Teoría de cuerdas |
Un equipo
de investigadores chinos y estadounidenses ha publicado en arXiv en septiembre de 2024 un
artículo que resume su estudio sobre el desarrollo de la ciencia y la
tecnología a lo largo de más de dos siglos. El estudio analiza 213 millones de
artículos científicos publicados entre 1800 y 2020, junto con 7,6 millones de
patentes concedidas entre 1976 y 2020.
El resultado de su estudio es que, mientras el número de publicaciones científicas ha crecido exponencialmente, el conocimiento obtenido por la humanidad crece linealmente; o sea, que la velocidad de adquisición de conocimientos es constante y no crece en la misma proporción que el número de publicaciones.
El número
de publicaciones es una magnitud fácilmente calculable (basta con contarlas), pero
el conocimiento adquirido es más difícil de cuantificar. Los autores del
trabajo han
diseñado lo que llaman el índice de
cuantificación del conocimiento (KQI, por sus siglas en inglés),
una medida relacionada con la entropía de la información, que mide el desorden
y se obtiene de una red de citas construida a partir de los millones de
artículos analizados. Los autores dicen de esta medida que aúna numerosas medidas de impacto científico, es más
interpretable y resiste mejor la manipulación. Dicen también que su utilidad se demuestra porque es capaz de descubrir clásicos
influyentes y científicos premiados que son omitidos por las métricas
tradicionales.
Según los
autores, la evolución de su medida (KQI) a lo largo del tiempo demuestra que el
incremento del conocimiento a lo largo de los últimos 200 años ha sido y sigue
siendo lineal, y puesto que el número de artículos publicados ha crecido
exponencialmente en las últimas décadas, se deduce que la productividad científica (o sea, el aumento
del conocimiento científico por cada artículo publicado) está descendiendo exponencialmente.
En cuanto
al número de patentes, que aumentan más despacio que el número de artículos
publicados, el uso del KQI detecta también un crecimiento lineal, lo que
significa que los resultados obtenidos no sólo se aplican a la ciencia, sino
también a la tecnología.
El
análisis ha detectado puntos de inflexión en los que la pendiente de la recta
del conocimiento cambia bruscamente. Estos puntos señalan grandes
descubrimientos que abren campos nuevos de investigación, como en su día fueron
la relatividad, la mecánica cuántica o el descubrimiento de la estructura del
ADN. Cuando esto ocurre, la velocidad de aumento del conocimiento se incrementa
durante algún tiempo, aunque sigue siendo lineal, lo que da la impresión de un
aumento exponencial, que en realidad no se produce.
En un
estudio paralelo cuyos resultados fueron publicados en un artículo de Nature
en enero de 2023, Max Kozlov detectó un fenómeno parecido: que lo que llama ciencia disruptiva (descubrimientos como los
mencionados en el párrafo anterior, que cambian la dirección de la ciencia)
está en declive, y nadie sabe por qué. El subtítulo de su artículo dice esto: La proporción de publicaciones que desvían un campo en
una nueva dirección ha disminuido considerablemente en el último medio siglo.
Este
resultado coincide con el que he comentado en los primeros párrafos de este
artículo. Coincide también con varios artículos anteriores de este blog, en los que expresé mi sensación de que
la productividad científica está disminuyendo, aunque mi apreciación era más
bien cualitativa, y los datos numéricos que la justificaban podían ser
discutibles, pues no eran suficientemente numerosos.
Aunque
parece que el conocimiento científico de la humanidad sigue aumentando
linealmente, del hecho de que la productividad científica descienda en picado
se siguen consecuencias deplorables, que pueden amenazar el desarrollo de la
ciencia futura, porque el conocimiento científico de cada uno de nosotros
aumenta leyendo publicaciones, y si la productividad de cada una de ellas
tiende a cero, o bien tendremos que leer todo el tiempo para mantenernos al
día, con lo que no podremos investigar, o bien tendremos que dejar de leer lo
que hacen los demás para poder hacer algo nosotros, y en ambos casos el avance
de la ciencia no puede dejar de resentirse.
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Manuel Alfonseca
Muy interesante el estudio, la Ciencia se ha convertido en un negocio en el que las publicaciones son la tarjeta de presentación de los investigadores a sueldo.
ResponderEliminarSospecho que lo que están midiendo estos autores, a partir de una métrica de entropía, no es la cantidad de conocimiento, sino la cantidad de información. Lo segundo es una magnitud medible, que puede servir como indicativo de lo primero, que no es propiamente medible. Desde luego, la cantidad de información es una métrica muchísimo más fiable y robusta que la cantidad de publicaciones. La conclusión de que la productividad científica decae exponencialmente es descorazonadora.
ResponderEliminarHace años escribí sobre el pernicioso fenómeno de la burbuja de publicaciones científicas. Más publicaciones no hacen el conocimiento más accesible, sino todo lo contrario. Las publicaciones científicas se han convertido en una especie de muro infranqueable, tras el cual queda oculto el conocimiento verdaderamente valioso.
Aunque los autores hablan de "conocimiento" (de ahí la K de "knowledge"), ellos mismos hablan de "entropía de la información", lo que significa que lo que están midiendo realmente es la información, no el conocimiento, que como dices es difícilmente medible (yo no sé cómo medir el que yo tengo). Pero las conclusiones son las mismas.
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