¿El fin de la ciencia?

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La revista de noticias científicas Science News acaba de cumplir 100 años. Comenzó a la vez que el año 1922. Y como desde el principio ha ido numerando sus revistas por semestres (no por años), los ejemplares del segundo semestre de 2021 llevan el número 200. Es una de las revistas de información y alta divulgación científica más longevas que existen. Pero su evolución en las últimas décadas resulta preocupante, y no parece que nos empuje a ser optimistas sobre la situación actual de la ciencia mundial.

  • Hasta abril de 2008, la revista se publicaba todas las semanas, con 16 páginas y un número relativamente grande de noticias. En el primer semestre de 2007, los 26 números de la revista contuvieron 416 noticias, lo que arroja una media de 16 noticias por número. Esto equivale a más de una noticia por página, pues desde el principio una parte de las páginas de la revista estaban dedicadas a publicidad.
  • A partir de 2008, y hasta mediados de 2017, la revista pasó a ser quincenal, eso sí, con 32 páginas, por lo que daba la sensación de que el cambio no había afectado al contenido. Pero mirando lo que se publicó en el primer semestre de 2015, se ve que los 13 números de la revista contienen 278 noticias, lo que arroja un descenso del 33% y una media de 21,3 noticias por número, en lugar de las 32 que deberían tener para mantener la proporción de 2007. La explicación de que el número de noticias haya disminuido, mientras el número total de páginas se mantiene constante, es que se pasó a dedicar más espacio (texto e imágenes) a cada noticia.
  • A partir de mediados de 2017, manteniendo la periodicidad quincenal, el número de revistas por semestre se redujo a 11, porque se introdujeron dos números dobles, que contaban como dos publicaciones, con lo que la periodicidad quincenal pasaba a ser a veces mensual, eso sí, con más páginas (52 por número doble), aunque no el doble de páginas (64), como habría sido necesario para mantener la proporción. En el primer semestre de 2021, los 11 números de la revista contenían 216 noticias, lo que arroja un descenso adicional del 22% y una media de 19,6 noticias por número, resultado que se obtiene, de nuevo, engordando el tamaño medio de las noticias, muchas de las cuales ocupan una o más páginas, mientras que hasta 2008 el número de las noticias con esa extensión era mucho menor.

Parece, por consiguiente, que Science News no encuentra ahora el número de noticias científicas por semestre que encontraba hace 14 años, sino muchas menos (casi la mitad), por lo que tiene que reducir el número de publicaciones y aumentar el tamaño de cada noticia.

Si añadimos a esto que aumenta continuamente el número de noticias que en realidad no corresponden a descubrimientos reales, sino a simulaciones no validadas (como esta noticia del 21/9/21 en Science News) o a simples sospechas de que algo podría ser posible (quizá esto pueda ser así…), o a estudios para descubrir si científicos antiguos o modernos son o fueron racistas, gays, anti-gays, o mujeriegos, y que algunas de las otras noticias son, en el fondo, descubrimientos de Perogrullo (como esta noticia del 12/7/21 en Science News), el número de noticias científicas propiamente dichas parece haber descendido en picado en los últimos 14 años.

Y si tenemos en cuenta que muchas de las noticias que se están publicando ahora, más que científicas, son tecnológicas, y que la tecnología aún sigue avanzando, ya sea por inercia (por la aplicación de descubrimientos científicos de décadas anteriores), o porque los avances tecnológicos nunca se detienen del todo, las perspectivas actuales de la ciencia parecen preocupantes.

En esta situación, la reducción de los contenidos y las exigencias de las materias científicas en la enseñanza elemental y media, junto con la introducción de adoctrinamiento ideológico, usualmente anticientífico, hasta en Matemáticas, no es una buena noticia. En California, por ejemplo, quieren cambiar la enseñanza de las matemáticas porque corregir errores de los estudiantes es supremacía blanca, y no existe una respuesta correcta para cada problema. En España no falta mucho para que pase algo parecido.

No es que la ciencia se muera. Es que la estamos matando.

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Manuel Alfonseca

Este artículo fue publicado por La Nueva Razón el 30 de septiembre de 2021

12 comentarios:

  1. Preocupante...
    Se convertirá en la pescadilla que se muerde la cola: Lo que dice en el último párrafo nos lleva al título del artículo.
    Triste. Si siguen relajando la exigencia en Primaria y Secundaria será el fin de la ciencia y de muchas otras cosas...

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  2. También es cierto que los avances científicos están cada vez más alejados de los conocimientos medios de los ciudadanos. Incluso a los especialistas les cuesta a veces seguir las innovaciones en un campo concreto. Pudiera ser que encontrar noticias comprensibles por los lectores de la revista sea cada vez más difícil.
    Luis

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    1. No creo que sea esto.

      Por un lado, la revista Science News no divulga para "ciudadanos" (el público en general), sino para científicos. La mayor parte de sus suscriptores lo somos.

      Por otro lado, los descubrimientos modernos se van reduciendo cada vez más a observaciones astronómicas, análisis de experimentos en aceleradores de partículas, e investigaciones médico-biológicas (casi la mitad), que son las más fáciles de divulgar.

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  3. En la India, la China y Japón sigue existiendo la cultura del esfuerzo y la competición entre estudiantes por acceder a la universidad. Acabará Asia tomando la delantera si no lo ha hecho ya.

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  4. Aunque no creo que sea intención de Manuel ni de ninguno de los que han comentado esta noticia de Science News, la impresión que se podría sacar de su lectura, es que la CIENCIA también está decayendo de manera alarmante. Adjunto un texto literal llamativo que salió en una publicación médica de cierto prestigio (EPOCRATES), donde se recoge una estimación de la producción científica médica de los últimos 70 años:

    EPOCRATES 2015
    Keeping up with the medical literature can be overwhelming. It's been estimated that in 1950, the doubling time for medical knowledge was about 50 years; in 1980, doubling time was roughly 7 years. Now it's estimated that by 2020, it will take only 73 days!1 Currently there are more than 7,000 articles published monthly just in primary care journals alone.

    Creo que todas las noticias alarmantes generadas por los políticos (preferentemente pero no exclusivamente) de izquierdas, respecto a investigación y docencia, dejarán de ser ideológicas y se convertirán pronto en cambios basados en EVIDENCIA MEDIBLE Y CONTRASTABLE.

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    1. En mi opinión, lo que mencionas es una cuestión distinta, que también tiene su influencia en la decadencia de la investigación científica. Es verdad que cada vez se publican más artículos, quizá porque los criterios de evaluación de la investigación lo exigen. Por eso, muchos trabajos se cortan en pedazos y se publican por separado, para tener cuatro publicaciones por el precio de una. Esto hace más difícil entender los resultados de las investigaciones, y al mismo tiempo, al provocar una inundación de publicaciones, hace imposible seguirlas. Pero ¿son todas ellas verdaderos descubrimientos?

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    2. En el terreno que conozco, la medicina y más concretamente las enfermedades hematológicas, EL AUMENTO DEL CONOCIMIENTO ES ABSOLUTAMENTE ABRUMADOR.

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    3. Es el fenómeno de la burbuja inflacionaria de publicaciones, descrita ya en 1981 en la revista Science (The publishing game: getting more for less). Y una nueva manifestación de la obsesión por lo medible: medir lo que se puede medir (las publicaciones), y dejar de lado lo que no se puede medir (el conocimiento, la sabiduría).

      El problema está en empeñarse en medir la productividad científica, y retroalimentar el sistema con esas mediciones. Que es justamente lo que enuncia la Ley de Goodhart: cuando una métrica de evaluación se convierte en objetivo, deja de ser una buena métrica.

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    4. Reconozco que la Medicina sigue realizando muchos avances, pero hay que tener en cuenta que la Medicina de hoy no sólo es ciencia, también tiene mucho de tecnología, y en el artículo he excluido a la tecnología del descenso en picado de noticias.

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  5. Veamos una pequeña muestra de la distribución de noticias científicas en otra revista de alta divulgación: Physics World. En el número de hoy aparecen las diez noticias siguientes:

    a) Una sobre exoplanetas.
    b) Una elucubración teórica sobre mecánica cuántica.
    c) Una sobre la formación de dibujos en la escarcha.
    d) Una sobre vacunas.
    e) Dos sobre cambio climático.
    f) Tres sobre diversidad e inclusión.
    g) Una sobre un experimento que parece contradecir la existencia de una de las partículas no descubiertas que se estaban proponiendo.

    Creo que este resumen cuadra muy bien con mi artículo.

    Por cierto, en otra noticia muy reciente (hoy aparece en la prensa) no se habla del descubrimiento de una nueva especie humana, como algunos dan a entender, sino de una propuesta para cambiar de nombre a uno de los antepasados humanos que ya conocíamos.

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  6. Muy interesante el artículo y a tiempo. En mi opinión la ciencia se está desviando de su finalidad original. El problema no reside en que se haya convertido en una profesión, sino en que la promoción del científico adopte como criterio el "publish or perish" del modelo de ciencia anglosajón. Por este y otros motivos la ciencia es a día de hoy una industria, en la que muchas de las publicaciones son meras variaciones de experimentos ya publicados con anterioridad, no representando un avance significativo. Este ambiente ha propiciado algo que a título particular no me gusta, la ciencia en abierto. A simple vista la idea resulta formidable: publicar los artículos en internet estando disponibles al público en general a cambio de que el científico -su institución- pague una cantidad en muchos casos elevada por la publicación, una vez sea aceptada por el sistema de evaluación por pares. Así la gente "ve" en qué se gasta una parte de sus impuestos aunque desconozca la calidad de lo publicado. Sin embargo la realidad es otra, ya que tras las publicaciones 'Open Access' están las empresas editoras, un negocio formidable de millones de euros. Aunque se lícito hacer esta crítica, lo cruel es que finalmente el investigador se ve obligado a entrar en el juego par ano perder su reputación. En resumen, Darwin, Newton, Cajal, Lavoisier o la misma Marie Curie podrían tener serias dificultades para publicar sus "papers" si sus instituciones no estuvieran muy bien de presupuesto.

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  7. Visto el fin de la ciencia propongo volver a la filosofía tradicional.

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