Las novelas de ciencia-ficción dejan muy claro que,
aunque fuésemos capaces de alcanzar velocidades relativistas (próximas a
la velocidad de la luz), eso no satisfaría nuestra necesidad de explorar
personalmente el universo. Quisiéramos viajar a otras estrellas con la misma
facilidad con que hoy atravesamos el Atlántico. Nos gustaría que el tiempo de
un viaje hacia el centro de la galaxia (que probablemente contiene un gran
agujero negro) se midiera en días, si no en horas. ¿Hay alguna posibilidad de
que esto llegue a ocurrir?
Para ello sería necesario que en el futuro se
descubriera alguna propiedad del universo, hoy desconocida, que nos ayude a
romper el límite de la velocidad de la luz, que parece firmemente establecido,
y que nos obligaría a emplear miles de años en viajes a la mayor parte de las
estrellas, exceptuando las más próximas.
Para resolver el problema, los autores de
ciencia-ficción han utilizado esencialmente dos procedimientos diferentes: