Oblea del D-Wave Quantum Computer. Por Steve Jurvetson from Menlo Park, USA |
Desde
hace unas décadas se viene hablando de computadoras cuánticas, que trabajarían
con cúbits (bits cuánticos) en vez de bits, y realizarían ciertas
operaciones mucho más deprisa que los ordenadores ordinarios.
Desde
los años treinta del siglo XX se sabe que los ordenadores cuánticos no son
capaces de resolver problemas que no puedan ser resueltos por los ordenadores ordinarios.
Esos problemas se llaman no computables. Lo que sí podrían
hacer, en principio, es resolver ciertos problemas (no todos) mucho más deprisa
que los ordenadores ordinarios. Esa velocidad mucho mayor, que en algunos casos
podría ser enorme, es lo que se llama supremacía
cuántica.
Pongamos
un ejemplo: sabemos que la descomposición de un número compuesto en sus
factores primos puede ser bastante difícil. Es trivial si los factores son
pequeños, pero si el número compuesto se ha formado multiplicando dos números
primos de 100 cifras cada uno (por ejemplo) es casi imposible descomponerlo, si
sólo conocemos el número compuesto y no sabemos cuáles son los dos primos que
se multiplicaron para obtenerlo.
Esto se
aprovecha para conseguir conexiones
de Internet seguras, que
utilizan una clave pública, que todo el mundo puede usar para enviar
mensajes a su propietario, y una clave privada, que es la única que
puede descifrar el mensaje enviado. La clave pública depende del número
compuesto, pero para deducir de ella la clave privada es preciso conocer los
dos números primos de los que se obtuvo. Cuando los números son muy grandes, es
casi imposible que quien no conozca la clave privada consiga descifrar el
mensaje cifrado con la clave pública, incluso utilizando los ordenadores
ordinarios más potentes que existen. Este algoritmo de cifrado se llama RSA
por las iniciales de sus inventores, que lo publicaron en 1979.
Pues
bien, con una computadora cuántica que disponga de un número suficiente de
cúbits, sería posible descifrar un mensaje cifrado con el algoritmo RSA en un
tiempo razonable. Esto podría tener consecuencias desfavorables, pues las
claves que utilizamos en Internet quedarían obsoletas, al ser fácilmente
descifrables. Habría que buscar otras, probablemente basadas también en la
mecánica cuántica.
Aunque
la supremacía cuántica ha sido anunciada desde hace tiempo, hasta ahora
nadie había demostrado que fuese cierta. De hecho, hay algunos teóricos que
sostienen que quizá dicha supremacía no exista, porque al aumentar el número de
cúbits con los que trabaja, la velocidad de la computadora cuántica podría
disminuir. Por esa razón hay varias empresas tratando de demostrarla, para lo
cuál hay que hacer lo siguiente:
- Construir un computador cuántico con un número suficiente de
cúbits.
- Ejecutar sobre él un algoritmo cuántico que resuelva cierto
problema y medir el tiempo que tarda.
- Resolver el mismo problema con una computadora ordinaria.
- Comparar los tiempos de cálculo respectivos, para ver si la
computadora cuántica tarda mucho menos que la computadora ordinaria.
En los
últimos meses ha saltado a los medios una posible demostración de la
supremacía cuántica realizada por la empresa Google. La computadora cuántica
utilizada (que tiene 53 cúbits) realizó una operación que no tiene ninguna
aplicación práctica, pero que ha sido especialmente seleccionada para
distinguir la computación cuántica de la clásica. La operación se llama muestreo aleatorio de un circuito y consiste en realizar operaciones aleatorias sobre
los cúbits y después medir sus valores, que al final del proceso resultan ser casi
aleatorios, pero no del todo.
Según
los investigadores de Google, para resolver este problema el super-ordenador
clásico más rápido del mundo emplearía unos 10.000 años. La computadora
cuántica, sin embargo, empleó poco más de tres minutos. La supremacía cuántica habría
quedado demostrada.
Sin
embargo, las cosas no están tan claras. Uno de los principales competidores de
Google en el campo de la computación cuántica, la empresa IBM, que también
fabrica super-ordenadores clásicos, sostiene
que la resolución de ese problema en un super-ordenador clásico sólo tardaría
unas 60 horas. La computadora cuántica sería más rápida, sí, pero la diferencia
sería mucho menor de lo que sostiene Google.
¿A qué
se debe la discrepancia? A que ninguna de las dos empresas ha realizado el
experimento en cuestión sobre una computadora ordinaria. Simplemente
han estimado cuánto tardarían en realizarlo a base de cálculos y simulaciones.
Los resultados obtenidos son, por lo tanto, discutibles (y discutidos). En
consecuencia, la cuestión
de la supremacía cuántica sigue sin resolverse.
Por
otra parte, algunos investigadores piensan que la cuestión de la supremacía
cuántica es irrelevante. Lo que importa es conseguir que las computadoras
cuánticas sean estables (pocos intentos realizados hasta ahora lo han sido) y
que puedan funcionar en condiciones un poco más normales que las proximidades
del cero absoluto (necesitan circuitos superconductores). Según estos
investigadores, los esfuerzos deberían dirigirse a conseguir estos objetivos,
más que a demostrar una supremacía cuántica que, después de todo, sigue siendo
hipotética.
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Manuel Alfonseca
Publicado el 11 de febrero de 2020
en El
Debate de Hoy
Parece un caso más de que un supuesto avance espectacular puede no serlo tanto. Pero, desde mi encierro y en mi ignorancia sobre este asunto me pregunto... ¿por qué no han puesto ya a un super-ordenador clásico a trabajar sobre el problema de prueba que se menciona? ¿Por mantener ese halo de superioridad cuántico, debido a razones comerciales tanto de IBM como de Google? Algo me debo estar perdiendo, porque no lo entiendo...
ResponderEliminarInteresante artículo, supongo que podemos pensar que supone un avance tecnológico importante. Deberíamos relacionar las diferentes perspectivas que cada avance tecnológico, organizativo, cultural, etc. supone para el avance intgegral de la humanidad.
ResponderEliminarAteniéndonos a lo que se publica, estamos en un momento importante de cambio en la historia. No es solamente un asunto sanitario sino que tendrá impactos ecómicos, financieros, organizativos, políticos, éticos, etc. Todos ellos irán emergiendo paulatinamente, con diferentes grados en las distintas disciplinas.
Por ello, contribuiría este hecho científico como un avance importante en la evolución (el quinto nivel de la evolución), en el progreso hacia la noosfera (Theilard de Chardin), a mayor y mejor formalización del conocimiento? a contribuir al reto del cambio que se avecina?
En el fondo, todavía no sabemos si este es un avance importante. Lee el último párrafo.
EliminarGracias Manuel, daba por valida la hipótesis. Mi reflexión es acerca de si la humanidad va disponiendo de elementos, por ejemplo descritos en los diferentes hilos de este blog, cuya integración pueda facilitar un salto en la superacion de las dificultades y elevarnos de nivel en el camino de la evolución.
EliminarMi libro "El quinto Nivel de la Evolución" va en esa dirección. He hablado de él en dos artículos del hilo ¿Qué es el hombre?
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