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jueves, 24 de octubre de 2024

Verdad frente a utilidad

Alvin Plantinga

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Como dije en un artículo anterior, la selección natural es la constatación estadística de que, en general, los individuos mejor adaptados a su medio ambiente suelen dejar más descendientes que los menos adaptados. Es, por tanto, una cuestión de utilidad. Un rasgo que es útil para aumentar la reproducción de un individuo será, en principio, favorecido estadísticamente por la selección natural.

En otro artículo, en el que hacía referencia a un libro mío de divulgación científica (Evolución biológica y evolución cultural en la historia de la vida y del hombre)  mencioné que 

La evolución actúa en el universo, tanto sobre la vida como sobre la cultura, aunque su forma de actuar se adapta al entorno concreto sobre el que se aplica (genes, sistemas nerviosos o elementos culturales). 

jueves, 24 de enero de 2019

Neuronas y libre albedrío

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En otro artículo de este blog, clasificado en el mismo hilo que este, he hablado sobre las cuatro teorías con las que la filosofía ha intentado resolver el problema de la mente humana: ¿Qué es la inteligencia? ¿Qué es la consciencia? ¿Qué es la libertad? ¿Somos libres, o estamos determinados y sólo somos máquinas de carne?
A finales del año pasado, Javier Pérez Castells publicó un libro en el que aborda algunas de estas cuestiones desde el punto de vista científico y filosófico. Su título es el mismo que el de este artículo. En particular, el capítulo 8 del libro describe algunos de los modelos con los que varios científicos y filósofos han intentado explicar cómo tomamos decisiones más complejas que las que estudian los experimentos de Libet, Fried y Haynes, que no van mucho más allá de apretar un botón o levantar una mano. Esos modelos se llaman de dos etapas, porque intentan explicar nuestras decisiones suponiendo que se realizan en dos fases: la primera más o menos aleatoria, en la que el cerebro genera las alternativas de que disponemos, seguida por otra en la que realmente tomamos una decisión, después de sopesarlas.

jueves, 15 de noviembre de 2018

Tiempo físico y tiempo interno


William Blake
Todos sabemos que el tiempo físico transcurre regularmente, pero que el tiempo interno (nuestra sensación del paso del tiempo) es muy variable. Los dos no tienen por qué coincidir. A veces, para nuestro tiempo interno, parece que pasan horas en un minuto, mientras que otras veces las horas se nos pasan en un vuelo. Un poeta inglés, William Blake, lo expresó muy bien en un poema famoso:
Para ver un Mundo en un Grano de Arena
Y un Cielo en una Flor Silvestre,
Sostén el Infinito en la palma de la mano,
Y la Eternidad en una hora.
(Augurios de Inocencia, 1803?)
Hay una larga historia de obras literarias en las que un personaje entra en éxtasis, estético o religioso, o simplemente se duerme, y al volver a la realidad descubre que han pasado muchos años, a veces siglos. Este subgénero (llamado por los eruditos leyendas de durmientes) tiene representantes en muchas literaturas, como explica María Luisa Burguera Nadal en su libro De unitate speculorum. Estudios de literatura comparada. En la literatura española se plasma en la leyenda del monje y el pajarillo o leyenda de San Virila, asociada al monasterio de Leire, que aparece también en la cantiga CIII de las Cantigas de Santa María de Alfonso X el Sabio y en otras fuentes, como una versión de Ramón María del Valle-Inclán en Aromas de leyenda. En ella, un monje que entra en éxtasis mientras oye cantar a un pajarillo, descubre al despertar que han pasado tres siglos. Entre los lays franceses medievales hay una leyenda del caballero Guingamor, que llegó a una ciudad maravillosa y permaneció en ella tres días, y al salir comprobó que habían pasado tres siglos. Y en la literatura de los Estados Unidos es famoso el cuento de Washington Irving titulado Rip van Winkle, cuyo protagonista se queda dormido una noche y se despierta 20 años después.

jueves, 11 de mayo de 2017

Cuatro ideas de Alvin Plantinga sobre Dios y el materialismo

Alvin Plantinga
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Con ocasión de la concesión del Premio Templeton al filósofo estadounidense Alvin Plantinga, viene a cuento repasar algunos de sus pensamientos más importantes en el debate entre teísmo y materialismo. Como es imposible entrar con detalle en toda su obra, que es muy extensa, citaré únicamente cuatro de sus ideas:
1.      El argumento de Mozart en favor de la existencia de Dios. ¿Por qué somos capaces de apreciar la belleza? Según la hipótesis materialista, es inexplicable que la evolución nos haya llevado a esto, pues no se ve cómo podría resultar útil este rasgo para nuestra supervivencia. En vez de la buena música, deberíamos apreciar la cacofonía, que abunda más en la naturaleza. Desde la hipótesis de la existencia de Dios, sin embargo, es fácil explicarlo, partiendo de que Dios aprecia la belleza (de hecho, Dios es la belleza). Este argumento, junto a otros muchos, se encuentra en esta dirección de la Web.

jueves, 30 de marzo de 2017

Trasplante de cerebro e identidad personal

Daniel Dennett
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En el artículo anterior hablé del trasplante de cerebro, pero quedó pendiente considerar el problema de cómo afectaría un trasplante cerebral a la identidad personal. ¿Está nuestra identidad asociada al cerebro, y por tanto pasaría a un cuerpo diferente en caso de trasplante cerebral? ¿O podría ocurrir algo distinto?
En primer lugar, debo hacer constar que esta disquisición no es científica, sino filosófica, pues por el momento el trasplante de cerebro es pura ciencia-ficción. Ni es factible ahora, ni parece probable que llegue a serlo en bastante tiempo, suponiendo que sea posible realizarlo con éxito. O sea, que estoy apoyándome en el vacío, eso mismo que yo he criticado varias veces cuando lo hacen otros...
En 1978, el filósofo estadounidense Daniel Dennett escribió un ensayo filosófico sobre este problema titulado Where am I? (¿Dónde estoy yo?) en el que, haciendo uso del género de la ciencia-ficción, planteaba el problema de la identidad personal en el caso de que llegasen a ser posibles avances científicos hipotéticos, tales como el mantenimiento de un cerebro vivo y activo fuera del cuerpo (aunque conectado con este por wifi), o la descarga del contenido de un cerebro humano en un ordenador.