Aldous Huxley |
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Albert Speer, ministro de armamentos del gobierno de Adolph Hitler, dijo estas palabras cuando se disculpó públicamente durante el juicio de Nuremberg:
Albert Speer, ministro de armamentos del gobierno de Adolph Hitler, dijo estas palabras cuando se disculpó públicamente durante el juicio de Nuremberg:
La dictadura de Hitler difería en un punto fundamental de
todos los precedentes históricos: fue la primera dictadura del periodo actual
de tecnología moderna, una dictadura que hizo un uso total de todos los medios
técnicos para dominar a su propio país. Mediante dispositivos técnicos como la
radio y los altavoces, a ochenta millones de personas se les privó del
pensamiento independiente.
Desde los días de Hitler, las
herramientas tecnológicas que un dictador podría utilizar para manipular a las
masas han avanzado mucho. Además de la radio y los altavoces, el cine y la
prensa, de que disponía Hitler, ahora tenemos televisión, grabación de sonido e
imagen, teléfonos móviles que proporcionan innumerable información, ordenadores
capaces de procesarla, y redes sociales, que se están convirtiendo en uno de
los instrumentos de manipulación social más poderosos que existen.
Como dije en
otro artículo de este blog, todas estas herramientas no son ni buenas ni
malas: lo que es bueno o malo es el uso que se haga de ellas. Todas se pueden
usar bien, y todas se pueden usar mal. ¿Tenemos controles para impedir que se
usen mal? ¿O más bien sabemos que ya se están usando mal?
Citemos al propio Hitler al
respecto:
Ser un líder significa ser capaz de mover a las masas.
La fuerza impulsora que ha provocado las más tremendas
revoluciones en la Tierra no fue una enseñanza científica que ganara poder
sobre las masas, sino siempre una devoción que las ha inspirado, a menudo una
especie de histeria que las ha empujado a la acción. Quien quiera ganarse a las
masas, debe conocer la llave que abre la puerta de su corazón.
La propaganda eficaz debe reducirse a lo mínimo necesario
y expresarse en fórmulas estereotipadas, cuya constante repetición conseguirá
implantarlas en la memoria de una multitud.
Hermann Rauschning, autor de Conversaciones con Hitler, escribió esto sobre
los métodos nazis para manipular a las masas, en particular hacer marchar a la
población de una ciudad a otra:
Mantener a la población en marcha parecía ser un
desperdicio sin sentido de tiempo y energía. Sólo más tarde se reveló una
intención sutil basada en la adaptación de los fines y los medios. Marchar
desvía los pensamientos. Marchar mata los pensamientos... Hacerles marchar es
el golpe mágico indispensable que acostumbra al pueblo a una actividad
mecánica, casi ritual, hasta que se convierte en su segunda naturaleza.
¿Qué pasa con los intelectuales,
los de verdad, los que tienen mentalidad filosófica o científica y no se dejan
arrastrar por ideologías? Veamos lo que dice de ellos Aldous Huxley:
Los intelectuales son la clase de personas que exigen
evidencias y se escandalizan ante las inconsistencias lógicas y las falacias.
Consideran la simplificación excesiva como el pecado original de la mente, y no
admiten los eslóganes, las afirmaciones sin base y las generalizaciones que
utilizan los propagandistas.
Platón en La Escuela de Atenas de Rafael |
En principio –no siempre– los
intelectuales son más difíciles de manipular que las masas, porque suelen
pensar por sí mismos. Por eso los dictadores los consideran el enemigo a batir.
Así, el tirano Dionisio de Siracusa recibió al principio a Platón como a un
sabio, pero acabó vendiéndole como esclavo (sus amigos tuvieron que reunir
dinero para liberarle). Veamos algo de lo que escribió Hitler respecto a los
intelectuales:
Los intelectuales corren por aquí y por allá, como
gallinas en un gallinero. Con ellos no se puede hacer historia; no se les puede
utilizar para construir una comunidad.
¿Qué suelen hacer los tiranos con
los intelectuales de verdad? Antes de alcanzar el poder los
atacan y acallan sus voces a gritos. Después de alcanzar el poder, se los elimina. Como expresó Hitler, [Las masas están convencidas] de que la razón está de
parte del agresor activo.
Los sociólogos saben que las
masas son fácilmente manipulables. Los seres humanos reunidos en pequeño número
lo son mucho menos. Veamos lo que dice al respecto Aldous Huxley, que no era
una persona religiosa:
En todas las religiones superiores del mundo la salvación
es para las personas individuales. El reino de los cielos está en la mente de
una persona, no en la carencia de mente de la masa. Cristo prometió estar
presente cuando dos o tres se reunieran en su nombre. No dijo nada de que
estaría presente cuando miles de personas se embriagan unas a otras con el
veneno del rebaño.
Estamos asistiendo al intento de
la ideología dominante, el pensamiento único, por tomar el control completo de la sociedad y
convertirnos a todos en masa, en rebaño. Los métodos que utilizan son los de
siempre, pero ahora tienen muchos más medios para llegar hasta nosotros.
Manuel Alfonseca
Muy bien dicho. Pero mucho me temo que con las disparatadas leyes que se están aprobando en España, este blog va a tener que cerrar, so pena de multas onerosísimas. :(
ResponderEliminarInteresante artículo, como de costumbre. Sobre todo, citando los propios escritos de Adolf Hitler. Siempre he pensado que el empeño de muchos políticos, sobre todo (pero no únicamente) de la izquierda, de prohibir o dificultar el acceso de la población a libros como "Mi lucha", no se debe a la supuesta peligrosidad de ese texto como inspirador de nuevos movimientos semejantes al nacionalsocialismo. Lo he leído (cosa que recomiendo hacer mientras sea legalmente posible en este país), y honradamente, lo encuentro bastante aburrido y reiterativo, siendo de utilidad sólo para conocer las motivaciones, odios y fobias personales de Hitler, y así entender mejor sus acciones, de otro modo casi inexplicables.
ResponderEliminarNo, la peligrosidad de ese libro es descubrir que muchos políticos actuales, sobre todo del nuevo populismo, con un muy pobre concepto de la libertad y del valor de la ciudadanía, se inspiran ciertamente y aplican ellos mismos las enseñanzas del Führer, aderezadas con las de otro gran teórico y práctico de la propaganda, Joseph Goebbles...
Que, al fin y al cabo, es lo que está sugiriendo nuestro amigo en este articulo, ¿no es así?
PD: recomiendo la lectura del último libro de Gloria Álvarez, "Como hablar con un progre". Libro simpático y de utilidad para la detección temprana de portadores del pensamiento único.
Interesante artículo. Precisamente ese es el principal problema, que los intereses de los intelectuales y los que tienen el poder no van siempre (casi nunca más bien) por el mismo sendero.
ResponderEliminarLos medios pueden ser una manera excelente de hacer despertar la conciencia de las masas, y eso es muy peligroso para los que tienen un poder que, principalmente, han obtenido y les mantiene gracias a la ignorancia de una mayoría.
Pues si hay mas medios para manipular a las personasy espiarlas.
ResponderEliminarCoincido en que las minorías pensantes, son el último bastión de resistencia intelectual entre la población general, por eso yo soy filósofo e intento mantener una actitud crítica. Gracias Alfonseca por compartir este interesante artículo.
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