Lanzamiento de un cohete V-2 en 1943 |
La
exploración del espacio empezó hace unos setenta años, como continuación del
esfuerzo bélico del Tercer Reich para desarrollar misiles balísticos (el cohete
V-2) para bombardear la Gran Bretaña y otros lugares sin necesidad de utilizar
aviones.
Al fin
de la Segunda Guerra Mundial, las dos nuevas grandes potencias (los Estados
Unidos y la Unión Soviética) reclutaron a los científicos y técnicos que habían
llevado a cabo los avances alemanes en ese campo, para llevárselos a sus
respectivos países y poner en marcha programas de exploración espacial, cuyo
primer objetivo era, por supuesto, obtener ventajas militares en la guerra fría
que acababa de empezar. Como consecuencia de la Operación Paperclip (el
programa estadounidense de captación), científicos alemanes tan importantes
como Werner von Braun pasaron a trabajar en los Estados Unidos. Un programa
soviético equivalente (la operación Osoaviajim) hizo lo mismo
con científicos alemanes, quizá menos conocidos, pero igualmente eficientes.
Con esta ayuda, ambas superpotencias comenzaron una carrera espacial que
duraría varias décadas.
El 4
de octubre de 1957, la Unión Soviética demostró que se había adelantado en la
carrera espacial al colocar en órbita el primer satélite artificial, Sputnik 1. (La
palabra Sputnik, en ruso, significa satélite). Un mes después, el 3 de
noviembre, los rusos lanzaron el Sputnik 2, con el primer ser vivo lanzado al espacio, la
perra Laika. El 31 de enero siguiente, los Estados Unidos lograron
poner en órbita su primer satélite, Explorer 1, demostrando que la ventaja soviética no era muy grande.
En
los años sucesivos la ventaja se ensanchó, pues los rusos fueron los primeros
en llegar a la luna (sonda Luna-2, 12 de septiembre de 1959); en fotografiar su cara
oculta (Luna-3,
4 de octubre de 1959); en llegar a Venus (sonda Venera-1, 12 de febrero de 1961); y en poner un hombre en el
espacio (Yuri Gagarin, 12 de abril de 1961), cosa que la NASA no
consiguió hasta casi un año después (20 de febrero de 1962). Finalmente, el 19
de junio de 1963, la sonda rusa Mars-1 fue la primera en alcanzar Marte.
Buzz Aldrin en la luna |
A
partir de ahí, la situación se invirtió. Con el proyecto
Apolo, los Estados Unidos tomaron el
relevo al frente de la carrera espacial, al conseguir poner al primer
hombre en la luna el 20 de julio de 1969. La carrera espacial continuó
durante los años setenta con las primeras estaciones espaciales tripuladas: Salyut-1 de la
URSS (19 de abril de 1971) y Skylab de la NASA (14 de mayo de 1973). Poco después comenzaba
la colaboración espacial, con la primera misión conjunta
soviético-estadounidense (Apolo-Soyuz, 17 de julio de 1975).
A
partir de los años noventa se produjeron cambios importantes en los programas
espaciales. Por un lado, la desintegración de la Unión Soviética disminuyó el
impulso ruso para seguir con la carrera espacial; por otro, la NASA frenó las
misiones tripuladas al espacio después de las dos catástrofes del Transbordador Espacial Challenger (28 de enero de 1986) y del Columbia (16 de enero de 2003).
En
1998 comenzó la construcción de la Estación Espacial
Internacional (ISS, por sus siglas
en inglés), que desde el principio ha sido resultado de colaboración
internacional, pues la colocación del primero módulo tuvo lugar, por parte
rusa, el 20 de noviembre de ese año, y la del segundo, por parte de la NASA, el
2 de diciembre. Desde entonces, otros países han colaborado en el mantenimiento
de esta estación: a los dos países iniciales se han sumado la Agencia
Espacial Europea (ESA), la japonesa y la canadiense. Estas cinco
agencias han acordado un sistema de rotación que ha mantenido en la estación una
tripulación permanente desde el 2 de noviembre del año 2000. Otros países, como
Brasil e Italia, participan en proyectos de la ISS a título particular.
Estación Espacial Internacional |
Hoy
se puede asegurar que la exploración espacial se está convirtiendo rápidamente en
un proyecto internacional en el que participan numerosos países. En la ONU
existe desde 1959 un Comité para los Usos
Pacíficos del Espacio Exterior
(COPUOS, por sus siglas en inglés), al que actualmente pertenecen 87 países, lo
que le convierte en uno de los comités más grandes de la Asamblea General de la
ONU. España es miembro desde 1980. Entre sus actividades está la Red
Internacional de Aviso de Asteroides (IAWN), que tiene por objeto el
estudio de los objetos próximos a la Tierra (asteroides, cometas, etc.) que
podrían impactar contra nuestro planeta en el futuro próximo, para diseñar
procedimientos de desviación previa de dichos objetos, o para tomar medidas
para paliar este tipo de desastres, si llegan a producirse.
Durante
sus últimos años, el físico Stephen Hawking adoptó
una posición muy pesimista sobre el futuro de la humanidad, que veía
amenazado por numerosos peligros. Como solución, propuso la exploración
espacial, comenzando por la luna y los planetas más próximos, y culminando en
un plazo de entre 200 y 500 años en un programa de viajes interestelares sin
retorno, que tendrían por objeto la colonización de planetas en sistemas
solares distintos del nuestro. Un programa como este sólo podría ser abordado a
través de la colaboración internacional. ¿Sería esto suficiente para detener
las luchas intestinas permanentes que impiden la concordia global de la
humanidad? Dejo abierta la respuesta a esta pregunta.
Hilo Exploración Espacial: Anterior Siguiente
Manuel Alfonseca
Publicado
el 4 de febrero de 2019 en El Debate de Hoy
Para imaginar un estado de concordia global de la humanidad puede ser de utilidad la siguiente metáfora:
ResponderEliminarEl poder (la capacidad de influir en la acción ajena para forzarla a ajustarse a las propias expectativas) es a las sociedades humanas lo que la gravedad es al mundo de los objetos físicos: la fuerza que atrae, aglutina y cohesiona el comportamiento de sus integrantes.
Un reto común a toda la humanidad ayudaría a conseguir la deseada armonía, bien que únicamente durante el PROCESO, es decir, mientras se lleva a cabo el programa de viajes interestelares. Porque, a mi entender, una vez colonizados nuevos planetas en sistemas solares distintos al nuestro, volvería a funcionar la "ley de la gravitación social", es decir, el poder de unos sobre otros, la misma fuerza que nos hizo abandonar la Tierra. Y vuelta a empezar.
NB El poder funciona como correlato y contraste de la confianza, base de todas las instituciones (https://bit.ly/2SfhZlX). Por eso estamos como estamos, mirando con Hawking a otros planetas.
En el espacio de poco servirá el poder que es cosa de niños así como las naves impulsadas por cohetes, y sí la curiosidad intelectual así como el cariño sincero. Ahí todo está lleno de estrellas y a muy poco alcanza la sensación infantil de unos ínfimos seres biológicos de tener "poder". Un estornudo del Sol podría terminar con la vida en este planeta de hoy para mañana,
Eliminary una nova cercana barrería todo este sistema solar en días, a ver si crecemos un poquito o muy mal nos irá en el espacio.
Pero Felipe tiene razón en que, una vez colonizado otro planeta, el juego de la lucha por el poder comenzará de nuevo, primero en dicho planeta, y luego entre un planeta y otro.
EliminarMe parece que estas proyecciones ignoran el proceso de evolución cultural humana.
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