jueves, 26 de junio de 2014

La ciencia es una herramienta

Francis Bacon
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La utopía La nueva Atlántida, de Francis Bacon, contemporáneo de Galileo y pionero de la moderna filosofía de la ciencia, describe una sociedad perfecta que surge automáticamente de la práctica de la ciencia, a la que los habitantes de la isla de Bensalem han convertido en la base de su sociedad y de su gobierno. Como muchos de sus seguidores enciclopedistas, que un siglo después crearon el mito del progreso indefinido (véase mi artículo El mito del progreso en la evolución de la ciencia), Bacon creía que la ciencia del futuro llegará a salvar al hombre, que algún día conseguirá resolver todos los problemas humanos, abriendo paso al paraíso en la Tierra.

Este error es muy frecuente. A menudo se confunden las herramientas con el bien que se puede hacer con ellas, olvidando que las mismas herramientas también pueden emplearse mal. Veamos algunos ejemplos, entre otros miles que podrían aducirse:

·         Un martillo se puede utilizar para colocar una obra de arte donde todo el mundo pueda verla, pero también puede servir para destruirla, como intentó hacer un loco con la Piedad de Miguel Ángel.
·         Un escalpelo puede salvar una vida, ayudando a un cirujano a extirpar un tumor maligno, pero también puede servirle a un asesino para matar a su víctima.
·         Una bomba atómica podría desviar un asteroide que amenaza provocar una catástrofe al estrellarse contra la Tierra, pero también puede obliterar una ciudad, matando a cientos de miles de personas.
Isaac Asimov
·         En un artículo publicado en 1970 (The sin of the scientist, incluido en la colección The stars in their coursesIsaac Asimov se pregunta si la ciencia puede utilizarse para hacer el mal. Su respuesta es inequívoca: ¡Sí!. Y señala, como el peor pecado de los científicos en toda la historia, la invención de los gases venenosos durante la primera guerra mundial (hoy se llaman armas químicas).

La ciencia es una herramienta y las herramientas no son ni buenas, ni malas. Lo que es bueno o malo es el uso que se haga de ellas. La ciencia puede contribuir, y lo ha hecho, a la mejora del mundo y de la humanidad, pero no puede salvar al hombre de su propia maldad, porque también le proporciona mayores medios para ejercerla.

¿Hay, por tanto, algo por encima de la ciencia? ¡Por supuesto! La ciencia estudia los fenómenos y formula teorías para explicarlos. Funciona exclusivamente en el modo indicativo: esto es así (descripción); esto lo causa aquello (explicación). Desde que Aristóteles formalizó la lógica, se sabe que no se puede deducir, de dos premisas en indicativo, una premisa en imperativo. La ciencia no puede llevar a una conclusión del tipo: debes hacer esto y no lo otro.


Como cualquier otra herramienta, la ciencia debe estar bajo el control de la ética. No vale decir: puede hacerse, luego debe hacerse. Gracias a la ciencia, hoy podemos destruirnos a nosotros mismos. ¿Debemos hacerlo?

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Manuel Alfonseca

jueves, 19 de junio de 2014

El tiempo, ¿una ilusión?

Albert Einstein, 1947
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Los físicos tienen tendencia a negar la existencia real del tiempo irreversible y a veces lo consideran una ilusión, un fenómeno psicológico, una apariencia. En una carta de pésame que escribió Einstein en 1955, dijo: ...la distinción entre pasado, presente y futuro es sólo una ilusión, aunque persistente. Curiosa manera de consolar a quien ha perdido a un ser querido. Sus razones para decirlo fueron estas:

·         Si en las ecuaciones de la gravitación universal de Newton se cambia el signo de la variable que representa el tiempo, las ecuaciones no cambian. Si viésemos la película de un proceso gravitatorio, la teoría predice que no seríamos capaces de detectar si la proyección está al derecho o al revés.
·         Lo mismo ocurre con las ecuaciones de Maxwell, que describen el comportamiento de las ondas electromagnéticas.
·         Lo mismo ocurre con las ecuaciones de Einstein, que sustituyen a las de Newton para describir la gravedad.
·         Lo mismo ocurre con la ecuación de Schrödinger, base de la mecánica cuántica.

El problema es que las ecuaciones mencionadas no constituyen toda la física. El segundo principio de la termodinámica implica la existencia de una flecha del tiempo. Y como dijo en 1928 el inventor de este término (Eddington), si tu teoría se opone al segundo principio... le espera el colapso en la más profunda humillación.

Toda teoría física es una abstracción en la que siempre se simplifica, se eliminan partes de la realidad. Si la irreversibilidad del tiempo es una de esas simplificaciones, no es de extrañar que el resultado final sea reversible. En los hechos reales, en cambio, no hay abstracción que valga. Hay que aplicarles a la vez todas las teorías de la física. También el segundo principio de la termodinámica. Si lo hacemos, la supuesta simetría temporal desaparece.

  • Una de las primeras aplicaciones de la teoría de Newton describe la caída de una manzana. Si se
    Newton y su manzana
    proyecta una película que muestra en el suelo varios pedazos de manzana, que de pronto se ponen en movimiento y se reúnen en una sola pieza de fruta, que después sube hacia arriba hasta quedar sujeta a un árbol, ¿tendríamos dificultad para saber si está proyectada al derecho o al revés? El hecho de que no la tengamos es consecuencia del segundo principio de la termodinámica.
  • Esto se aplica también a los movimientos de los cuerpos celestes. Imaginemos una grabación de la órbita de Mercurio en la que se pueda ver el sol. Estudiando el movimiento de las manchas solares podríamos deducir si la película está proyectada al derecho o al revés. Las manchas solares son consecuencia de fenómenos termodinámicos.
  • La desintegración radiactiva es otro ejemplo de un proceso reversible en teoría, pero irreversible en la práctica, hasta el punto de que la proporción de uranio-238 y plomo-206 en una roca nos proporciona un método fiable para calcular su edad. La cadena de desintegraciones del uranio al plomo es muchísimo más probable que la cadena inversa, aunque las teorías físicas digan que podría ser reversible.
  • Diga lo que diga la ecuación de Schrödinger, la mecánica cuántica, en la interpretación de Copenhague, exige la irreversibilidad del tiempo. Si un fotón impacta contra un electrón con cierta energía, el electrón queda en dos estados de espín superpuestos. Si se mide el espín, la superposición cuántica colapsa en un valor positivo o negativo. Este proceso implica una dirección del tiempo: primero viene el impacto del fotón, luego el electrón en dos estados superpuestos, finalmente una medida y un colapso cuántico. El proceso inverso no puede darse.

En todos estos ejemplos, en cuanto se hace intervenir toda la física sin excluir la termodinámica, la supuesta reversibilidad del tiempo desaparece.

Parece que los físicos tienen tendencia a poner sus teorías por encima de la realidad, haciendo lo contrario de lo que exige el método científico. Ni siquiera grandes hombres como Einstein estuvieron exentos de ello.

Otro día hablaremos de la causalidad.

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Manuel Alfonseca

jueves, 12 de junio de 2014

¿Diseño inteligente o evolución al azar?

Charles Darwin
Como toda teoría científica, la de la evolución será siempre provisional, pero en siglo y medio ha quedado muy bien contrastada. No es probable que venga una revolución que la declare obsoleta o equivocada, quizá tan sólo algún ajuste fino, como le pasó a la física de Newton con la teoria de la relatividad general de Einstein. Cualquier ataque contra la teoría de la evolución debería basarse en la constatación de hechos discrepantes, que hasta ahora no se han presentado.
El problema es que algunos de los que defienden la teoría de la evolución dan un paso más y caen en el mismo pecado del que acusan a sus oponentes, presentando elucubraciones filosóficas y afirmaciones dogmáticas como si fuesen teorías científicas contrastables.
Como cualquier teoría científica, la teoría de la evolución es un conjunto de hipótesis para explicar hechos conocidos, susceptibles de que se pueda demostrar que no son correctas. Se basa en la constatación comprobada de que las especies cambian, y estudia los mecanismos que pueden llevar a ello: mutaciones, ADN, selección natural... Cualquier connotación filosófica que se añada no tiene carácter científico, tanto si se afirma, con los creyentes, que detrás de todo hay un diseño inteligente, como si se dice, con los ateos, que todo es únicamente consecuencia de la casualidad.

jueves, 5 de junio de 2014

Confusiones egregias en los medios de comunicación

Las noticias científicas que aparecen en los medios de comunicación suelen contener muchos errores. Lo mismo ocurre con el uso (y abuso) que se hace de las matemáticas y de la estadística. Veamos una muestra:

Yacimiento de icnitas de Aren 
    ·  Noticia publicada el 12 de enero de 2010 en CORDIS, de la que se hizo eco Madri+d: Titular: Un descubrimiento de icnitas provoca la reevaluación de la prehistoria. Texto: ...icnitas de los primeros animales terrestres vertebrados... Crítica: Según el diccionario, prehistoria es el periodo humano  anterior a la invención de la escritura. Llamar prehistoria al tiempo de la aparición de los primeros vertebrados terrestres (que es a lo que se refiere la noticia), es, pues, un abuso del lenguaje.


·         Noticia publicada el 24 de mayo de 2010 en ABC Periódico Electrónico, de la que se hizo eco Madri+d. El titular era: Teletransportan información entre dos átomos separados por 16 kilómetros. Crítica: Aunque el cuerpo de la noticia es correcto, el titular es falso. En primer lugar, no hubo transporte de información. En segundo lugar, los fotones no son átomos.

Claudio Ptolomeo
·         Artículo de Juan Cruz publicado en El País el 28 de abril de 2013, titulado La noche enorme. El texto dice: Dice Savater en su libro Las ciudades y los escritores, que publica Debate, que ese texto escrito “casi como una especie de epitafio póstumo, para Ptolomeo, el famoso astrónomo renacentista”. Crítica: De los muchos Ptolomeos de la historia, el astrónomo famoso es Claudio Ptolomeo, que vivió unos catorce siglos antes del Renacimiento.

·         Noticia publicada en La Vanguardia el 16 de abril de 2013. Titular: El largo adiós. Texto que aparece en la imagen de la página 27A la velocidad actual, el Voyager 1 tardaría unos 4,37 años-luz en llegar [a Alfa Centauri]
Voyager 1
      Crítica: el año-luz no es una unidad de tiempo, sino de distancia. Avisada La Vanguardia, al día siguiente publicó la siguiente corrección: FE DE ERRORES. La nave Voyager 1 tardaría 4,37 años en llegar a la estrella Alfa Centauri, y no 4,37 años luz como se indicaba ayer en la página 27, ya que el año luz es una unidad de distancia y no de tiempo O sea, que la nave Voyager 1 viaja a la velocidad de la luz ¡Errores en la fe de errores...!

·         Noticia publicada en ABC Periódico Electrónico el 4 de septiembre de 2013, de la que se hizo eco Madri+d. El titular es: La civilización egipcia se formó mucho antes de lo que se pensaba. El texto dice: el primer faraón de la dinastía egipcia, el rey Aha, accedió al trono entre el 3111 y el 3045 a.C, hasta 500 años más tarde de lo que se había estimado. Crítica: el titular y el texto se contradicen. En este caso, el texto es correcto, el titular está mal: la civilización egipcia se formó mucho después de lo que se pensaba.

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Manuel Alfonseca


jueves, 29 de mayo de 2014

El riesgo nulo no existe

Acceso prohibido: riesgo de radiación
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Nos gustaría vivir en un mundo en el que no corriésemos ningún riesgo, pero eso es imposible. Cada vez que subimos a un coche, cruzamos la calle, encendemos el gas o hacemos deporte, corremos un riesgo. Las acciones más elementales e inconscientes de la vida tienen asociado un riesgo: respirar aire contaminado, exponerse a la radiactividad natural de los edificios, pasar debajo de una teja justo cuando se suelta... Siempre se ha sabido que la vida es sinónimo de peligro y nos hemos adaptado a ello. En nuestra época, sin embargo, parece que el umbral de riesgo que estamos dispuestos a tolerar ha descendido. Dicho de otro modo: nos hemos vuelto más cobardes.
Los medios de comunicación tienen gran parte de culpa, pues movidos por el interés de captar lectores y aumentar sus ganancias, suelen fomentar la aparición de estados de opinión próximos al pánico. Podemos verlo en la forma en que se presentan las noticias que afectan a la salud (el síndrome de las vacas locas, la gripe aviar, el SARS, la gripe A...); la viabilidad de la vida humana en la Tierra (calentamiento global, choque con un asteroide); o la economía (tiempos de crisis). Muchas de estas amenazas son reales, pero se exageran sistemáticamente y alguna vez terminan desinflándose.
Physalia physalis
El siguiente titular fue publicado en un periódico nacional el 30 de abril de 2009: “Peor que la medusa: El Instituto de Oceanografía alerta de la presencia en el Mediterráneo de la carabela portuguesa, cuya picadura puede ser mortal”. El texto del artículo aclara: “[Un] investigador del  Instituto de Oceanografía explicó que las picaduras pueden ser mortales en el caso de personas que tengan respuestas de tipo alérgico. No obstante, son casos extremos”. El titular, sin embargo, ya ha tocado la tecla sensacionalista del pánico. Se sabe que las muertes causadas por picaduras de avispas y abejas son más que las que causan todos los demás animales venenosos juntos, muchas más que las de las medusas y los sifonóforos. ¿Por qué no aparece nunca en los periódicos un titular como éste: Peligro en el campo. Hay abejas, que pueden provocar la muerte? Porque nadie lo tomaría en serio y no provocaría el pánico que se busca.
Lo malo es que estos estados de opinión próximos al pánico se traducen a menudo en actuaciones irracionales y despilfarradoras de los políticos. En un estudio simulado publicado en una revista internacional de impacto, se probó que, para detener una epidemia de hepatitis, basta con vacunar a un 10% de la población en peligro. Poco después, ante un amago de epidemia de hepatitis en España, los gobiernos autónomos se dejaron arrastrar por el efecto dominó, sufragando la vacunación masiva de todos los afectados y gastando diez veces más de lo necesario.
En otro estudio simulado, relacionado con la epidemia de SARS que tuvo lugar hace unos años en extremo oriente, se estudiaron cuatro medidas paliativas y se llegó a la conclusión de que el uso de mascarillas produce el efecto mínimo, siendo más efectiva la ruptura de las cadenas de contagio mediante la suspensión de las actividades sociales (poner en cuarentena a los enfermos y sus familiares). Pues bien: para luchar contra la pandemia de gripe A, algunos gobiernos encargaron millones de mascarillas, de utilidad dudosa, pero de mayor aceptación social que la cuarentena.
En 1995, la prensa generalista publicó con grandes titulares la noticia de que un estudio científico había demostrado que el uso de la píldora anticonceptiva aumenta un 100% el riesgo de trombo-embolia. Como resultado del pánico resultante, miles de mujeres dejaron de tomar la píldora. Se estima que, en consecuencia, hubo unos 10.000 abortos más, sólo en Gran Bretaña. Pero mirando el artículo original se ve que el riesgo de trombo-embolia en mujeres que no toman la píldora es de 1 en 14.000. En mujeres que toman la píldora, dicho riesgo sube a 2 en 14.000. Cierto, es un 100% de aumento, pero ¿estaba justificado el pánico?
Veamos algunos riesgos anuales en España (cifras de 2004 a 2008):
Riesgo de morir electrocutado con un aparato casero
1 en 4.000.000
Riesgo de morir de gripe
1 en 75.000
Riesgo de morir de SIDA
1 en 40.000
Riesgo de morir de una caída accidental
1 en 30.000
Riesgo de morir en un accidente de automóvil
1 en 16.000
Riesgo de hacerse daño cayéndose de la cama
1 en 650
Riesgo de morir de cáncer
1 en 433
Riesgo de morir de enfermedad cardíaca
1 en 365
Riesgo de morir este año por cualquier causa (no nacidos excluidos)
1 en 120
Riesgo de sufrir un accidente casero
1 en 36
Embarazos que acaban en aborto provocado
1 en 6,4


El riesgo más grande para la vida de los seres humanos en España es el de ser abortados durante las fases embrionaria y fetal. Este riesgo tan enorme (más de un 15%) no produce pánico, porque los adultos saben que a ellos no les afecta, y los afectados no pueden quejarse.

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Manuel Alfonseca

jueves, 22 de mayo de 2014

Alucinaciones


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En un artículo (Visions for all) publicado en su edición del 7 de abril de 2012, la revista Science News resume los trabajos de Tanya Luhrmann sobre las experiencias de Dios que mucha gente dice haber tenido. Después de cuatro años de investigación, la antropóloga cree haber demostrado la sorprendente conclusión de que la gente normal también puede tener alucinaciones. Dado que las alucinaciones son comunes en patologías como la esquizofrenia y la psicosis, se predice que las personas que tienen muchas de esas experiencias corren el riesgo de terminar psicóticas. En particular, dice el artículo, es posible que Juana de Arco hubiese terminado psicótica si no la hubiesen quemado los ingleses.

Este desarrollo tiene una premisa oculta. Haciéndola explícita, el razonamiento asociado puede resumirse así:
1.      Dios no existe.
2.      Luego todos los informes sobre experiencias de Dios deben ser alucinaciones.
3.      Mucha gente normal dice haber tenido experiencias de Dios.
4.      Luego mucha gente normal sufre alucinaciones.
5.      Tener muchas alucinaciones puede llevar a la esquizofrenia o la psicosis.
6.      Luego Juana de Arco se habría vuelto psicótica si los ingleses no la hubiesen quemado.
Pero si la primera premisa, la premisa oculta, fuese falsa (es decir, si Dios existe) todo el argumento cae por tierra, pues algunas experiencias de Dios podrían ser genuinas, en lugar de alucinatorias. En particular, la conclusión gratuita e inútil sobre Juana de Arco queda desautorizada.
Es una pena que revistas serias como Science News caigan en estas falacias que se basan en premisas ocultas no científicas, no probadas, y aún peor: imposibles de probar.


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Manuel Alfonseca

jueves, 15 de mayo de 2014

Lo que dice la ciencia sobre la vida humana

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En relación con las discusiones sobre el aborto, la protección de la vida del concebido y los derechos de la mujer embarazada no está de más recordar sucintamente el consenso científico respecto a la vida humana:

·        La vida de todo ser vivo generado por medio de la reproducción sexual comienza con la fecundación del gameto femenino por el masculino, es decir, con la formación del zigoto. En ese momento aparece un nuevo ser de la misma especie que sus padres, cuya dotación genética (el ADN) es diferente del de sus padres y del de cualquier otro ser vivo de esa especie, excepto en el caso de gemelos idénticos. Este nuevo ser vivo conservará la misma dotación genética desde ese instante hasta su muerte. Por eso se protegen los huevos de las tortugas marinas y de otras especies en peligro, porque son individuos de esas especies.
·        En todas las especies de seres vivos que no pasan por etapas de metamorfosis (lo que incluye a todos los reptiles, aves y mamíferos y, por supuesto, al hombre) no hay solución de continuidad en el desarrollo desde el zigoto hasta la muerte. Las fases que acostumbramos distinguir en el desarrollo de los seres humanos (embrión, feto, neo-nato, niño, adolescente, adulto y anciano) son arbitrarias y sin solución de continuidad. Ni siquiera lo es el parto, que anatómicamente consiste en el corte de un vaso sanguíneo (fisiológicamente tiene también otros efectos). De lo que no cabe duda es que, en todas esas fases, de principio a fin, se trata del mismo individuo.
·        En todos los mamíferos placentarios (incluido el hombre), la primera fase de la vida del nuevo individuo tiene lugar dentro del cuerpo de la madre. El periodo del embarazo es equivalente y sustituye al desarrollo dentro el huevo, que en los reptiles y las aves tiene lugar fuera de la madre. En ambos casos, la maternidad comienza en el momento de la fecundación, no en el del parto, que corresponde a la ruptura de la cáscara del huevo. Desde el momento en que se queda embarazada, la mujer ya es madre.

Todo esto no son descubrimientos modernos, se sabe desde hace más de un siglo. Es el consenso de la biología, aceptado por todos los biólogos. Entonces, ¿por qué hay biólogos abortistas? Porque siguen la ética relativista, porque afirman que todo lo que quiere la sociedad es moralmente aceptable. Porque piensan que la decisión a este respecto no tiene que ver con la ciencia, sino con las leyes.

Ante la decisión de realizar un aborto, una mujer debería disponer de toda la información, que a veces parece que se intenta ocultarle. Hay muchas personas cultas que no conocen conceptos biológicos tan elementales como que un embrión es un ser vivo que pertenece a la especie humana y es diferente del cuerpo de su madre


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Manuel Alfonseca

jueves, 8 de mayo de 2014

¿Se ha frenado la investigación sobre el genoma humano?

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Todos conocemos el proyecto Genoma Humano, que se puso en marcha oficialmente en 1990, aunque ya venía funcionando de forma parcial desde 5 años antes. Su objeto era identificar y descifrar en 15 años todos los genes del ADN humano. El proyecto se completó en 2003, dentro del plazo previsto, aunque ya en el año 2000 se publicaron resultados parciales. Desde el punto de vista científico, el proyecto fue un éxito, pero es posible que para una parte del público parezca un fracaso, teniendo en cuenta las expectativas exageradas que despertaron algunos medios de comunicación.
Los medios saludaron el proyecto como la puerta abierta a una nueva revolución médica. Entre las aplicaciones revolucionarias que se anunciaban estaban: la terapia génica para prevenir o corregir enfermedades genéticas; el diagnóstico prematuro de enfermedades reales o potenciales, incluso desde la fase embrionaria; o la medicina personalizada, que adaptará los tratamientos de cada enfermedad a la persona que la padece. También se discutieron posibles peligros, como la manipulación de embriones humanos para adaptar sus genes a los deseos de sus padres o de gobiernos dictatoriales; y la utilización de los datos genéticos para seleccionar personal, o para conceder o denegar seguros y créditos...

jueves, 1 de mayo de 2014

Exageración de las noticias científicas: superconductividad

Levitación de una placa superconductora
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En 1986, un equipo del centro de investigación de IBM en Zurich descubrió la superconductividad de alta temperatura. Hasta entonces, este fenómeno, bien conocido desde que fue descubierto por Heike Kamerlingh Onnes en 1911, solo se daba a temperaturas próximas al cero absoluto. Gracias a la utilización de materiales cerámicos formados por cobre y tierras raras, la temperatura crítica subió primero a 35ºK, y poco después a 92ºK.

Inmediatamente los medios anunciaron el descubrimiento como la puerta abierta a una nueva revolución tecnológica. Entre las aplicaciones revolucionarias que se anunciaban estaban la fusión nuclear, los trenes y barcos de alta velocidad que se moverían levitando, la transmisión de energía eléctrica a grandes distancias sin pérdidas, los superordenadores, y muchas más. La “fiebre” de los medios creció aun más cuando Bednorz y Müller, del equipo descubridor, recibieron el Premio Nobel en 1987.

jueves, 24 de abril de 2014

El gran diseño

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En el año 2010, los medios dedicaron mucha atención a un libro de divulgación científica de Stephen Hawking y L.Mlodinow, The Grand Design. Ahora que ha pasado algún tiempo, me parece oportuno hacer algunos comentarios, para lo que me voy a basar en algunas citas del libro que me parecen más significativas:
·         La filosofía ha muerto… Los científicos se han convertido en los portadores de la antorcha de los descubrimientos en nuestra búsqueda de conocimiento.
Estas frases aparecen al principio del capítulo primero. Aunque la mayor parte del libro es divulgación científica e historia de la ciencia, es irónico que plantee una sola aportación original (el realismo de modelos), que es pura filosofía.
·         La realidad objetiva no es cognoscible y por tanto no podemos suponer que exista… Sólo existen los resultados de las observaciones y los modelos que construimos para explicarlos… Cada modelo es válido (real) en su campo de aplicación…Dos modelos que tienen el mismo poder de explicación son igualmente válidos… El modelo de Ptolomeo es tan válido como el de Copérnico… Sólo se distinguen porque el segundo es más sencillo que el primero.
Lo anterior no es una cita literal, sino una paráfrasis resumida del capítulo 3, que describe el realismo de modelos, la aportación original del libro (con permiso de Berkeley). Los autores olvidan que el modelo de Copérnico predijo correctamente la paralaje de las estrellas próximas, que no tiene fácil explicación en el de Ptolomeo. En este mismo capítulo, Hawking y Mlodinow descartan el modelo del universo estacionario basándose en su incapacidad para explicar ciertas observaciones realizadas sobre el universo. ¿No deberían hacer lo mismo con el de Ptolomeo?
·         [El universo] no tiene una historia, sino todas las historias posibles… El pasado es indefinido y sólo existe como un espectro de posibilidades.
Estas afirmaciones del capítulo 4 las sacan de la formulación de Richard Feynman de la mecánica cuántica, un artificio matemático alternativo y equivalente a la mecánica de matrices de Heisenberg y a la función de onda de Schrödinger, que calcula la probabilidad de un suceso cuántico integrando sobre todas las trayectorias posibles. Para poder sacar esas conclusiones, Hawking y Mlodinow necesitan que el artificio represente de algún modo la realidad (esa realidad cuya existencia objetiva niegan), y por eso han inventado el realismo de modelos. Pero no dicen nada de las paradojas que surgen cuando estas teorías se aplican a objetos macroscópicos, como la del gato de Schrödinger. En cambio, la aplican alegremente al universo entero, sin justificar por qué puede hacerse eso. Además, ¿no habíamos quedado en que la realidad objetiva no es cognoscible? Entonces, ¿cómo podemos saber si el universo existe? Los autores ni siquiera se lo plantean, quizá porque de hacerlo acabarían en una contradicción.
·         ¿Cómo podemos saber si un ser tiene voluntad libre?... No sabemos resolver las ecuaciones de tres o más partículas en interacción. Un [ente] del tamaño de un ser humano contiene mil cuatrillones de partículas… sería imposible resolver las ecuaciones y predecir su comportamiento.
Esta discusión del capítulo 8 es absurda. Una calculadora mecánica tiene también cuatrillones de partículas; sin embargo, observando su comportamiento pasado podemos deducir que no tiene voluntad libre y predecir su comportamiento futuro. Los autores olvidan que el comportamiento de los objetos macroscópicos puede analizarse sin necesidad de aplicar la física de partículas. Además, la idea de la voluntad libre no proviene de la resolución de ecuaciones, sino de la introspección.
·         No hay restricción a la creación de universos enteros… La creación espontánea es la razón por la que existe algo en lugar de nada, la razón por la que existimos.
Suponiendo que esto sea verdad (lo que es mucho suponer), aún quedaría sin explicar por qué existen leyes que permiten que esto ocurra, con lo que estamos como al principio. Por lo demás, todo lo que dice el libro respecto al multiverso como posible explicación del ajuste fino no añade nada a lo que ya sabíamos.

Los científicos que se meten a hacer filosofía (esa misma filosofía que desprecian y consideran muerta) deberían tomarse la molestia de estudiarla un poco más a fondo. Así, al menos, tendrían cuidado en no transgredir algunas de sus bases fundamentales, como el principio de no contradicción. Esta crítica no sólo se aplica a Hawking, también a otros científicos conocidos, como Richard Dawkins, que al invadir el campo de la filosofía suelen demostrar su ignorancia.

Es una pena que los errores filosóficos de bulto en que caen los autores tiendan, para el lector cuidadoso, a desacreditar la totalidad del libro. Aunque proceda de aficionados a la filosofía, sería bueno que la única propuesta original de El Gran Diseño (el realismo de modelos) fuese analizada más a fondo.

Para terminar, una cita de Woody Allen (Getting even, 1971):

¿Es cognoscible el conocimiento? De no ser así, ¿cómo podemos saberlo?

Hilo: Multiverso y Ajuste fino Siguiente

Manuel Alfonseca