Walter M. Miller Jr. |
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La novela se divide en tres partes: En la
primera, Fiat Homo, el mundo apenas se está empezando a recobrar de la
catástrofe. Como en los siglos subsiguientes a la caída del Imperio Romano de
Occidente, la Iglesia católica se encarga de salvar lo poco que queda de la cultura
clásica (la nuestra) a través de los monjes de una orden fundada por un tal
Leibowitz, que antes de la conflagración nuclear era ingeniero electrónico. En
la segunda, Fiat Lux, han pasado varios siglos, ha surgido una nueva
civilización y entramos en un nuevo Renacimiento. En la tercera, Fiat
Voluntas Tua, esa civilización ha llegado a su apogeo, vuelve el
materialismo y la historia amenaza con repetirse. Pero esta vez Miller deja
abierta una posible escapatoria: la colonización de la Galaxia.
Además de esta novela, Miller escribió muchas
historias cortas. Una de ellas, publicada en 1951, Dark benediction (Bendición
oscura), es muy curiosa. Relata la llegada a la Tierra de unas cápsulas
de origen extraterrestre, cada una de las cuales contiene unos microorganismos
que, al infectar al hombre, le provocan una extraña enfermedad que cambia el
color de su piel y afecta su comportamiento, pero no causa la muerte. Los
microorganismos se transmiten por contacto físico directo y provocan en los
afectados un deseo intenso de tocar a quienes están libres de la enfermedad, lo
que asegura que el contagio se produzca a la máxima velocidad posible.
La rápida difusión de la enfermedad provoca el
colapso de la civilización. El avance científico se detiene y los medios de
comunicación ya no funcionan. La gente huye de las ciudades y forma bandas
armadas que asesinan a los afectados que tienen la desgracia de cruzarse con
ellos. Algunos de los enfermos se refugian en ciudades
abandonadas y forman comunidades que investigan su dolencia y tratan de
encontrar explicación a lo que está ocurriendo.
Lo que descubren es sorprendente: los
microorganismos son simbiontes que mejoran el sistema nervioso de sus
hospedadores, les proporcionan sentidos nuevos e indirectamente aumentan su
inteligencia. Los extraterrestres que los enviaron no intentaban destruirnos,
sino hacernos un regalo. Las cápsulas que los contenían llevaban un aviso que, cuando
al fin se descifra, demasiado tarde, resulta decir lo siguiente: Criaturas
que encontréis esto, si matáis a vuestros semejantes destruid esta cápsula sin
abrirla. Si os matáis entre vosotros, esto sólo os ayudará a destruiros mejor.
El cuento Bendición oscura fue publicado en español como parte de una colección bajo el título Condicionalmente humano. El hilo conductor es una
historia de amor entre un hombre normal y una chica infectada.
En un
descubrimiento anunciado en mayo de 2010, dos investigadoras estadounidenses
publicaron que la ingestión de la bacteria Mycobacterium
vaccae parece estimular el crecimiento de las
neuronas del cerebro y podría incrementar la capacidad de aprendizaje.
Experimentos realizados con ratones indican que los que han ingerido la
bacteria aprenden a recorrer laberintos dos veces más deprisa que los que no lo
han hecho. Si esto se confirmara (no he visto ninguna confirmación de la
noticia en los cinco años transcurridos), el escenario descrito por Miller
podría ser posible. Esperemos que no se cumplan también sus predicciones de los
posibles efectos del descubrimiento sobre el futuro de la sociedad.
Manuel Alfonseca
Hola, como siempre alabar la maravillosa disgresión científica de Manuel Alfonseca. Por lo que aquí no puedo entrar. Al hablar de literatura me alegro de poder meter baza. Walter Miller Jr. escribió "El cantar de san Leiibowitz" que siempre he intentado conseguir, pero no he podido. Un clásico de la ciencia ficción. Tengo una sospecha que ya he compartido en varios mensajes con mi buen amigo Manuel Alfonseca, y es que sospecho que gran parte de esta literatura de Estados Unidos pudo estar influída por el escritor, y sobre todo brillante editor americano Anthony Boucher, que influyó en otro clásico "Un caso de conciencia" del agnóstico James Blish. Os dejo el enlace de su vida en wikipedia https://translate.google.es/translate?hl=es&sl=en&u=https://en.wikipedia.org/wiki/Anthony_Boucher&prev=search Ojala podamos profundizar en este curioso personaje, y se traduzcan sus antologías al español. Si os interesa la ciencia ficción y el cristianismo os recomiendo el brillante artículo que escribió Manuel Alfonseca sobre este tema os recomiendo el brillante artículo que el propio Alfonseca http://arantxa.ii.uam.es/~alfonsec/docs/dia7.htm
ResponderEliminarDe propina también os recomiendo leer la entrevista que la editorial Ignatius Press (sección Ignatius Insight) le hizó a la escritora de ciencia ficción Sandra Miesel https://translate.google.es/translate?hl=es&sl=en&u=http://www.ignatiusinsight.com/features2005/smiesel_sfintervw1_mar05.asp&prev=search
Ya hablando del tema en cuestión. Es curioso estos extraños humanos infectados me recuerdan físicamente a los Drow una especie de elfos oscuros, que salen en la saga de los Reinos Olvidados. En un principio pensaba que no tenían razón de existir, pero Snorri Sturlusson habla de ellos en su obra la "Edda Menor" cuando habla de las creencias vikingas.
La historia que nos cuenta Alfonseca sobre un grupo de gente perseguida por ser extraña y diferente a los demás, ya la hemos visto parcialmente en los comics de los XMen. Los mutantes de Stan Lee no son muy diferentes de estos humanos infectados por el simbionte extraterrestre. No sea del todo descabellado que Walter M. Miller Jr. hubiera podido influir en Stan Lee. También un extraño simbionte posee a Spiderman y le potencia las habilidades aunque al final trata de apoderarse de él por lo que Spiderman trata de deshacerse del simbionte, que finalmente dependiendo de las versiones posee a Eddie Brock, o a Flash Thompson creando al villano Venom.
Quiero creer lo mismo que mi docto colega, pero tal y como es la naturaleza humana seguro, que si ocurriera algo como lo que detalla en su artículo. Es muy probable que se reaccionará equivocadamente, y que se persiguiera a esta gente. No obstante es hipotético, y hay que confiar en que no toda la gente se portaría así de esta manera. Atentamente Fonch.