Los periodistas y
los profesionales de la ciencia cometen a menudo abusos del lenguaje cuando se habla
de cuestiones científicas. Veamos un par de ejemplos:
- Los efectos desfavorables de la climatología
adversa. La
climatología es la ciencia que estudia el clima.
El clima es el conjunto de las condiciones atmosféricas que caracterizan una región.
Ni la climatología (que es una ciencia) ni el clima (que son las
condiciones predominantes en cierto lugar) pueden provocar efectos
desfavorables. Lógicamente, aquí se debería hablar de los
efectos desfavorables del mal tiempo.
- Un químico presente en los plásticos puede
provocar obesidad.
¿Qué hace ese químico ahí, provocando efectos nocivos? Se trata de una
nueva manía, la de llamar químicos
a los productos químicos. De
acuerdo con la RAE, un químico es un científico que practica la química.
Esta noticia apareció
en la recopilación de Madri+d del 25 de abril de 2016.
- Le he mandado una analítica al paciente. Analítica era un adjetivo que
significaba perteneciente o relativo al análisis. Lo que los médicos han
estado mandando a sus pacientes hasta que se les ocurrió la peregrina idea
de cambiarle el nombre ha sido siempre un
análisis. Lamentablemente, la RAE ya ha aceptado esta nueva
acepción.