Ilustración del artículo del Sun |
En los primeros años del siglo XX se produjo una verdadera inundación
de títulos que dio lugar al reconocimiento de un género literario que los
norteamericanos llamaron science fiction, nombre que pasó incorrectamente
al castellano como ciencia-ficción.
Habría sido más correcto traducirlo como ficción
científica, pero el otro término ya ha cuajado y es definitivo.
Pero las novelas de ciencia-ficción, entendidas como obras que utilizan la ciencia, (especialmente sus avances futuros) como elemento esencial del argumento de una novela, son muy antiguas. Suele considerarse creador del género a Luciano de Samósata, escritor satírico sirio del siglo II que en una de sus obras (Vera Historia) relata un viaje de la Tierra a la luna en un barco que, elevado por una tromba de agua, es lanzado al espacio. La luna está habitada por una civilización avanzada, que ha cruzado el espacio y está en guerra con los habitantes del sol por un conflicto de intereses respecto a la colonización del planeta Venus. Puesto que se ignoraba la existencia del vacío interplanetario, Luciano no se plantea explicar cómo podían sus personajes respirar durante el viaje.
En 1656 se publicó la Historia cómica de los estados e imperios de la Luna,
del escritor francés Savinien Cyrano de Bergerac. En esta obra el autor discute
varios métodos para realizar viajes interplanetarios, tan curiosos como
impracticables. Al final, su protagonista utiliza un vehículo impulsado por
cohetes, que fue precisamente el sistema que nos llevó a la luna más de tres
siglos después. El vehículo de Cyrano es abierto. El autor cree aún que el
espacio interplanetario está lleno de aire. Sin embargo, la obra se publicó
nueve años después de que Blaise Pascal demostrara que la presión atmosférica
disminuye con la altura, lo que prueba que la atmósfera de la Tierra sólo llega
hasta cierta distancia, sin llenar todo el universo. Caía así por tierra la
afirmación de Aristóteles de que la naturaleza tiene horror al vacío. En este
caso la ciencia se adelantó a la ciencia-ficción.
Durante los siglos XVIII y XIX se planteó en serio la posibilidad de
efectuar vuelos tripulados a la luna y los planetas. La posible existencia de vida en otros mundos saltó al
primer plano. Como la luna es el astro más próximo a nosotros, la atención se
enfocó sobre ella. En agosto de 1835, el diario Sun de Nueva York publicó una
serie de seis falsos reportajes en los que atribuía al astrónomo inglés Sir
John Herschel importantes descubrimientos desde su observatorio de Ciudad del
Cabo. Según el periódico, Herschel habría observado en la luna plantas, animales y hombres voladores con alas membranosas,
como las de los murciélagos. Estos reportajes causaron sensación y la tirada
del Sun batió todas las marcas de la época. Se dice que nueve de cada diez estadounidenses
creyeron esta historia. Lo que en realidad hizo el Sun fue publicar una novela
de ciencia-ficción como si se tratara de hechos reales y haciendo referencia a
personas existentes.
Julio Verne |
A mediados del siglo XIX se conocía la ausencia casi total de atmósfera
y de agua en la luna, pero los autores de novelas imaginativas deseaban una
luna habitada por seres inteligentes. En 1865, Julio Verne publicó sus novelas De la Tierra a
la Luna y Alrededor de la Luna, que describen un viaje a
nuestro satélite. El medio empleado (un proyectil lanzado por un cañón) es
impracticable. Aparte de la dificultad de construir un cañón tan potente, los
viajeros habrían sido aplastados por la aceleración inicial del lanzamiento.
Verne deja abierta la posibilidad de la existencia de vida en la cara oculta de
la luna, apoyándose en ciertas teorías que afirmaban que allí podría haber aire
y agua. Hizo falta que pasara un siglo para comprobar que esta esperanza no era
real.
Además del viaje a la luna, Verne escribió más obras de ciencia-ficción,
aunque en su época el nombre del género aún no existía. Así, el submarino
Nautilus de 20.000
leguas de viaje submarino (1869) se adelantó a la técnica de su
tiempo, aunque la idea de un vehículo submarino no era nueva, pues en 1859 Narcis
Monturiol botó con éxito su Ictíneo. Pero la influencia de Verne sobre la
ciencia moderna fue reconocida por el hecho de que el primer submarino nuclear,
botado en 1954, recibiera precisamente el nombre de Nautilus, que a su vez es
el nombre de un molusco cefalópodo marino.
En una obrita poco conocida, publicada en 1889 (En el siglo XXIX), Julio
Verne hizo un gran número de anticipaciones científicas, aunque creyó que
tendríamos que esperar un milenio para ver avances como la utilización práctica
de la energía solar, la difusión general del teléfono, la prensa hablada, la
televisión, el teléfono-visión, etcétera. La mayor parte de estos avances se han
logrado sólo un siglo después de la novela.
Antes de terminar con este primer artículo sobre el tema, debo mencionar Frankenstein, la obra de Mary Shelley que a menudo se considera la primera novela de ciencia-ficción moderna de la historia. Publicada en 1818, y por tanto muy anterior a Julio Verne, introduce un sub-género especial de la ciencia-ficción, la construcción de seres humanos artificiales a partir de partes de cadáveres. La obra fue evidentemente influida por los experimentos de Galvani con las ranas, que permitieron a este científico descubrir la electricidad animal, o sea, el hecho de que los nervios de los animales conducen la electricidad, y que es esta la que provoca el movimiento de los músculos. Es verdad que la obra no menciona la electricidad como medio para impartir la vida al monstruo, pero todas sus adaptaciones cinematográficas han dado ese paso, y los experimentos de Galvani con ranas muertas, cuyas patas se contraían al ritmo de los relámpagos, estaban demasiado cerca para que Mary Shelley las ignorara. De hecho, Victor Frankenstein menciona el galvanismo en el capítulo 2, y dice que le impresionan las tormentas con aparato eléctrico.
En el próximo artículo hablaremos del siglo XX.
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Manuel Alfonseca
https://www.nationalgeographic.es/ciencia/2021/04/nuevo-experimento-sugiere-que-muon-particula-rompe-leyes-de-la-fisica ¿Esto es ciencia ficción?
ResponderEliminarNo, es un experimento que parece confirmar otro bastante anterior, que no se adaptaba al modelo estándar de física de partículas. Pero el nuevo experimento debe a su vez ser confirmado, como indica la palabra "sugiere" en el titular, por lo que esto debe ser considerado como un paso experimental que, a la larga, podría revolucionar lo que sabemos sobre física de partículas.
Eliminarhttps://advances.sciencemag.org/content/7/15/eabe3996.full
ResponderEliminarMi crítica a este artículo: donde dicen "we designed an artificial stimulus-response system that successfully mimicked human conscious response" están cometiendo un abuso de lenguaje.
EliminarLo que han hecho es simular una respuesta aprendida humana consciente (la captura de una pelota por la mano de un deportista) mediante un dispositivo automático formado por un detector visual, un brazo robótico, y un programa de aprendizaje que enseña al brazo robot a coger la pelota en función de la imagen de esta, detectada por la parte visual del dispositivo.
¿Dónde está ahí la consciencia? En ninguna parte. Todo el dispositivo es automático. Pero como este tipo de aprendizaje, en el hombre, es consciente, al construir un dispositivo automático que lo imita, dicen que están simulando la consciencia. Lo cual es totalmente falso.
Igual podían decir que, como la realización correcta de sumas de muchos números es una actividad humana consciente, un programa que calcule sumas correctamente está simulando la consciencia. ¿Por qué no lo dicen? Porque es evidente que es falso, y cualquier persona se daría cuenta. Pero en este caso, como la cosa está más oculta, porque hay un programa de aprendizaje automático en el dispositivo, al que pueden llamar "inteligencia artificial" (aunque llamarlo así es otro abuso del lenguaje), tratan de meter bajo cuerda la idea falsa de que han simulado la consciencia.
Uno de mis próximos artículos (previsto para mayo) abordará el tema de la exageración al hablar de la "inteligencia artificial" basada en programas de aprendizaje.
Ok seguro estara muy interesante ya lo leere entonces.
ResponderEliminarTengo grandes esperanzas de que pronto remontemos el largo y profundo bache de monismo materialista que se había extendido sobre el mundo intelectual como una oscura niebla que apagaba toda la brillantez y luminosidad de los ideales y de la capacidad creadora de los seres humanos. Confío en que podremos recuperarnos, mantener relaciones más sanas con el misterio de la existencia y liberarnos cada vez más de esta tiranía de las afirmaciones dogmáticas de los materialistas, que sólo pueden conducir a la desesperanza y al nihilismo. Me agradaría contemplar una vuelta a la esperanza y a los valores y a un sentido más alto de la vida, e incluso a una concepción de la vida humana donde Dios esté presente. Pues pjala salgamos de esta porque segun el reduccionismo es vivir en un sin sentido
ResponderEliminarBruno, en este video el Dr. Ricardo Castañón, destacado científico católico explica por qué el cree que estamos viviendo las primicias de un nuevo amanecer para nuestro mundo. No hay que perder la esperanza, aunque haya que pasar por toda esta tribulación.
ResponderEliminarhttps://www.youtube.com/watch?v=4A8Ofce4yzU
Ok pues ojala porque tanto nihilismo es asfixiante porque segun. El reducciomismo seriamos robots la gente que aueremos y tratar o considerar a alguien de esa manera es muy frio.
ResponderEliminarhttps://www.unav.edu/web/ciencia-razon-y-fe/fe-y-ciencia-no-hay-mas-motivos-para-el-conflicto estoy leyendo esta pagina esta interesante
ResponderEliminarCómo caracterizaríamos al materialismo de los últimos dos siglos? Como noofóbico (del griego 'nous'), desde el momento que su incomprensión de la consciencia le lleva a despreciarla y, en el límite, a negarla. Y ello desde la exaltación de lo absolutamente no-consciente, que pretende que es la auténtica realidad y que identifica con la materia. Siendo, por tanto, lo aconsciente, lo 'ciego', la realidad primaria, y la luz interior del ser 'mera ilusión' destinada a desvanecerse en el momento en que la materia, que produce esa ilusión, se desorganice, se entiende el punto de vista de Hans Jonas diciendo que la modernidad cientificista y materialista apuesta por lo muerto (lo ciego e inerte) en lugar de hacerlo por lo vivo (lo auto-finalizado y con interioridad).
ResponderEliminarhttps://tendencias21.levante-emv.com/crean-un-robot-con-ia-que-es-consciente-del-entorno.html lo de ser conciente es una forma de hablar supongo
ResponderEliminarSí, un abuso del lenguaje, y además hace medio siglo que se hacen robots que saben evitar obstáculos. En cuanto a reconocer a las personas por su cara, ya se hace desde hace décadas en identificadores de empresa. Un programa que utilice una cámara para obtener una fotografía de una persona, que la compare con fotografías contenidas en su base de datos, que elija la que corresponde, y que pronuncie su nombre ¿es consciente porque haga eso? ¡Vamos, hombre!
EliminarPara ellos hasta que un robot habra abra una botella ya eso es ya como nosotros jaja, la verdad no comprendo eso de pretender crear inteligencia artificial fuerte nose porque tanta felicidad o interes en que los robots no superen no entiendo que felicidad tienen los reduccionistas de denigrar a la gente si no es tratandola como un animal es como una maquina de carne
ResponderEliminarhttps://tendencias21.levante-emv.com/descubren-el-interruptor-cerebral-del-hambre.html interruptores dice , siguen insistiendo en el monismo
ResponderEliminarBruno, esta noticia no tiene nada que ver con el materialismo reduccionista. En el cuerpo humano existen multitud de fenómenos automáticos controlados desde el encéfalo, como el ritmo cardíaco, el despertar del hambre, y todos los del sistema nervioso autónomo, que no son conscientes. Es interesante saber qué parte del encéfalo controla cada uno de ellos. Descubrir uno, como en este caso, no hace avanzar la agenda materialista, porque ya sabíamos que, al ser automático, debía estar controlado desde algún sitio.
EliminarComo estan creando conciencia si como mencionan en la pagina de ana marquez :Es así de simple. ¿Cómo obtienes algo totalmente distinto (criaturas conscientes, vivas, pensantes, sensibles...) a partir de materiales que no poseen nada de eso?... Si aplicas un proceso físico a la materia física, obtendrás un arreglo distinto de materiales físicos. Por ejemplo, si aplicas el proceso físico del calor a un tazón de agua, obtendrás un producto nuevo: vapor, el cual es solo una forma más complicada del agua, pero todavía física. Y si la historia del universo es solo una historia de procesos físicos aplicados a materiales físicos, terminas con arreglos crecientemente complicados de materiales físicos, pero no vas a obtener algo que sea totalmente intangible. Ese es un salto de un tipo totalmente distinto.
ResponderEliminarExcelente artículo mi querido amigo me ha gustado, pero hay una cosa que me gustaría matizar. El primer hombre de ficción creado de forma artificial no sería Frankenstein, sino Homúnculus creado por Wagner en el Fausto he estado comprobando las fechas y el Fausto es nueve años anterior (1808) a Frankenstein de Mary Shelley. De todas formas ésto no invalida un artículo excepcional.
ResponderEliminarPero Wagner (en Fausto) no crea al homúnculo a partir de partes de cadáveres, sino mediante alquimia, siguiendo las ideas de Paracelso. Por lo tanto, no lo considero un precedente válido.
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