El Nacimiento de Venus de Botticelli |
En un
artículo anterior hablé del nuevo libro de Francisco José Soler Gil
titulado El
enigma del orden natural. El capítulo tercero de este libro, que
se titula Las ideas estéticas en la
física y reproduce una conferencia impartida por el autor en la
Facultad de Química de la Universidad de Sevilla, me ha proporcionado argumento
para este artículo de mi blog.
La influencia de las ideas estéticas en la física es muy antigua, quizá tanto como la propia física. Uno de sus precursores más antiguos es Pitágoras, que propuso el concepto de la armonía de las esferas celestes, según el cual las distancias entre los planetas reproducirían los intervalos musicales armoniosos.
Dos de los conceptos estéticos más influyentes
en las teorías físicas son la simetría y la simplicidad. Es curioso que
el primero ya fuese utilizado por Copérnico como justificación de su sistema
heliocéntrico frente al geocéntrico de Ptolomeo, con estas palabras (la
traducción a partir de la versión inglesa de De Revolutionibus Orbium Coelestium
es mía):
[Los astrónomos que construyeron el sistema ptolemaico] tampoco pudieron obtener o deducir de las excéntricas la consideración principal, a saber, la estructura del universo y la verdadera simetría de sus partes. Al contrario, su experiencia fue como la de quien toma de varios lugares manos, pies, una cabeza y otras piezas, quizá muy bien escogidas, pero que no representan bien a una sola persona; puesto que estos fragmentos no se corresponden entre sí, lo que se formaría a partir de ellos sería un monstruo, en vez de un hombre.
Este párrafo es muy curioso, puesto que
Copérnico se adelantó aquí en varios siglos a Mary Shelley en la idea del monstruo de
Frankenstein.
El concepto de simplicidad está también
implícito en la obra de Copérnico, puesto que su sistema heliocéntrico es mucho
más simple que el de Ptolomeo, aunque después Kepler volvió a simplificarlo al reemplazar los círculos por elipses, como forma de las órbitas de los
cuerpos celestes. También está implícito en la obra de Newton, que unificó la mecánica terrestre con la celeste,
y así simplificó considerablemente la física. Y en la de Maxwell, que unificó la electricidad con el magnetismo.
Y en la de Weinberg, Salam y Glashow, que unificaron el electromagnetismo con la interacción débil. Los ejemplos
son numerosos.
Soler Gil señala, sin embargo, que la idea de
que las teorías (o las ecuaciones) deben ser bellas, lo que usualmente se
entiende como que deben ser simples o exhibir simetría, puede llevarse
demasiado lejos, en cuyo caso, en lugar de ayudar al avance de la física,
podría convertirse en una rémora, metiendo a los investigadores en callejones
sin salida. Y cita varios ejemplos de ello, muchos de los cuales han tenido
lugar muy recientemente, a finales del siglo XX y principios del XXI:
El principio cosmológico perfecto, propuesto por Fred Hoyle en apoyo de su teoría cosmológica del estado estacionario, que afirma que el universo es homogéneo e isótropo tanto en el espacio como en el tiempo. Esta teoría fue preferida a la del Big Bang por muchos cosmólogos, hasta que el principio cosmológico perfecto fue refutado por el descubrimiento de la radiación cósmica de fondo, que demostró que el universo ha cambiado de aspecto a lo largo del tiempo.Radiación cósmica de fondo
de microondas- El hecho de que la
interacción débil rompe varias simetrías muy queridas para
los físicos, como la simetría P (la paridad, o simetría entre derecha e
izquierda) y la simetría CP (simetría conjunta de paridad y carga), lo que
implica que el tiempo es irreversible, contra los deseos de muchos
físicos, que querrían mantener a toda costa la reversibilidad frente al
tiempo que exhiben las ecuaciones de Einstein y Schrödinger.
- El concepto de supersimetría,
una simetría hipotética que relacionaría las propiedades de bosones y
fermiones (dos tipos diferentes de partículas elementales), y predice la
existencia de numerosas partículas nuevas, más allá del modelo estándar de
física de partículas. La supersimetría es una componente importante de la teoría de supercuerdas, que
generaliza la teoría de cuerdas,
pero ninguna de las dos ha conseguido confirmación experimental en las más
de cuatro décadas transcurridas desde que estas teorías fueron propuestas.
Soler Gil señala que empeñarse en imponer al
cosmos un exceso de simetría puede dar lugar a consecuencias imprevisibles e
indeseables. Por ejemplo, la radiación cósmica de fondo exhibe una gran
simetría espacial (su temperatura es prácticamente idéntica en cualquier
dirección del espacio), pero no del todo: entre dos puntos cualesquiera suele
haber diferencias del orden de la quinta cifra decimal (hablé de esto en otro
artículo de este blog), por lo que dicha simetría no es perfecta. Pues
bien, si lo fuera, nosotros no estaríamos aquí, porque no habría
estrellas ni galaxias en el universo. ¿Sería acaso más bello el cosmos en ese
caso? Permítasenos dudarlo. Nuestra existencia y la de muchos de los seres que
nos rodean son bellas precisamente porque somos distintos, únicos e
irreemplazables.
O como lo expresó el japonés Kuki Shūzō,
especialista en estética: la belleza
depende de que haya alguna diferencia entre el objeto bello y el orden ideal.
Si no hay tal diferencia, no puede haber belleza. Aunque tampoco puede haberla
cuando dicha diferencia es grande. Para ilustrar este concepto, Soler Gil recurre
al cuadro del Nacimiento de Venus de Botticelli y nos plantea la
siguiente pregunta: ¿Sería el cuadro más bello si el rostro de Afrodita fuese
perfectamente simétrico, o acaso las pequeñas asimetrías contribuyen
positivamente a su belleza? Y termina con estas palabras: La naturaleza no es menos artista que
Botticelli.
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Manuel Alfonseca
Me parece interesante el contraste entre estética y progresos de las ciencias.
ResponderEliminarLa reflexión que se me ocurre es si habrá otras ideas de la estética capaces, más globales o abstractas, de aglutinar más avances de la física o si la física avanzará hacia una mayor abstracción y simplicidad de mayor alcance.
De alguna manera, la concepción más originaria o fundamental del mundo o de la creación será algo muy simple (aunque desconocido u oculto para el hombre)?
Avanzamos hacia los fundamentos de la ciencia y de la creación?
Gracias
JMVB dice: "Avanzamos hacia los fundamentos de la ciencia y de la creación?"
EliminarHasta ahora, sí, pero eso no implica que sigamos haciéndolo en el futuro inmediato. Vea el artículo siguiente a este.