Hace algunos años, cuando se puso de moda en los
periódicos de mayor difusión publicar miniencuestas en vivo, acompañadas
por fotos, realizadas a cuatro o cinco personas de la calle sobre algún tema
de actualidad, observé con sorpresa que, cualquiera que fuese la pregunta de la
encuesta, ni uno solo de ellos contestaba nunca no sé. Todos tenían
perfectamente claro lo que debían decir en cada caso.
Y eso que algunas de las preguntas tenían
miga:
- ¿Qué haría usted para terminar con la guerra civil en Yugoslavia?
- ¿Cómo resolvería el problema del paro?
- ¿Cómo pondría usted coto al terrorismo?
Como profesor de la universidad, nunca he
tenido empacho en contestar no sé a una pregunta de mis alumnos. ¿Por
qué no voy a hacerlo? No tengo obligación de saberlo todo, ni siquiera sobre
las asignaturas que imparto. A veces añado: lo miraré. Es decir, no lo
sé, pero puedo investigarlo, tratar de descubrir la respuesta. Recordando, por
otra parte, que no todas las preguntas la tienen.
Es curioso: usualmente, las únicas personas
que contestan no sé en la prensa suelen ser científicos. Precisamente
los que se supone que saben más. Y a veces esa respuesta levanta las iras de
otros, que seguramente saben menos que ellos. El 14 de enero de 2010, LaVanguardia entrevistó a Michael Griffin, que fue director de la NASA de 2005 a
2009. La entrevistadora intentó hacerle dar su opinión sobre una serie de
puntos:
- ¿Hay vida en Marte?
- ¿Hay vida fuera de la Tierra?
No sé, yo no tengo respuesta. Prefiero
esperar.
- ¿Cuál es el futuro de la exploración espacial?
No sé, aunque espero que se construya
una base en la luna y se envíe una misión tripulada a Marte.
- ¿Qué piensa del programa SETI, la búsqueda de vida extraterrestre inteligente?
- ¿Y el calentamiento climático?
No sabemos lo suficiente para que yo me
posicione.
Al día siguiente el mismo periódico publicó
una carta de un lector que tildaba a Griffin de escurridizo porque no
quería dar su opinión. Ni por un momento se le ocurrió al lector que es posible
no tener opinión sobre una cuestión concreta. Que es posible no saber.
Pero claro, la corrección política dominante,
ese nuevo dogmatismo y forma de censura, no nos permite mantener la mente abierta, no nos deja decir
no sé. Es obligatorio repetir los mantras del pensamiento único,
so pena de ser considerados antisociales y criticados sin misericordia.
También en esto los políticos deberían
aprender de los científicos.
Manuel Alfonseca
“I find many adults are put off when young children pose scientific questions. Why is the Moon round? the children ask. Why is grass green? What is a dream? How deep can you dig a hole? When is the world’s birthday? Why do we have toes? Too many teachers and parents answer with irritation or ridicule, or quickly move on to something else: ‘What did you expect the Moon to be, square?’ Children soon recognize that somehow this kind of question annoys the grown-ups. A few more experiences like it, and another child has been lost to science. Why adults should pretend to omniscience before 6-year-olds, I can’t for the life of me understand. What’s wrong with admitting that we don’t know something? Is our self-esteem so fragile?”. Carl Sagan
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