¿Mecánica cuántica o física clásica?

John Stewart Bell

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El debate sobre si la física de partículas debe apoyarse en la mecánica cuántica (con consecuencias extrañas, como la superposición de estados y el colapso cuántico) o en alguna teoría aún desconocida del tipo de la física clásica que elimine la necesidad de esos fenómenos, viene durando desde que Bohr y Einstein comenzaron a debatir sobre esto hace casi un siglo.

La cuestión parecía haberse decidido cuando John Steward Bell formuló en 1964 la famosa desigualdad de Bell, a la que dediqué otro artículo. Pero hay quien continúa planteando la cuestión, de modo que se siguen buscando otros medios para distinguir entre ambos tipos de teorías. Uno de esos medios es la desigualdad de Leggett-Garg (LGI por las siglas en inglés), a la que voy a dedicar este artículo, que se basa en una publicación de Physics World del 12 de agosto de 2024.

Ciencia-ficción y viajes en el tiempo

H.G. Wells

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Hace algunos años publiqué en este blog una serie de artículos sobre el aspecto científico de los viajes en el tiempo, las paradojas que podría provocar si fuese posible (casi seguro no lo es) y soluciones propuestas para dichas paradojas, como el multiverso cuántico, una de las teorías más absurdas que jamás han pergeñado los físicos. En otro artículo hablé de los errores científicos en la novela de ciencia-ficción Timeline de Michael Crichton, que intenta resolver las paradojas de este modo, pero lo hace mal.

Aquí voy a referirme a los viajes en el tiempo desde el punto de vista literario, como subgénero de la ciencia-ficción. En este contexto, la posibilidad de realizar viajes en el tiempo es irrelevante. La cuestión nos interesa porque se trata de uno de los temas más frecuentes de este tipo de literatura.

El número de producciones de este género que tratan sobre viajes en el tiempo es enorme. He tratado de hacer una lista de las novelas y cuentos que yo he leído (o escrito) sobre este tema, y el número es apabullante. Además, estoy convencido de que se me olvidan muchos títulos, especialmente de cuentos cortos, que son más difíciles de recordar, porque se distribuyen entre numerosas colecciones y antologías, a veces de un solo autor, a veces de varios. Por último, están todas las obras que aún no he leído, que probablemente sean aun más numerosas.

El primer problema con que nos encontramos es definir qué obras pertenecen a este subgénero. La lista de obras que proporciona la Wikipedia, aparte de ser incompleta, mezcla producciones pertenecientes a géneros muy diferentes, como estos:

  • Leyendas de durmientes, como la leyenda del monje y el pajarillo, que aparece en la cantiga CIII de las Cantigas de Santa María de Alfonso X el Sabio y en otras muchas fuentes. Un monje entra en éxtasis mientras oye cantar a un pajarillo, y al despertar descubre que han pasado tres siglos. En los Estados Unidos es famoso Rip van Winkle de Washington Irving, cuyo protagonista se queda dormido una noche y despierta 20 años después. Este tipo de obras no pertenece a la ciencia-ficción, porque no interviene en ellas la ciencia.
  • Cuentos de magia-ficción, como Los chanclos de la Fortuna de Hans Christian Andersen o La historia del amuleto de E. Nesbit. Para un purista, las dos novelas de Harry Potter donde tienen lugar viajes en el tiempo caerían también en este apartado, pero yo prefiero incluirlas en la ciencia-ficción, porque la magia de estos libros es una analogía de la ciencia.

También es dudoso que deban clasificarse en este subgénero los cuentos y novelas que no tratan sobre viajes en el tiempo en sentido estricto, sino sobre medios que permitan ver el pasado. El aparato utilizado para conseguirlo suele llamarse cronovisor o cronoscopio. Citaré aquí The dead past de Isaac Asimov y mi novela Un rostro en el tiempo, aunque esta última también pertenece al subgénero de los viajes en el tiempo propiamente dichos. En Harry Potter y la Cámara Secreta tiene lugar una de estas visiones a través del tiempo, aunque no se hace uso de un cronovisor, sino de la magia.

El primer cuento de ciencia-ficción que pertenece sin duda a este subgénero, pues utiliza un instrumento para realizar el viaje en el tiempo, es el cuento El reloj que marchaba hacia atrás de Edward Page Mitchell (1881). No me gustó demasiado, porque el autor se deja arrastrar por la leyenda negra antiespañola en versión holandesa.

Ray Bradbury

Un caso muy especial es el cuento The Toynbee Convector de Ray Bradbury, que usualmente se clasifica en el subgénero de ciencia-ficción sobre viajes en el tiempo, pero que debería pertenecer a otro subgénero. No diré a cuál, porque hacerlo podría fastidiar a quienes aún no lo hayan leído, cosa que les recomiendo, porque es muy original.

Otro caso único es Cryptozoic de Brian Aldiss, que combina los viajes en el tiempo con una extraña teoría sobre el tiempo, pues sostiene que no es verdad que vayamos desde el pasado al futuro pasando por el presente, sino al revés. Nuestra existencia empieza con nuestra muerte, vivimos la vida hacia atrás, y se termina cuando el zigoto se divide en un espermatozoide y un óvulo dentro del seno materno. Esta obra provocó grandes controversias entre sus lectores, que se dividieron entre los que la juzgaban una estupidez, y los que la consideraban un gran logro de su autor. En otro artículo propuse que quizá Aldiss sacó la idea del cuento El mundo del hombre ciego de Edward Bellamy, en el que los marcianos recuerdan el futuro y no conocen el pasado.

Esta tabla presenta las novelas y cuentos de ciencia-ficción que más me han gustado sobre viajes en el tiempo:

Fecha

Título

Autor

Tipo de obra

1888
y 1895

The Chronic Argonauts
y The Time Machine

H.G. Wells

Cuento y
novela corta

1950

Time’s Arrow

Arthur C. Clarke

Cuento

1950

Forever and the Earth

Ray Bradbury

Cuento

1952

A Sound of Thunder

Ray Bradbury

Cuento

1954

A Thief in Time

Robert Sheckley

Novela corta

1955

The End of Eternity

Isaac Asimov

Novela

1955-60

Guardians of Time

Poul Anderson

4 cuentos

1962

The Rescuer

Arthur Porges

Cuento

1969

Brother Assassin

Fred Saberhagen

Novela

1999

Harry Potter and the
Prisoner of Azkaban

J.K. Rowling

Novela

Finalmente mencionaré mi propia obra, en la que se encuadran dos novelas: Un Rostro en el Tiempo, que ya he mencionado, y Más allá del agujero negro, en la que un joven drogadicto de la actualidad es enviado al pasado, en el país de los indios Dakota.

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Manuel Alfonseca

Correlación o causalidad

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Desde que Francis Galton, primo-hermano de Darwin, más conocido por promover la eugenesia, inventó el concepto matemático de correlación, se han cometido numerosos errores relacionando correlación y causalidad, que a veces coinciden, pero otras son completamente diferentes.

Se dice que dos variables están correlacionadas, cuando los aumentos de una se parecen a los aumentos de la otra, y además las disminuciones de una se parecen a las disminuciones de la otra. Pero no todas las correlaciones son iguales: para distinguirlas, Galton ideó el coeficiente de correlación, un número comprendido entre -1 y 1.