Los mundos perdidos de 2001

Arthur C. Clarke

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2001, una odisea del espacio (1968) es una de las películas más representativas de la ciencia-ficción en el mundo del cine. Su guion, cuya construcción llevó varios años, fue elaborado conjuntamente por Arthur C. Clarke, escritor consagrado de ciencia-ficción durante la edad de oro de este género, y Stanley Kubrick, afamado director de cine. Mientras participaba en el guion, Clarke escribió un libro con el mismo título que la película, que se publicó después del estreno de esta.

En 1972 Arthur C. Clarke publicó un libro titulado Los mundos perdidos de 2001, en el que mezcla reminiscencias sobre la construcción del guion con capítulos descartados del libro. Al leerlo, es posible seguir el proceso de elaboración de la película por parte de Clarke y Kubrick y las etapas sucesivas por las que pasó el argumento. Coincido con ellos en que el guion definitivo quedó mucho mejor que cualquiera de las versiones intermedias.

¿Mecánica cuántica o física clásica?

John Stewart Bell

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El debate sobre si la física de partículas debe apoyarse en la mecánica cuántica (con consecuencias extrañas, como la superposición de estados y el colapso cuántico) o en alguna teoría aún desconocida del tipo de la física clásica que elimine la necesidad de esos fenómenos, viene durando desde que Bohr y Einstein comenzaron a debatir sobre esto hace casi un siglo.

La cuestión parecía haberse decidido cuando John Steward Bell formuló en 1964 la famosa desigualdad de Bell, a la que dediqué otro artículo. Pero hay quien continúa planteando la cuestión, de modo que se siguen buscando otros medios para distinguir entre ambos tipos de teorías. Uno de esos medios es la desigualdad de Leggett-Garg (LGI por las siglas en inglés), a la que voy a dedicar este artículo, que se basa en una publicación de Physics World del 12 de agosto de 2024.

Ciencia-ficción y viajes en el tiempo

H.G. Wells

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Hace algunos años publiqué en este blog una serie de artículos sobre el aspecto científico de los viajes en el tiempo, las paradojas que podría provocar si fuese posible (casi seguro no lo es) y soluciones propuestas para dichas paradojas, como el multiverso cuántico, una de las teorías más absurdas que jamás han pergeñado los físicos. En otro artículo hablé de los errores científicos en la novela de ciencia-ficción Timeline de Michael Crichton, que intenta resolver las paradojas de este modo, pero lo hace mal.

Aquí voy a referirme a los viajes en el tiempo desde el punto de vista literario, como subgénero de la ciencia-ficción. En este contexto, la posibilidad de realizar viajes en el tiempo es irrelevante. La cuestión nos interesa porque se trata de uno de los temas más frecuentes de este tipo de literatura.

Correlación o causalidad

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Desde que Francis Galton, primo-hermano de Darwin, más conocido por promover la eugenesia, inventó el concepto matemático de correlación, se han cometido numerosos errores relacionando correlación y causalidad, que a veces coinciden, pero otras son completamente diferentes.

Se dice que dos variables están correlacionadas, cuando los aumentos de una se parecen a los aumentos de la otra, y además las disminuciones de una se parecen a las disminuciones de la otra. Pero no todas las correlaciones son iguales: para distinguirlas, Galton ideó el coeficiente de correlación, un número comprendido entre -1 y 1.