El problema de la intencionalidad humana


Hace unas semanas mantuve en otro blog un debate que me enfrentó con tres ateos militantes que defendían el monismo materialista que sostiene, entre otras cosas, que estamos determinados por nuestras neuronas, que la consciencia es un epifenómeno irrelevante y que el libre albedrío es una ilusión. En otro artículo de este blog he tocado ese tema, mencionando las cuatro teorías filosóficas al respecto, una de las cuales es el monismo materialista.
Este es el argumento que ofrecí para defender el dualismo frente al monismo materialista:
Veamos cuál es el problema de la intencionalidad humana. Cuando digo: Voy a prestarle dinero al banco para que me pague intereses estoy diciendo que la causa por la que voy a prestarle dinero al banco es para obtener intereses. Este tipo de causa, Aristóteles lo llamaba causa final, porque es el fin hacia el que se dirige mi acción, algo que está en el futuro. Por otra parte, el monismo materialista dice que la única causa de todas nuestras acciones está formada por las descargas eléctricas de nuestras neuronas. Esto es lo que Aristóteles llamaba causa eficiente. Tenemos, por lo tanto, que para explicar el mismo fenómeno (que yo le preste dinero al banco) se nos proponen dos causas distintas: mi intención y los disparos de mis neuronas, una situada en el presente, la otra en el futuro. ¿Es esto posible?

La regla más elemental de la causalidad dice que un mismo fenómeno no puede tener dos causas distintas e independientes. Sí puede tener distintas explicaciones compatibles, pero estas dos explicaciones del fenómeno de que yo le preste dinero al banco parecen difícilmente compatibles:
  1. La causa es mi intención (la causa final), que incluye una previsión del futuro. Si la escogemos, probablemente hay que aceptar el dualismo. Hay algo en mi acción que no ha sido causado por los disparos eléctricos de mis neuronas.
  2. La causa son los disparos eléctricos de mis neuronas (la causa eficiente). Esta es la postura del monismo materialista. En tal caso tenemos que aceptar que las intenciones no existen, que la intencionalidad humana es una ilusión. Pero si no actuamos movidos por intenciones, se sigue que nuestra libertad de acción es también una ilusión. Y si no somos libres, tampoco somos responsables.
La eliminación de la responsabilidad nos lleva a la destrucción del orden social, que se basa en que ciertas acciones están prohibidas y otras no. Si no somos responsables, ¿cómo podemos castigar a los asesinos, a los violadores, a los corruptos? Si ellos actuaron impulsados por la descarga de sus neuronas, y su intencionalidad es una ilusión, ¿por qué los castigamos por lo que hicieron? Es injusto, ¿no?
Pero hay algo peor. Supongamos que un juez castiga a un asesino. ¿Por qué le castiga? ¿Porque cometió un asesinato? ¿O porque las neuronas del cerebro del juez se han disparado de cierta manera? Aquí tenemos otra vez un solo suceso (el castigo) que puede proceder de dos causas distintas e independientes: la primera es el delito que se quiere castigar; la segunda los disparos de las neuronas del juez. Pero en este caso se da el problema adicional de que las dos supuestas causas se refieren a personas diferentes. El delito lo cometió una persona, el asesino. Las neuronas que se disparan pertenecen a otra persona, el juez.
Resumiendo: el monismo materialista nos obliga a aceptar que la intencionalidad humana no existe, que se trata de una ilusión. Esta actitud es anti-científica. La base fundamental de la ciencia es que los fenómenos tienen precedencia sobre las teorías. Si un hecho se opone a una teoría, hay que cambiar la teoría, no hay que negar el hecho.
Albert Einstein
Pondré un ejemplo: cuando Michelson y Morley realizaron su famoso experimento, en el que demostraron que la velocidad de la luz en el vacío es independiente del sistema de referencia, dicho hecho se opuso a la teoría vigente (el principio de relatividad de Galileo y la Mecánica de Newton). Ante esto podían darse dos respuestas posibles:
  1. Negar el hecho para salvar la teoría. Afirmar que el resultado del experimento de Michelson-Morley era una ilusión, así no habría que cambiar nada.
  2. Cambiar la teoría para adaptarse al hecho. Eso fue lo que hizo Einstein al formular la teoría de la Relatividad Especial: propuso como axioma el resultado del experimento (que la velocidad de la luz es independiente del sistema de referencia) y de ahí dedujo todo lo demás.
No hay ninguna duda de que la solución 1 habría sido anti-científica y que la solución 2 sí fue científica.
Pues bien: el monismo materialista (la afirmación de que todas nuestras acciones son producidas por las descargas de nuestras neuronas y que nuestra intencionalidad es una ilusión) es equivalente a la solución 1 antes indicada, y por tanto anti-científica. Intenta salvar la teoría a costa de los hechos. Porque es un hecho incontestable que todos actuamos muchas veces con intención de que ocurra algo. Cualquiera de nosotros puede dar fe de ello.
Es curioso que la neurociencia moderna atea haya resucitado una teoría (el materialismo determinista, porque no es otra cosa la afirmación de que todo depende de las descargas de nuestras neuronas y que no tenemos libre albedrío) que quedó desacreditada en la física durante el siglo XX, como expliqué en otro artículo de este blog.
C.S.Lewis
El argumento que he resumido aquí fue propuesto por C.S.Lewis en el capítulo 2 de su libro Miracles, y ha sido ampliado por el filósofo Victor Reppert en su libro  C.S.Lewis’s Dangerous Idea: In Defense of the Argument from Reason (2003). Una versión más resumida de su argumentación puede encontrarse aquí. Y por supuesto, Alvin Plantinga también ha desarrollado el argumento de Lewis para refutar el contra-argumento que afirma que la selección natural ha dado lugar a la aparición de seres cuyos actos automáticos son automáticamente racionales. Pero de eso ya hablé en otro artículo de este blog.
En cuanto a mi debate con los ateos, se limitaron a repetir que todo se explica sólo con las neuronas, y añadieron que, si Dios existe, es responsabilidad suya demostrar su existencia y dejar de jugar al escondite con la humanidad. Uno de ellos formuló una declaración de fe atea, diciendo que debemos resignarnos a desaparecer en la muerte (no estábamos hablando de eso). Por último, este mismo participante señaló que dices lo que dices porque eres creyente. O sea, recurrió a la falacia ad hominem. Es curioso, porque en toda mi parte del debate yo no había nombrado a Dios, pero mis oponentes no dejaban de hablar de Él.

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Manuel Alfonseca
Agradezco a Rocío (alias Euterpe)
que prestó su blog para la celebración del debate.

15 comentarios:

  1. Ante todo felicitar al Profesor Alfonseca por (otro) de sus maravillosos artículos como siempre. Por eso soy evolucionista antidarwinistas, por los excesos que pudieron llevar ciertas teorías, y por mi amor al libre albedrío. Es posible, que la genética (por cierto que dijeron que los darwinistas eran malos genetistas). Esto daría para otro debate, ¿pero hasta que punto autores como March y su libro "Mala semilla", o "Defendiendo a Jacob" de Landay tienen parte de razón? Quiero creer que los genes pueden influir, pero no lo son todo, y que el ser humano no es un esclavo del determinismo, que a mí me parece una versión laica de la predestinación calvinista. El ambiente puede influir en una persona, y aunque esa persona sea como los monstruos que ha descrito Alfonseca (corruptos, violadores, asesinos, psicópatas) quiero creer que a pesar de su naturaleza tienen dignidad y si se les encierra es para que no hagan daño a otros, ni a si mismos. Yo recomendaría dos maravillosos relatos del Padre Brown "La forma equívoca" (en "El candor del Padre Brown"), y "El sino de los Darnaways" ("La incredulidad del Padre Brown") que son un sano antídoto contra este veneno del monismo materialista.
    Nada más tengo que decir, salvo las felicitaciones al autor, y que espero su siguiente artículo con mi más ferviente anhelo. Como dice un villano de G.K. Chesterton "Los que niegan creen".

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  2. Después de leer este artículo y la discusión en el otro blog, debo decir que no estoy nada de acuerdo en los conceptos e ideas que sobre la posible “intencionalidad” ha expuesto usted, me parecen débiles, poco afortunados en suma y mucho menos para defenderlos enfrentándose a personas sin ningún bagaje cultural y bastante poca educación.

    Estoy fundamentalmente de acuerdo con sus ideas no materialistas y dualistas en este caso, pero el enzarzarse con gente que no sabe hacer la “o” con un canuto creo que ha sido un grave error por su parte.

    Le han hecho de todo, trampas de todo tipo, etc. para terminar realmente despreciándolo y claramente expulsándolo de ese lamentable blog.

    Es muy peligroso enfrentarse a los tontos en su terreno, porque siempre te ganan por experiencia.

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    1. Este mensaje se lo he escrito al autor en carta, pero lo comparto, para reflejar mi opinión.
      Cuando se habla con ateos, ya no son los del siglo XIX, y los del principio del siglo XX. Mira lo que decía Joseph Pearce, que los ateos de hoy se comerían a Chesterton. El católico quiere debatir, pero salvo gente razonable (cada vez hay menos) lo que buscan no es debatir, sino denigrar, insultar y hacer daño al oponente, ridiculizarle, y si les sale mal lo que han hecho contigo echarte. Aunque yo creo, que aunque haya sido una perdida de tiempo ha sido útil por dos cosas. Primero porque hay que predicar el Evangelio por todas partes, y segundo porque has demostrado, que no poseen ninguna clase de superioridad, de que no tienen esa presunta tolerancia, que se arrogan. Por lo tanto, y aunque estúpido buscar vencedores sé quien ha ganado, y quien ha perdido. Pero lo digo desde hace tiempo ya no hay debates justos, porque todo el mundo se arroga la victoria, y es incapaz de reconocer, que el otro ha sido mejor, y que ha ganado.
      De todas formas, yo aunque mi amigo haya sido despreciado apruebo, lo que ha hecho, porque ha debatido sin dejarse llevar por sus emociones. Creo, que ha sido el otro bando, quien se ha descalificado, y expulsándolo, por lo que no tengo ninguna duda de que mi amigo el Señor Alfonseca es quien ha ganado, y la razón que me dio para intervenir me ha convencido.
      Aunque respeto mucho la respuesta de Jl Gs, que me ha parecido muy sensata, y muy inteligente.

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    2. Respuesta a JI Gs:
      Si le parecen débiles mis argumentos, le exhorto a escribir un artículo mejor (en página y media, como este). Puesto que básicamente estamos de acuerdo, ambos artículos se apoyarían mutuamente.
      Por otra parte, yo era consciente de que mi artículo no dice la última palabra, como muestra el hecho de que he aconsejado varias fuentes en las que el lector interesado puede ampliar estos argumentos.
      En cuanto a mi debate con los tres ateos, mi intención no era convencerlos (cosa que considero punto menos que imposible). Mi objetivo era hacer pensar a terceras personas que puedan estar leyendo el debate, que quizá tengan dudas y puedan dejarse arrastrar por argumentos a los que nadie contesta.
      Respecto al final del debate (mi expulsión del otro blog) no lo considero una derrota; todo lo contrario: lo tenía previsto desde el principio, como uno de los finales posibles, que además es una manera implícita de reconocer que se han quedado sin argumentos.

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  3. Enhorabuena Manuel. Me parece extraordinaria está entrada. La última frase, como siempre, demuestra que son los no creyentes lo más preocupados por la existencia de Dios. Los que ya vivimos confiados en Él, podemos hablar desde más puntos de vista.
    Podría utilizar esta entrada en mis clases, modificando alguna palabra o frase que puede que no entiendan?
    Un abrazo

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    1. Por supuesto que puedes utilizarlo, si te resulta útil. Gracias por los ánimos.

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  4. (I)

    El problema planteado es esencialmente la existencia de algo no material que influye en lo material, sin consideración de religiones especificas o similares.

    Este problema y su posible demostración ya lo hemos debatido usted y yo en anteriores artículos sin llegar a buen puerto, por lo que me remito a ellos y que cada cual obtenga sus conclusiones.

    En cuanto a los argumentos del actual artículo, en efecto, los encuentro muy débiles y fácilmente rechazables por escépticos o similares por casi incontables razones; puede que incluso les de más argumentos para mantener su posición. Veamos:

    1) Inmersión: En primer lugar tratar de implicar soluciones inmateriales cuando se parte de la aceptación total del mundo material y sus relaciones propias, incluso artificiales como la del artículo, no puede dar lugar a otros argumentos que los materiales, únicos aceptados previamente y mundo donde se desarrolla la acción.

    2) Intencionalidad: Es preciso definir muy específica y operativamente lo que esto significa en el problema que se plantea, lo que no se indica ni de soslayo. Como propuesta de hacer o “idea” hacia algo, a pesar de su fin futuro, no se deduce de ello que deba ser originada “externamente” de nuestra materialidad, ya que el objeto y objetivo final es conocido por esta y perfectamente puede llegar a esa “idea o intención” mediante la manipulación material de premisas y conceptos conocidos y ya implícitos por aprendizaje, así como de su resultado esperado.

    Hay que tener en cuenta que la “intención” solo la argüimos como identificación de otros con nuestro propio comportamiento, pues en realidad no la conocemos y solamente de modo subjetivo admitimos en otros tal comportamiento plausible.

    De hecho usted es experto en vida artificial y conoce perfectamente que se pueden simular estos comportamientos “emergentes” que externamente parecerían intencionados y desde luego con objetivo muy claro, pero no existen en absoluto y solo es resultado material del aprendizaje profundo y otras técnicas.

    Yo mismo puedo programar esto fácilmente y todo el mundo estaría de acuerdo en que revelan conocimiento “intencionado”. ¿Por qué ha de ser distinto en otros seres del mundo material?

    Se puede contra-argumentar diciendo que tales comportamientos intencionados se encuentran de alguna manera en otras mentes externas a dicho mundo que los han programado, pero esto es asumir lo que se pretende demostrar, introducir lo definido en la definición, y por tanto es argumento inválido como demostración.

    Por todo esto y mucho más, este argumento es totalmente fallido para mostrar a nadie con garantías de éxito en la argumentación, ya que no demuestra nada y es muy fácilmente refutable.

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  5. (II)

    3) Decisión: Por lo anterior la decisión final puede ser tomada perfecta y exclusivamente dentro del orden material, sin presunción de elementos externos y no materiales.

    4) Orden social: El argumento de la destrucción del orden social no es correcto y es refutado por la propia experiencia material; todas las sociedades tienen un orden social explicito, sean fundamentalmente creyentes o no en lo inmaterial; incluso las sociedades animales y no digamos los insectos tienen un orden social estricto y no por ello tiene que actuar lo inmaterial para generarlo o mantenerlo.

    Lo que sería correcto argumentar es que supuesto único el orden material, no sería posible imponer un orden moral superior a otro y que todo el que se impusiera seria artificial y cambiable, sin importar realmente cual. Incluso lo considerado mayor aberración no tendría fundamentalmente ninguna importancia, pues solo generaría reacciones químicas como cualquier otra en seres que realmente no se diferenciarían de cualquier elemento químico natural, sin dolor o sentimientos reales, solo aparentes o simulados.

    5) Libre albedrio: Este punto es más problemático pero se puede argumentar que se mantiene en todo caso, pues el no hacerlo implicaría que podríamos saber el comportamiento del ente si conociésemos todas las condiciones iniciales, lo que sabemos científicamente falso, pues incluso cualquier entorno cerrado aún mínimo (p. e. problema de los tres cuerpos) es esencialmente caótico y no predecible.

    Se puede comentar más largamente, pero en algún momento debemos finalizar.

    Saludos.

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    1. Me parece que usted se ha confundido respecto al objetivo de este blog. Es un blog de divulgación científica en el que, en artículos bastante cortos, de una página y media, presento temas que me parecen interesantes y trato de despertar el interés de los lectores para que, si les interesa un tema, busquen más información, en fuentes que a veces señalo, y si no, que se queden con algunas ideas básicas que les permitan no dejarse engañar por los medios de comunicación, que tergiversan estas cosas continuamente.

      Usted se empeña en buscar aquí tratados filosóficos profundos. En efecto, tiene usted razón, estos temas son muy complejos. Fíjese si será así, que cuando C.S.Lewis publicó su libro "Miracles", cuyo segundo capítulo trata sobre lo que estoy diciendo aquí, en la segunda edición del libro tuvo que reescribir por completo ese capítulo, porque le habían señalado algunas inconsistencias en su razonamiento. Fíjese que ese capítulo de Lewis fue expandido después por Victor Reppert en un libro entero.

      En efecto, usted ya ha chocado conmigo más de una vez porque espera encontrar en estos artículos cortos algo que yo no estoy dispuesto a darle: un tratado de filosofía profunda o de neurociencia dualista, o de teoría avanzada de la evolución.

      Por favor, si en el futuro vuelve a sentirse defraudado por alguno de mis artículos, deje de leer mi blog, pero no vuelva a plantearme exigencias ajenas a mis objetivos.

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  6. Parece no percatarse de que su actual actitud es exactamente la misma que la de otros colectivos (ateos, materialistas, etc.) con usted ¿No se da cuenta que está quedando en evidencia?

    Es patente que usted no está acostumbrado al debate real, consistente y de cierto nivel, en el que se constata que no tiene argumentos, lo que es evidente en todos los temas que hemos tratado.

    Mis argumentos no están fuera del alcance de nadie y son evidentes, por lo que debería tratar de refutarlos para información de sus lectores, con lo que no obtendrán información sesgada y podrán mantener cierto debate con oponentes externos y no arriesgarse a quedar en ridículo con supuestos débiles o directamente falaces, sin posibilidad de defensa.

    Debería cerrar los comentarios, así se mantendría la información que quiere dar sin que nadie le importune, o advertir que solo admite opiniones o argumentos que le alaben o avalen.

    Que quien nos lea decida por sí mismo el valor de nuestras posiciones. Sin más.

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    1. Está bien, contestaré al menos a algunas de sus críticas. Pero como prefiero dedicar mi tiempo a escribir artículos nuevos, en lugar de a comentarios largos y complejos que casi nadie lee, le contestaré por medio de próximos artículos.

      Dado que tengo programados varios artículos, espero que no le importe aguardar hasta que llegue el turno de esos artículos que usted me sugiere y que aún tengo que escribir.

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  7. La diferencia entre don M. Alfonseca y esos ateos materialistas es el criterio de verdad que tienen para juzgar la realidad. Como dijo sabiamente CS Lewis:

    "I believe in Christianity as I believe that the sun has risen: not only because I see it, but because by it I see every thing else."

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  8. Ellos son monistas materialistas. Eso significa que creen que solo existe energía / materia, por lo tanto, no hay espacio en la Realidad para lo racional y lo espiritual. Esto los pone en una gran desventaja con los cristianos que creen que la Realidad es material, racional y espiritual.

    Por lo tanto, su comprensión de la Realidad es limitada y es por eso que se niegan a darle a la ecología toda su importancia en la forma en que funciona la evolución. Están buscando una relación simplista, de causa y efecto, que no existe.

    El materialismo tiende a ser blanco y negro y esta es probablemente la razón por la que tienen una comprensión simplista intolerante en blanco y negro de la fe.
    Disculpe por el anonimo

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