El pecado del científico

Isaac Asimov
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En un artículo publicado en 1969 con el mismo título que este (The sin of the scientist),  Isaac Asimov planteó que la ciencia debe estar sujeta a limitaciones éticas, y analizó varios casos en los que un descubrimiento científico podría considerarse moralmente inaceptable. Voy a estudiar aquí algunos casos, no necesariamente los mismos que los de Asimov, y luego comentaré sus conclusiones.
  • Los experimentos con los judíos en los campos de concentración, por parte del Dr. Mengele y otros médicos nazis, o los de los japoneses con sus prisioneros estadounidenses. Incluso un caso tan flagrante como este podría tener cierta justificación ética por parte de sus perpetradores, que aducían que, puesto que sus víctimas eran seres inferiores que no tenían derecho a la vida, era correcto utilizarlos para realizar experimentos que podrían ser beneficiosos para otros seres humanos superiores que sí gozaban de tal derecho. Es una justificación inaceptable, pero a ellos les serviría, probablemente, para acallar su conciencia.
  • Las dos bombas atómicas lanzadas sobre las ciudades japonesas de Hiroshima y Nagasaki para poner fin a la segunda guerra mundial. Este acto de guerra provocó la muerte de más de 200.000 civiles no combatientes. Durante casi toda la historia de Occidente, hasta la primera guerra mundial incluida, un acto así se habría considerado inaceptable. Su justificación fue que el lanzamiento de las bombas salvó la vida de miles de soldados, que habrían muerto si los combates se hubiesen prolongado. ¿Es suficiente este argumento, o de nuevo se están comparando las vidas de dos grupos de seres humanos, algunas de las cuales se consideran más valiosas que las otras? Sea como sea, el sargento Leroy Lehman, que reconoció Hiroshima antes del lanzamiento de la bomba, acabó sus días en un monasterio.
  • Este mismo argumento (que las vidas de unos seres humanos son más valiosas que las de otros) se ha utilizado en otras circunstancias. A veces, para aumentar la fuerza del argumento, se llega a negar la cualidad humana de las víctimas. Algunos casos saltan a la vista, tanto a lo largo de la historia (esclavitud) como en la actualidad (aborto provocado).
Primera explosión de una bomba atómica
en Alamogordo
En su artículo, Asimov llegó a la conclusión de que sí existen casos en que la ciencia ha dado lugar a avances moralmente injustificables, y puso como ejemplo el uso como arma de guerra de los gases venenosos, cuyo único objetivo era matar seres humanos. Es curioso que al autor de este descubrimiento se le concediera posteriormente el Premio Nobel, no por los gases venenosos, sino por otros hallazgos importantes en el campo de la Química (un proceso para sintetizar amoniaco a partir de hidrógeno y nitrógeno).




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Manuel Alfonseca

5 comentarios:

  1. Cien por cien de acuerdo, salvo que yo no llamaría experimentos a las salvajadas de los nazis y de los japoneses, ni médicos a los sujetos que las perpetraron.
    No sé qué puede tener de beneficioso para un ser humano que a otro le inyecten gasolina, por poner un ejemplo.

    Pero me parece tan grave utilizar avances científicos de forma tan espuria como no utilizar o no querer desarrollar avances científicos por el mismo motivo: hay vidas más valiosas que otras.

    Por ejemplo, ¿cuál fue la solución al problema del Ébola? Simple: Que cambiara de continente.

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    Respuestas
    1. Por supuesto, Rafa, se puede pecar por acción o por omisión.

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  2. ¡Excelente, Manuel! Lo comparto en Google +
    ¡Un abrazo!

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  3. ¿De qué sirven las cosas, si no son para hacer el bien?
    Un abrazo y gracias, Manuel.

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  4. Gracias Manuel, muy buen articulo y fantástico razonamiento.
    El problema de la justificacación de nuestras acciones para acallar la conciencia es habitual en nosotros. Por eso, saber escuchar nuestro interior y "actuar en conciencia", no es fácil.

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