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Hace más de medio siglo comenzó el proyecto Ozma (por el nombre de la princesa que gobierna el país ficticio de Oz), que después continuó con el programa SETI (siglas en inglés de Búsqueda de Inteligencia Extraterrestre). Partiendo de la base de que debe de haber numerosos casos de inteligencias extraterrestre, muchas de las cuales habrán alcanzado sin duda una tecnología capaz de comunicarse mediante ondas electromagnéticas, seguramente alguna de ellas estará mandando mensajes que quizá podríamos detectar y contestar. Inicialmente se pensó que nosotros podríamos tomar la iniciativa, enviando mensajes hacia estrellas que pudieran albergar planetas semejantes al nuestro, pero esta opción se abandonó pronto, por ser demasiado cara, dedicándose todos los esfuerzos a interceptar mensajes de otros, no necesariamente dirigidos hacia nosotros. Tras medio siglo de esfuerzos, no se ha conseguido nada. Ha habido, eso sí, alguna falsa alarma, pero ninguna se ha confirmado.
En algún
artículo anterior he mencionado la paradoja de Fermi, que sostiene que sin
duda estamos solos en la galaxia, porque en caso contrario cualquier
inteligencia extraterrestre que nos llevara algunos millones de años de ventaja
ya estaría aquí, pues no hace falta mucho tiempo para conseguir colonizar toda
la galaxia, incluso a las velocidades interestelares que podremos conseguir en
unos pocos siglos.
- No están
aquí porque somos los primeros.
- No están
aquí porque todas las inteligencias extraterrestres anteriores a nosotros
se han autodestruido antes
de colonizar la galaxia.
- No están
aquí porque, aunque
hay inteligencias extraterrestres, ninguna ha deseado colonizar la galaxia.
- Están
aquí, pero no nos hemos dado cuenta (esto es lo que defienden los defensores del
fenómeno OVNI).
En 2002, en su libro Where is
everybody?, Stephen
Webb intentó recopilar el mayor número posible de respuestas a la paradoja de
Fermi, incluidas algunas hilarantemente absurdas, como están
aquí y se hacen llamar húngaros. Sus
soluciones se agrupan en tres grupos, aproximadamente equivalentes a los
indicados más arriba:
- No existen: 19
soluciones, que se reducen a las dos primeras explicaciones anteriores.
- Están, pero aún no han
llegado hasta aquí, ni se han comunicado con nosotros: 22
soluciones, que incluyen las que se reducen al tercer caso anterior,
añadiendo algunas más, que tratan de explicar nuestro fracaso en detectar
sus comunicaciones.
- Están aquí: 8
soluciones que equivalen a la cuarta indicada más arriba. Una de ellas,
por cierto, es Dios existe, y por tanto
existe vida extraterrestre (Dios). Esta solución es absurda, porque sería
preciso redefinir lo que significa vida extraterrestre.
A estas 49 soluciones, el autor añade la número 50, que es
la que él prefiere. En realidad, su solución no resuelve la paradoja, aunque sí
explica por qué hasta ahora no hemos recibido ninguna comunicación: seguramente
hay por ahí inteligencias extraterrestres y están tratando de comunicarse con
nosotros, pero, o bien no sabemos qué dispositivo utilizar para recibir sus
mensajes, o si lo hacen con ondas electromagnéticas, utilizan una frecuencia en
que no se nos ha ocurrido probar, o no hemos buscado bastante y debemos seguir
intentándolo durante un par de siglos más.
En su libro The eerie silence,
publicado en 2011, del que he tomado el título de este artículo, el físico Paul
Davies propone una solución más, distinta de las anteriores:
Si
existen civilizaciones extraterrestres, deben estar mucho más avanzadas que la
nuestra. Pues bien, todas ellas habrán alcanzado ya el punto en que la
inteligencia artificial (las máquinas inteligentes, los robots) habrán superado
y suplantado a sus creadores. Esas máquinas habrán conseguido también
independizarse de los planetas que giran alrededor de las estrellas a distancia
conveniente, invadiendo los numerosos planetas vagabundos que sin duda viajan por
los espacios interestelares. Al ser seres superiores, esos robots no estarán
interesados en comunicarse con nosotros, pues somos una forma de vida inferior,
lo que explicaría su inquietante ausencia y su desinterés por colonizar nuestro
planeta.
La
probabilidad de la existencia de inteligencias extraterrestres es del 50%. Como
no sabemos nada, lo mismo da tirar una moneda al aire y, si sale cara, afirmar
que estamos solos, y si sale cruz, que tenemos compañía.
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Manuel Alfonseca
Lo del Paul Davies viene a coincidir con lo que expone Gregory Benford (que además de novelista es astrofísico) en la Saga del Centro Galáctico, especialmente en "Great Sky River" y sucesivas, que seguro que has leído.
ResponderEliminarUn saludo,
Juan.
Pues no los he leído. Tomo nota.
EliminarEn general, la ciencia-ficción se adelanta a los científicos. Así, las teorías del multiverso se remontan a un cuento corto que publicó en los años 30 Clifford D. Simak.
Pues el enfoque que hace sobre la vida artificial dominante en un futuro lejano es muy sugerente.
EliminarA veces es quizá un tanto oscuro y denso, pero son de esas novelas que recuerdas pasado el tiempo.
Confieso que empecé a sospechar de la no existencia de extraterrestres cuando me percaté de que tenian los mismos poderes que las brujas medievales (o muy parecidos, al menos en las novelas de ciencia ficción) y que la preocupación por los ovnis coincide con la aparición de la aviación (salvo que relevaluemos hechos raros pretéritos, el más conocido sería el carro de fuego del profeta Elías)
ResponderEliminarNo me repugna la idea de extraterrestres, pero ya deberiamos haber dado con alguno ¿no?
Lo más curioso es la cantidad de dinero que invierte la Nasa en algo de lo que no hay ni el más leve indicio . La ideología por encima de la ciencia y el sentido común
ResponderEliminarLa explicación de Davies es absurda. Ninguna combinación de las cuatro fuerzas de la materia sería capaz de crear inteligencia. Ergo, no existe la 'inteligencia' artificial. Las máquinas solo ejecutan la inteligencia de otros.
ResponderEliminarHola Alfonseca, el tema es interesante, pero complejo.
ResponderEliminar¿Cómo se definiría Inteligencia ET, en este artículo?
ET (extra-terrestre) significa fuera de la Tierra, pero dentro del Universo.
EliminarETI (inteligencia extraterrestre) significa, para mí, cualquier tipo de ser que tenga consciencia de sí mismo, capacidad de prever el futuro, y pueda guardar información fuera de su cuerpo.
Sabe Dios...
ResponderEliminarO Dios sabe ;-)
Te he nombrado en mi última entrada, Manuel, donde comentamos un excelente capítulo de "¿Dios o la materia?" del profesor Soler Gil. También puse un enlace a uno de tus posts antiguos que trataba del multiverso, espero que no te importe. Un abrazo y gracias siempre por ilustrarnos.
Gracias por la cita. Paso el enlace a Soler Gil.
EliminarGracias, Manuel, espero que al doctor Soler no le importe que haya transcrito tantos párrafos de ese capítulo, estaba entusiasmada, me pareció tan magnífico que no supe por dónde cortar y quería compartir lo más posible con todos, creo que su exposición es magistral. Sé que muchos lectores no leen este tipo de obras divulgativas (y si son ateos, mucho menos), creo que esta es una forma de acercar estos temas al gran público y de dejarles "con la miel en los labios" :-) para que les entre el gusanillo y lean el ensayo completo. Felicidades, una vez más, a los dos, también a ti, por vuestra valiosa labor divulgativa. Seguimos a la escucha. Un abrazo.
ResponderEliminarEsto es lo que dice Soler al respecto:
Eliminar"A mí no me importa en absoluto que copien párrafos de cosas que escribo. Al contrario. En realidad ni siquiera me importa que me citen o me copien sin citar. Lo que importa es que las ideas circulen."
Estoy de acuerdo con él.
¡Muchísimas gracias! :-) Transcribir sin citar al autor no sería justo, además, se trata de dar a conocer a la gente la postura del bando teísta, con sus nombres y apellidos, en este aspecto, en "Dios y la Ciencia" usamos el truco de Hansel y Gretel :-), ir dejando "miguitas" por el camino para que los lectores lleguen a través de ellas a los libros de donde salieron los párrafos, los lean de cabo a rabo y comprendan que la apuesta por el teísmo es fuerte y no es una apuesta "por lo irracional", como pretenden los ateos y el actual zeitgeist fisicalista en el que estamos inmersos. Desgraciadamente, como decía, a estos ensayos teístas no se les da el bombo del que gozan las obras de los ateos mediáticos, pero es bueno, creo, ir dando pasitos para "nivelar" un poco la balanza.
ResponderEliminarPues seguiremos citándoos y mucho, porque vuestro trabajo lo merece. Un abrazo a los dos y gracias de nuevo :-)
Como pitagórico-platónico-cristiano, yo creo que la mayor inteligencia existente está en Dios-Kosmos-Naturaleza-Totalidad (o como quieran llamarlo). Pero también creo que por debajo de esa inteligencia máxima-suprema, hay toda una gradación de "entidades individuales" corpóreas e incorpóreas, que están tanto en la Tierra como fuera de ella (ETs).
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