Levitación de una placa superconductora |
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En 1986, un equipo del centro de investigación de IBM en Zurich descubrió la superconductividad de alta temperatura. Hasta entonces, este fenómeno, bien conocido desde que fue descubierto por Heike Kamerlingh Onnes en 1911, solo se daba a temperaturas próximas al cero absoluto. Gracias a la utilización de materiales cerámicos formados por cobre y tierras raras, la temperatura crítica subió primero a 35ºK, y poco después a 92ºK.
En 1986, un equipo del centro de investigación de IBM en Zurich descubrió la superconductividad de alta temperatura. Hasta entonces, este fenómeno, bien conocido desde que fue descubierto por Heike Kamerlingh Onnes en 1911, solo se daba a temperaturas próximas al cero absoluto. Gracias a la utilización de materiales cerámicos formados por cobre y tierras raras, la temperatura crítica subió primero a 35ºK, y poco después a 92ºK.
Inmediatamente los medios anunciaron el
descubrimiento como la puerta abierta a una nueva revolución tecnológica. Entre
las aplicaciones revolucionarias que se anunciaban estaban la fusión nuclear,
los trenes y barcos de alta velocidad que se moverían levitando, la transmisión
de energía eléctrica a grandes distancias sin pérdidas, los superordenadores, y
muchas más. La “fiebre” de los medios creció aun más cuando Bednorz y Müller,
del equipo descubridor, recibieron el Premio Nobel en 1987.
Como muestra de esa “fiebre” he realizado una
búsqueda en la hemeroteca de La
Vanguardia. En los tres años transcurridos entre 1986 y 1988, este
periódico publicó 24 noticias sobre superconductividad (una cada mes y medio).
En muchas de ellas se lanzaban las campanas al vuelo sobre las aplicaciones
inminentes de esta tecnología
revolucionaria. Veamos unos pocos ejemplos:
·
18/5/1986, página 49. Titular:
Superconductividad. Contenido: Otras
aplicaciones, aún en fase experimental, se refieren a la conducción de
electricidad con cables superconductores... Además un sólo cable superconductor
de 60 centímetros de diámetro podría abastecer de electricidad a una ciudad
como Nueva York... En Japón y Alemania llevan a cabo estudios para poner en
funcionamiento un tren rápido con tecnología superconductora. Este tren podría
ir suspendido en el aire gracias a la repulsión que se ejercen dos
electroimanes entre sí, e ir propulsado también por fuerzas magnéticas.
·
29/3/1987, página 43. Titular:
Superconductores calientes. Contenido: Los
superconductores son de gran importancia en la fabricación de bobinas para los
reactores que permitirán la fusión nuclear controlada en el futuro.
·
7/6/1987, página 49. Titular: La
“fiebre” de los superconductores. Subtitulares: Múltiples aplicaciones.
Aceleradores de partículas y reactores de fusión. Barcos, trenes y cables.
Superchips y aparatos de medida.
·
16/10/1987, página 36. Titular:
Los Nobel para investigaciones de suma transcendencia tecnológica. Contenido: Estas características son especialmente
importantes en campos como la energía nuclear de fusión, la exploración médica
mediante resonancia magnética nuclear, la propulsión de sistemas de transporte
(trenes y barcos) y el desarrollo de nuevos tipos de superordenadores.
Heike Kamerlingh Onnes, descubridor de la superconductividad |
·
11/12/1988, página 1, suplemento
de Ciencia. Titular: IBM establece un nuevo récord en superconductividad. Contenido:
cita a Jerry Torrance y Jerry Cuomo diciendo que no descartaron nuevos avances en uno de los campos que se anuncia más
revolucionario de la tecnología.
“Incluso es posible que pronto se anuncien las primeras aplicaciones con los
umbrales alcanzados hasta ahora”.
La burbuja
mediática se desinfló en poco tiempo. Los aumentos espectaculares de la
temperatura crítica que todos esperaban no llegaron. Un cuarto de siglo después,
sigue en 92ºK, a falta de que se confirme un experimento de 1993 que la elevaba
a 138ºK. Las aplicaciones revolucionarias que se anunciaban tampoco han llegado
a aparecer. Naturalmente, los medios han perdido interés por el asunto. La
hemeroteca de La Vanguardia solo
contiene siete noticias sobre superconductividad entre los años 2000 y 2013
(una cada dos años, una frecuencia 16 veces menor que la de 1986-88), a pesar
de que en 2003 se concedió un nuevo Premio Nobel a esta rama de la física. Esta
vez lo recibieron Abrikosov, Ginzburg y Leggett, cuyas contribuciones a ese
campo se remontaban a muchos años atrás.
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Manuel Alfonseca
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