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jueves, 28 de noviembre de 2024

Inteligencia computacional y consciencia

Eduardo César Garrido Merchán
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En los últimos años ha habido avances considerables en inteligencia artificial, especialmente en el campo de la generación automática de textos e imágenes que a veces compiten con éxito con las producciones humanas. Ante esto, los medios, e incluso algunos científicos, han lanzado las campanas al vuelo anunciando que estamos a punto de crear inteligencias artificiales conscientes, que competirían con los seres humanos como iguales nuestros. Pero otros piensan que ese objetivo, si fuera posible (lo que no está claro), está mucho más lejos de lo que algunos piensan.

En un artículo firmado por Eduardo César Garrido Merchán y Sara Lumbreras y publicado en la revista philosophies con el título Can Computational Intelligence Model Phenomenal Consciousness, los autores revisan la analogía de Bertrand Russell, que sostiene que la consciencia y la inteligencia están íntimamente correlacionadas. O sea, que cualquier ente que posea consciencia poseerá también un alto nivel de inteligencia, y viceversa. En cierto modo, esta analogía es semejante a la Prueba de Turing, mucho más conocida.

jueves, 8 de noviembre de 2018

Fred Saberhagen contra la Prueba de Turing


Alan Turing
En 1950, el matemático y químico inglés Alan Turing intentó definir las condiciones en las que sería posible afirmar que una máquina es capaz de pensar como nosotros. Para Turing, esto se conseguirá cuando la máquina sea capaz de engañar a los seres humanos, haciéndoles pensar que es uno de ellos. Esta prueba se llama el juego de la imitación. He hablado de esto en un artículo anterior de este blog.
En 1956, Arthur Samuel, de IBM, construyó un programa para jugar a las damas que guardaba información sobre el desarrollo de las partidas que jugaba y la utilizaba para modificar sus jugadas futuras (es decir, aprendía). En pocos años, tras un número suficiente de partidas, el programa fue capaz de vencer a su creador y desempeñaba un papel razonable en campeonatos oficiales.
Ese mismo año, durante un curso de verano celebrado en Dartmouth College, John McCarthy y otros pioneros de la informática acuñaron el término inteligencia artificial y, lanzando las campanas al vuelo, predijeron avances espectaculares para los diez años siguientes, que no tuvieron lugar en el tiempo previsto, sino mucho más tarde. De esto también he hablado en otro artículo.
En 1963, el escritor de ciencia-ficción Fred Saberhagen publicó el primer cuento de su famosa serie de los berserkers, fortalezas espaciales autónomas e inteligentes creadas por una antigua civilización extraterrestre para exterminar la vida inteligente dondequiera que aparezca en la galaxia. Este cuento, cuyo título inglés es Without a thought, es una respuesta a la Prueba de Turing y un mentís a las esperanzas desaforadas de los inventores del término inteligencia artificial. Este es el argumento del cuento:

jueves, 30 de noviembre de 2017

La prueba de Turing


Alan Turing
En 1950, en un artículo publicado en la revista Mind, Alan Turing escribió esto:
Yo creo que en unos cincuenta años será posible programar computadoras, con una capacidad de almacenamiento de alrededor de 109, para que sean capaces de jugar tan bien al juego de la imitación que un interrogador promedio no tendrá más del 70 por ciento de probabilidad de hacer la identificación correcta después de cinco minutos de interrogatorio.
¿Por qué precisamente un 70 por ciento? Porque estudios realizados en los que una persona trataba de engañar sobre su sexo a otra que no podía verla, daban ese resultado. En un setenta por ciento de los casos, la persona que tenía que adivinar si le estaban engañando acertaba con la respuesta correcta. Con otras palabras, lo que viene a decir Turing es esto: 
Si la máquina llegara a ser capaz de engañar a los seres humanos, haciéndose pasar por humana, con la misma facilidad con que un ser humano puede engañar a otro, habría que considerarla inteligente.