jueves, 28 de enero de 2016

La infancia de Jesús y la crítica periodística

Benedicto XVI
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En su libro El español y los siete pecados capitales, Fernando Díaz Plaja critica lo que él considera un ejemplo del pecado de soberbia bastante común entre los españoles: criticar un libro sin haberlo leído. Para ello, aduce el ejemplo siguiente:
En ningún sitio como en España el juicio literario resulta fácil. Una vez oí una retransmisión por radio en la que unos escritores comentaban el Doctor Zhivago, de Pasternak. Los juicios eran duros, tan tajantes y negativos, que una señora del grupo con acento extranjero, probablemente ruso, se asombró y preguntó humildemente:
—Pero ¿cómo puede usted decir..., en qué parte ha leído usted eso? —No he leído el libro, señora —fue la asombrosa respuesta. Resultó que de los cuatro escritores que se habían reunido para discutir la obra sólo la había leído ella.
El 21 de noviembre de 2012, para coincidir con el tiempo de Navidad, se publicó el libro sobre La infancia de Jesús, tercero de la trilogía que el papa Benedicto XVI dedicó a Jesús de Nazaret (aunque la firmó también con su propio nombre, Josef Ratzinger).
Veamos la reseña que le dedicó El País el mismo día de la publicación del libro:

jueves, 21 de enero de 2016

La fecha del nacimiento de Cristo

Copia de La Virgen de la Rosa de Rafael,
por Manuel Alfonseca Santana
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No voy a entrar aquí en el debate decimonónico sobre la existencia histórica de Jesucristo, porque después de 1926 la crítica histórica ha aceptado unánimemente dicha existencia, y la persistencia de la idea de que Jesucristo no existió se debe exclusivamente a la ignorancia o al fanatismo anticristiano (Ana Márquez lo explica muy bien en su blog).
En el artículo anterior vimos que la fecha del 25 de diciembre pudo ser realmente la del nacimiento de Cristo, si seguimos una tradición que se remonta a san Ireneo. Tradicionalmente, el argumento principal en contra de esa fecha era la improbabilidad de que los pastores estuviesen en el campo en invierno vigilando sus rebaños. Sin embargo, otros estudios discrepan de esta afirmación.
El sistema cronológico internacional que hoy usamos es la era cristiana. Después de la caída y desintegración del imperio romano de occidente, la era romana, que contaba los años a partir de la fundación de Roma, siguió utilizándose durante unos doscientos años más, pero en el siglo VI el teólogo escita Dionisio el Exiguo introdujo la costumbre de fechar los acontecimientos históricos a partir del nacimiento de Cristo. Dionisio calculó que Jesús debió de nacer hacia el año 754 A.U.C. (Ab Urbe Condita,  desde la fundación de la ciudad) y llamó a este año 1 A.D.  (Anno Domini, año del Señor). Las fechas de la era romana posteriores a esta podían traducirse fácilmente a la era cristiana restando 753 de la fecha romana correspondiente. En cuanto a las anteriores al año 754 A.U.C., correspondían en la nueva era a números negativos y se obtenían restando la fecha romana de 754 y añadiendo las siglas a.C. (antes de Cristo) o B.C. (Before Christ) en inglés. En este sistema, el año cero no existe.

jueves, 14 de enero de 2016

La celebración de la Navidad

Iluminación de la Tierra
en el solsticio de invierno
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El tiempo del solsticio de invierno fue ocasión de celebraciones importantes en casi todos los pueblos de la antigüedad, pues representa el momento en que el sol, después de ir perdiendo altura durante seis meses, se recobraba y comenzaba de nuevo el movimiento ascensional. Para los antiguos siempre quedaba el temor de que algún año el sol no lograra recobrarse y siguiera descendiendo hasta desaparecer para siempre, lo que sería catastrófico para la humanidad.
En el imperio romano, las Saturnales desempeñaban ese papel, pues Saturno era el dios de la agricultura, y la recuperación del sol era una condición sine qua non para el éxito de la próxima cosecha. Además, justo por esas fechas el sol entraba en el signo de Capricornio del zodiaco, que estaba ligado astrológicamente con el planeta Saturno. La fiesta, que comenzaba el 17 de diciembre, se prolongaba durante varios días, hasta el 23 del mismo mes. En estos días se celebraban banquetes, se repartían regalos, y los amos servían a sus esclavos.
Una de las divinidades tradicionales de los pueblos indoeuropeos, Mitra, tuvo un destino desigual, según el pueblo concreto del que estemos hablando. Así, en la India védica fue uno de los dioses principales, junto con Varuna y los demás asuras, pero pasó a desempeñar un papel secundario, casi demoniaco, cuando en la India hinduista se impusieron los devas, otro grupo de dioses entre los que destacan Siva y Visnú.

jueves, 7 de enero de 2016

Sobre la consciencia

Mirror Self-Recognition
(
Steve Jurvetson, Menlo Park)
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Una de las dificultades más graves a los que se enfrentan los materialistas es el problema de la consciencia, eso que a veces se llama autoconsciencia, la consciencia del yo, de ser quien somos y no otra persona u otro objeto, la sensación que tenemos de ser el mismo individuo desde nuestro primer recuerdo hasta la muerte, aunque cada cierto número de años cambian todos nuestros átomos, y por tanto la materia concreta de la que está hecho nuestro cuerpo.
Como la ideología materialista parte de la base de que sólo existe la materia (en el sentido amplio del término), se ve forzada a adoptar una postura reduccionista, según la cual nuestra consciencia tiene que ser, por definición, un epifenómeno, el resultado de la acción conjunta de nuestras neuronas. Es una postura dogmática, sin apoyo científico, puesto que, en el estado actual de nuestros conocimientos, la neurociencia no tiene la menor idea de cómo puede formarse la consciencia.

lunes, 28 de diciembre de 2015

Bendición oscura

Walter M. Miller Jr.

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Walter M. Miller Jr. fue un autor de ciencia-ficción estadounidense, conocido sobre todo por una sola obra que se ha convertido en clásica: A canticle for Leibowitz (Cántico a San leibowitz en español), posiblemente una de las mejores novelas de ciencia-ficción de todos los tiempos, al menos entre las que pertenecen al subgénero apocalíptico que describe lo que podría ocurrir después de una guerra nuclear total.
La novela se divide en tres partes: En la primera, Fiat Homo, el mundo apenas se está empezando a recobrar de la catástrofe. Como en los siglos subsiguientes a la caída del Imperio Romano de Occidente, la Iglesia católica se encarga de salvar lo poco que queda de la cultura clásica (la nuestra) a través de los monjes de una orden fundada por un tal Leibowitz, que antes de la conflagración nuclear era ingeniero electrónico. En la segunda, Fiat Lux, han pasado varios siglos, ha surgido una nueva civilización y entramos en un nuevo Renacimiento. En la tercera, Fiat Voluntas Tua, esa civilización ha llegado a su apogeo, vuelve el materialismo y la historia amenaza con repetirse. Pero esta vez Miller deja abierta una posible escapatoria: la colonización de la Galaxia.

jueves, 17 de diciembre de 2015

El fenómeno humano

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Pierre Teilhard de Chardin
Que el hombre tiene mente y consciencia es algo que sabemos por experiencia propia. Que los animales parecen tener más actividades mentales cuanto más próximos están a nosotros, también resulta evidente. Así, los mamíferos tienen más mente que los reptiles, los reptiles más que los peces, los peces más que los invertebrados (con la posible excepción de los cefalópodos). Todos los animales menos las esponjas tienen sistema nervioso, aunque algunos tengan muy poco: el nematodo Caenorhabditis elegans tiene sólo 300 neuronas. Las plantas no tienen sistema nervioso, pero sí alguna sensibilidad y son capaces de realizar movimientos lentos. Y cuando Antonie van Leeuwenhoek descubrió los microorganismos en el siglo XVII, al ver su actividad nadie dudó de que estos seres diminutos están vivos. Sólo con los virus, seres aún más pequeños, los biólogos aún no se han puesto de acuerdo sobre si están vivos o no. Sobre esto he hablado en otro artículo de este blog.

jueves, 10 de diciembre de 2015

Cómo surgieron las sociedades de insectos

Abeja solitaria (Megachile) y social (Apis)
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Entre los insectos del orden de los himenópteros existen bastantes especies que hacen vida independiente, pero también hay muchas que viven en común formando sociedades. La vida social ha surgido varias veces por evolución, tanto entre las hormigas (todas las cuales forman sociedades), como entre las abejas y las avispas, muchas de las cuales viven solitarias. De aquí ha surgido la necesidad de explicar por qué es tan frecuente entre estos insectos la vida social y cómo ha podido llegar a existir. Con otras palabras: qué ventajas evolutivas proporciona.
En las sociedades de insectos, la mayor parte de los individuos renuncian a reproducirse y dedican su vida a cuidar de la reina (la única que pone los huevos) y de sus hermanas y hermanos mientras son larvas. Normalmente existen al menos dos castas de individuos: los que son sexualmente activos (machos y hembras) y los neutros (usualmente hembras asexuadas). La diferencia entre las hembras activas y neutras la produce exclusivamente el tipo de alimentación que reciben durante la etapa larvaria.

jueves, 3 de diciembre de 2015

El error de Malthus

Thomas Robert Malthus
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Desde los albores del siglo XIX, los anuncios apocalípticos sobre el aumento imparable de la población mundial se han sucedido sin tregua. En 1798, Thomas Robert Malthus publicó Ensayo sobre el principio de la población, en cuanto afecta a la mejora futura de la sociedad. Este ensayo contiene la famosa cita:
Si aceptamos mis postulados, afirmo que el poder de la población es infinitamente mayor que el poder de la Tierra para producir subsistencia para el hombre.
La población, si no se controla, aumenta como una progresión geométrica. La subsistencia aumenta sólo en progresión aritmética. Un ligero conocimiento de los números mostrará la inmensidad de la primera potencia en relación con la segunda.
Curva logística
En 1838, como reacción contra el catastrofismo de Malthus, Pierre François Verhoult propuso en su Nota sobre la ley de crecimiento de la población que esta no aumenta en progresión geométrica, sino siguiendo una curva logística (véase la figura). En otros artículos de este blog he hablado ya de esa curva, que suele describir bien los procesos de crecimiento que se dan en la naturaleza.
A pesar de ello, en el primer informe del Club de Roma (Los límites del crecimiento, 1975) se volvió a tocar la nota del catastrofismo al mantenerse las previsiones de Malthus de crecimiento exponencial (en progresión geométrica), sin tener en cuenta los estudios de Verhoult.
En ese contexto, algunos políticos y movimientos sociales presentaron los medios anticonceptivos y el aborto provocado como medidas inevitables para salvar a la humanidad de la catástrofe de la superpoblación.
Sin embargo, las previsiones actuales son muy diferentes. En 2012 la ONU publicó los datos del crecimiento de la población mundial desde 1950 hasta 2010, en los que se constataba que últimamente la tasa de crecimiento ha venido disminuyendo, y que el punto de inflexión del crecimiento, que cada vez se parece más a la curva logística, se atravesó hacia 1985. Partiendo de esos datos, la ONU ha realizado varias estimaciones del aumento futuro de la población mundial, de las que la más optimista (la que corresponde a un valor menor) predice que hacia el año 2050 se alcanzaría un máximo de unos 8300 millones de personas y a partir de ahí empezaría a disminuir.
A partir de esos datos, y de otros previos menos detallados que cubren el lapso entre 1900 y 1950, los autores de este artículo hemos aproximado el crecimiento real de la población mundial y su extrapolación hasta 2050 mediante la siguiente expresión matemática:

La figura adjunta compara los datos de la ONU (reales y previstos, en rojo) con los que se obtienen de la ecuación anterior (en azul). Después hemos estimado cuál hubiera sido el desarrollo de la población mundial si no se hubiesen aplicado políticas antinatalistas desde los años setenta. Hemos obtenido los siguientes resultados: el punto de inflexión habría tenido lugar unos cinco años más tarde, en 1990. Y hacia 2075 la población habría alcanzado un máximo de unos 9000 millones: 700 millones de personas más, unos veinticinco años después.
La conclusión inevitable es que las políticas antinatalistas no dan los resultados previstos. Esto se ha hecho tan evidente en China, que les ha llevado a acabar con la política del hijo único. Los cientos de millones de niños sacrificados en el altar de Moloch no lo han sido para salvar a la humanidad, sino para que nos toque un poco más, durante un poco más de tiempo. No nos extrañemos si la posteridad nos acusa de barbarie por permitir el aborto provocado en contra de toda la evidencia científica, del mismo modo que nosotros acusamos de barbarie a nuestros antepasados por haber permitido la esclavitud.

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Manuel Alfonseca
Julio A. Gonzalo


jueves, 26 de noviembre de 2015

Falacias lógicas

Stephen Hawking

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En el artículo anterior mencioné que los defensores del materialismo cientificista incurren a menudo en falacias lógicas, aunque no suelen darse cuenta de ello, probablemente porque sus conocimientos de filosofía no son muy profundos. A menudo, por otra parte, desprecian la filosofía, sin darse cuenta de que la lógica (que es una parte de la filosofía) estudia nuestro modo de pensar, y que sin ella la ciencia se queda sin base de sustentación. Así, Stephen Hawking escribió al principio de su libro El gran diseño:
La filosofía ha muerto… Los científicos se han convertido en los portadores de la antorcha de los descubrimientos en nuestra búsqueda de conocimiento.
Y a partir de ahí se dedica a hacer filosofía en un libro de divulgación científica.
En mis debates con partidarios del cientificismo materialista, a menudo he tenido que señalar a mis adversarios que estaban incurriendo en alguna falacia lógica. Generalmente se resisten a reconocerlo, pero cuando se les explica acaban por hacerlo (supongo, porque usualmente la discusión termina ahí). Con esto no quiero dar a entender que yo esté exento de cometer falacias lógicas, porque todos somos humanos, pero al menos hasta ahora no me han señalado ninguna. Claro que es posible que las haya cometido, y quienes estaban debatiendo conmigo no se hayan dado cuenta.

jueves, 19 de noviembre de 2015

Sobre la inteligencia


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En su libro On intelligence Jeff Hawkins escribe esto:
Francis Crick escribió un libro sobre el cerebro titulado La hipótesis asombrosa. La hipótesis asombrosa era simplemente que la mente es una creación de las células del cerebro. No existe otra cosa, ni magia, ni una salsa especial, sólo neuronas y un baile de información... Al llamar a esto una hipótesis, Crick era políticamente correcto. Que las células de nuestro cerebro crean la mente es un hecho, no una hipótesis. Es necesario que comprendamos lo que hacen estos treinta mil millones de células y cómo lo hacen.
¡Maravilloso! Por un lado, se afirma que es un hecho, no una hipótesis, que las neuronas del cerebro crean la mente. Por otro, se reconoce que no sabemos qué hacen ni cómo lo hacen. Entonces, ¿por qué sabe Hawkins que es un hecho y no una hipótesis? ¿Por ciencia infusa? ¿Cómo ha sido capaz de detectar ese hecho? ¿En qué argumentos se apoya? No da ninguno, simplemente lo afirma. ¿Esto es ciencia?