Reloj de la Catedral de Estrasburgo |
Uno de los instrumentos de medida del tiempo más sorprendentes que conozco es el reloj de la catedral de Estrasburgo, que contiene en su interior una computadora mecánica, una maravilla compuesta exclusivamente por engranajes y ruedas dentadas, cumbre de la instrumentación de la época, que podría considerarse comparable a la máquina analítica de Charles Babbage, excepto por el hecho de que no es un dispositivo de cálculo programable, sino una máquina de cómputo construida con el propósito específico de calcular la hora. Pueden verse más detalles en este artículo en la revista The Sciences de la Academia de Ciencias de Nueva York.
No se trata de un reloj de torre, como los de otras muchas catedrales, pues se encuentra dentro del edificio. Tiene tras de sí una larga historia que se remonta hasta el siglo XIV, aunque fue totalmente reconstruido en el XVI. A finales del XVIII dejó de funcionar. La leyenda dice que, a principios del siglo XIX, un celador que enseñaba la catedral a un grupo de visitantes mencionó que el reloj llevaba mucho tiempo estropeado. Entonces un niño que formaba parte del grupo exclamó: ¡Yo lo arreglaré! Cuarenta años después, lo cumplió. Ese niño habría sido Jean-Baptiste Schwilgué, quien remodeló el reloj hacia 1840.
Charles Babbage |
El cabildo de la catedral no
permitió a Schwilgué modificar el aspecto externo del reloj, pero le dejó
reconstruir completamente los mecanismos. Utilizando ruedas dentadas, Schwilgué
construyó un dispositivo que proporciona simultáneamente cinco tipos de horas
diferentes: la hora solar media en Estrasburgo, la hora oficial, la
hora solar local, la hora sidérea y la
hora lunar. La primera es un reloj ordinario movido por un péndulo y
ajustado a mano; las demás se calculan a partir de esta. La hora oficial es
fácil, pues en Estrasburgo y en horario de invierno difiere en media hora de la
solar media. La local es más compleja, porque tiene en cuenta las variaciones
de la duración del día a lo largo del año, y para calcularla utiliza engranajes
elípticos. Para calcular la hora sidérea a partir de la hora solar, habría sido
preciso utilizar ruedas con millones de dientes, lo que no es técnicamente
factible. Schwilgué dio con una aproximación de la relación entre ambas que
sólo comete un error menor que un segundo por siglo: 1+450/(611×269).
Combinando ruedas dentadas con 450, 611 y 269 dientes es fácil multiplicar por esa
fracción. Sumar 1 al resultado equivale a avanzar un diente más.
Además de la hora, el reloj
proporciona información sobre el día del año, teniendo en cuenta el
calendario gregoriano. Una figura del dios Apolo señala la fecha sobre una
banda circular deslizante, que cada día avanza una posición y se divide en 365
posiciones, marcadas con los días del año. En los años bisiestos, parte de la
banda se desliza una posición, tapa un espacio vacío situado entre el 31 de
diciembre y el 1 de enero (que lleva la inscripción principio
del año ordinario) y descubre otro espacio, usualmente tapado
por el 28 de febrero, marcado con el 29 del mismo mes. Este mecanismo está regulado
por una rueda dentada de 100 posiciones, de las que 24 poseen dientes,
separados entre sí por tres espacios sin dientes, excepto dos dientes que están
separados por siete espacios. Los espacios sin dientes corresponden a los años
ordinarios de 365 días. Los dientes mueven el mecanismo que provoca la
aparición del 29 de febrero. Los siete espacios seguidos corresponden a los
años finales de siglo, que según el calendario gregoriano no deben ser
bisiestos, aunque sí lo habrían sido con el juliano (véase este
artículo). La rueda avanza una posición cada principio de año, por lo que
da una vuelta por siglo. Por último, hay otra rueda que gira una
vez cada cuatrocientos años y que provoca la aparición de un diente
adicional en la rueda anterior, en el centro de la zona con siete espacios
seguidos, con lo que los años múltiplos de 400 sí son bisiestos, completando
así el tratamiento correcto de todos los años de nuestro calendario.
Por último, el reloj
contiene mecanismos complejos para calcular la fecha de la Pascua de
Resurrección, cuyo algoritmo es bastante complicado, como expliqué en
este artículo. No se sabe cómo funciona esta parte del mecanismo, pero el
caso es que actúa correctamente y provoca el deslizamiento de una sección
asociada a la banda de los días del año, que lleva marcadas las fiestas
movibles de la Iglesia.
El reloj está construido para funcionar durante muchos siglos. Tras hacerlo durante más de 150 años, pasó con éxito la prueba del año 2000. A menos que se reforme el calendario Gregoriano para corregir su error actual (unos tres días cada 10.000 años), todos los cálculos que realiza el reloj seguirán siendo válidos hasta el año 9999, límite fijado porque la cuenta de años tiene cuatro cifras. Schwilgué propuso que la vida de su reloj podría alargarse más allá del año 10.000 escribiendo a mano un 1 delante de las cifras del año, pero entonces el cálculo de la fecha de Pascua dejaría de ser correcto, pues esta fecha no sigue un ciclo de 10.000 años.
Muy bonito artículo, y muy interesante. Mis felicitaciones, para el que, para mi gusto, ha sido de los mejores artículos de este año (o al menos, de los que yo más he disfrutado).
ResponderEliminarComo ahora si que no creo que publique otro artículo antes de navidad.
! Feliz Navidad !.
Es curioso eso de que el reloj haya sido programado de esa forma , no me lo esperaba.
ResponderEliminarPor cierto podria hacer un articulo aclarando el tema de la noticia exagerada esa de que se puede hacer conciencia en laboratorio y asi aclarar los fallos de semejante afirmacion? Es que me tiene muy indignado esa noticia
ResponderEliminarTomo nota.
Eliminarhttps://www.investigacionyciencia.es/noticias/nace-el-campo-de-la-estupidez-artificial-19378 creo que estan exagerando con todas noticias sin fundamento
ResponderEliminarhttps://www.diariovasco.com/alto-deba/arrasate/inteligencia-artificial-lograra-20201229001107-ntvo_amp.html
ResponderEliminarEstoi no tiene nada de particular. Ya hay muchos programas (especialmente los de control de aviones) que lo hacen. Como siempre, se trata de llamar "inteligencia artificial" a lo que antes se llamaba "informática", y de presentar como avance significativo lo que no es más que un avance entre otros muchos.
EliminarUgffU ultimamente esta saliendo un alubion de noticias que no se que pensar noticias como la de hacer conciencia en la laboratorio, o por ejemplo esta:https://scitechdaily.com/discovery-supports-a-surprising-new-view-of-how-life-on-earth-originated/
ResponderEliminarYo no veo que esto sea preocupante. No es más que una teoría más que añadir a las 200 que hay sobre el origen de la vida :-) Por otra parte, si alguna de ellas correspondiera a lo que sucedió en realidad (lo que probablemente no vamos a saber nunca) no veo en qué puede eso afectar sus creencias.
Eliminarhttps://www.abc.es/ciencia/abci-consigue-resolver-ecuacion-schrodinger-202012292032_noticia_amp.html?__twitter_impression=true cada vez entiendo menos no se si estas noticias demuestran el monismo
ResponderEliminarNo diga tonterías, Bruno, por favor. ¿Que un programa informático para resolver una ecuación diferencial demuestra el monismo?
EliminarAdemás, a esto ya le había contestado en un comentario al artículo anterior. ¿Cuántas veces le tengo que decir lo mismo?
Me está usted friendo a comentarios repetitivos, precisamente cuando le había pedido que aflojara el ritmo debido a mis problemas de visión.
Disculpe por lo molestarle es que ultimamente saliendo demasiadas noticias orientadas al materialismo que me preocupa , como lo hacer conciencia en laboratorio o descubrir la aletoriedad del universo me parecen exageradas esas noticias.
ResponderEliminarLo son. Pero usted, además, ve peligrosas noticias que no lo son, como nuevas propuestas para el origen de la vida, la construcción de robots sencillitos por niños de colegio, o la utilización de programas informáticos (bajo el nombre de inteligencia artificial) para hacer cosas que se han venido haciendo de otras formas.
EliminarBruno, se lo voy a explicar una vez más, aunque ya se lo he explicado varias veces, especialmente en este artículo: Ateísmo, teísmo y ciencia. Le recomiendo que lo lea otra vez, así como todos los artículos a los que puse enlaces en ese artículo.
ResponderEliminarDe todos modos, se lo resumo en unos pocos puntos:
1. Ningún descubrimiento científico puede demostrar una teoría filosófica. Son campos diferentes. Por tanto, ningún descubrimiento científico podrá demostrar jamás el materialismo reduccionista. Como tampoco se puede demostrar científicamente que Dios existe o que no existe.
2. Cada descubrimiento científico puede interpretarse a la luz de la teoría filosófica que tenga quien lo analiza. Así, un ateo dirá que algo es puro azar, pero un creyente dirá que es un hecho providencial. Ni una ni otra cosa puede demostrarse científicamente, porque se ha demostrado matemáticamente que el azar es indecidible, o sea, que es imposible demostrar que algo es puro azar.
3. La mayor parte de los medios de comunicación están ahora mismo dominados por ateos. Por lo tanto, tratarán de interpretar todo descubrimiento científico a partir de sus teorías filosóficas. Al leer las noticias que dan, un lector creyente debe eliminar la interpretación filosófica y quedarse sólo con el descubrimiento científico, que a su vez se puede interpretar partiendo de sus propias ideas.
Ahora, por favor, deme un descanso y deje de mandarme diez noticias al día para que se las interprete.