Los extraterrestres sólo pueden
aparecer en dos tipos de obras literarias: en ensayos, o si hablamos de
novelas, en el género de la ciencia-ficción. En cualquier otro tipo de novela,
si apareciera un extraterrestre, se convertiría automáticamente en ciencia-ficción.
En la literatura de
ciencia-ficción han aparecido numerosos tipos diferentes de extraterrestres:
- Totalmente humanoides, como los hombre
rojos de la serie de Marte de Edgar Rice Burroughs, que son tan humanoides
que incluso son fértiles al cruzarse con los terrestres, como demuestran
los dos hijos de John Carter y Dejah Thoris, y eso a pesar de que las
mujeres marcianas son ovíparas (!!!). A este grupo pertenecen también los
extraterrestres de la serie El Pueblo (The people), de
Zenna Henderson, que sólo se distinguen de nosotros por sus capacidades
mentales, y los de Perelandra de C.S.Lewis,
también conocido por el título de Viaje a Venus.
- Parcialmente humanoides, como los de Cita
Galáctica (Star Ways), de Poul Anderson,
cuyas mujeres también son capaces de enamorar a los terrestres. Esta
novela desarrolla un argumento típico de Anderson, el de las especies extraterrestres
que difieren culturalmente de nosotros porque tienen una visión del mundo
más ecológica, pero que están condenados a la derrota en su enfrentamiento
con unos terrestres mucho más activos y agresivos que ellos.
- Lejanamente humanoides, por ejemplo, con
apariencia reptiliana, pero con capacidades mentales que les permiten adoptar
un aspecto aparente plenamente humano, como en el cuento de Poul Anderson La
reina del aire y las tinieblas (The Queen of Air and
Darkness).
- Muy diferentes de nosotros, con
individuos completamente ajenos a nuestro aspecto, como en La
guerra de los mundos (The war of the worlds) de H.G.
Wells, cuyos marcianos tienen aspecto de pulpos.
- Entidades planetarias inteligentes no compuestas por individuos,
como en Solaris de Stanislas Lem o La nube negra (The
black cloud) de Fred Hoyle. En el primer caso, el ente inteligente
es un océano planetario provisto de poderes mentales extraordinarios. En
el segundo, es una inteligencia extra-planetaria que ha surgido en una
nube de gas y polvo que se mueve por la galaxia y visita nuestro sistema
solar. En este grupo también podríamos clasificar el extraterrestre
protoplásmico de El buscador (The
searcher) de James H. Schmitz, formado por billones de celulitas
interconectadas, capaz de dividirse en varias entidades independientes y
de absorber cualquier sustancia orgánica, incluidos seres humanos. Quizá
sean estos extraterrestres los más terroríficos de todos.
- Una ecología inteligente, como en Ecología equilibrada (Balanced
ecology) de James H. Schmitz, donde la inteligencia no está
adscrita a una especie concreta de seres vivos, sino al conjunto de todas
actuando juntas, y que a la llegada de los terrestres incorporan a algunos
de estos (los que se adaptan) y se deshacen de otros (los que no se
adaptan).
H.G. Wells |
Aparte de su aspecto, los
extraterrestres de la ciencia-ficción pueden pertenecer a tres grupos
diferentes:
- Los que tienen intenciones amistosas hacia nosotros, como los de la película 2001, una odisea del espacio, que ni siquiera aparecen a nuestra vista, pero que se supone quieren ayudarnos a pasar a una etapa siguiente de la evolución, en la que el hombre dejará de ser hombre para pasar a ser un nuevo tipo de ser superior. Este es uno de los temas favoritos de Arthur C. Clarke, que también lo utilizó en El fin de la infancia (Childhood’s end). A este grupo pertenecen también los extraterrestres de la serie de La elevación de los pupilos (Uplift) de David Brin.
- Los que son nuestros enemigos o vienen para apoderarse de nosotros o de nuestro planeta, como en la novela de H.G. Wells, la serie de películas Alien, o el vegetal inteligente de ¿Quién anda ahí? (Who goes there), un cuento corto de John W. Campbell que sirvió de base para una película terrorífica famosa, El enigma de otro mundo o La cosa (The thing from another world o simplemente The thing), de la que se han hecho varias versiones cinematográficas. En un plano más humorístico, puede citarse Servir al hombre (To serve man) de Damon Knight, cuyos extraterrestres vienen a la Tierra para servir al hombre (en el sentido culinario del término). Este cuento fue adaptado al medio audiovisual en uno de los capítulos más conocidos de la famosa serie fantástica Dimensión desconocida (The Twilight Zone).
- Aquellos a los que les resultamos indiferentes, como en Ecología equilibrada (Balanced ecology), citada más arriba.
De cada uno de estos grupos podrían ofrecerse miles de ejemplos. Me he
limitado a señalar aquí algunos de los que más me gustan, y de los que menos me
gustan (adivinen cuáles). Como es lógico, cada lector puede preparar su propia
lista.
Y para terminar, dos ejemplos de
mis propios extraterrestres:
- En mi
novela de ciencia-ficción Bajo un Cielo Anaranjado
aparecen unos extraterrestres marcianos bastante atípicos, que en
principio tienen buenas intenciones hacia nosotros. Lo que no está claro
es que nosotros tengamos buenas intenciones hacia ellos.
- En mi novela de ciencia-ficción La Historia de la Colonia Tierra-9 (véase en la columna de la derecha) aparece, no una, sino dos especies de extatrerrestres. Pero esta novela, además de ciencia-ficción, tiene una intención alegórica que, por supuesto, no voy a desvelar aquí.
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Manuel Alfonseca
Felices vacaciones. Nos vemos en septiembre
Felices vacaciones. Nos vemos en septiembre
Yo añadiría un grupo más: los que se defienden de nosotros, porque somos letales para ellos, pero inútilmente, ya que los exterminamos. En esta categoría estarían las "Crónicas Marcianas" o el "Juego de Ender". A medio camino entre la mala conciencia ecológica que nos invade últimamente y la esperanza de que nuestra especie seguiría siendo "la elegida" aún fuera de nuestro planeta.
ResponderEliminarLuis
A eso es a lo que refería al hablar de mi novela "Bajo un cielo anaranjado".
EliminarCon los extraterrestres tal vez nos ocurra lo mismo que con los hongos, con unos pocos, los boletus y los champiñones por ejemplo, nos podemos llevar bien, por razones "culinarias", y con los demás más nos vale estar bien lejos. Puede que sea algo así.
ResponderEliminarMi primera intervención en un blog que descubrí hace poco pero que me fascina, gracias a D. Manuel por hacer la divulgación de la ciencia amena y comprensible para los legos en la materia.
ResponderEliminarSobre el tema que nos ocupa (honestamente, de los pocos en los que podré aportar algo). Mis extraterrestres favoritos en la literatura: Los Titerotes de Pierson, de las novelas de Larry Niven. Cobardes hasta extremos ridículos pese a ser prácticamente dioses en cuestión tecnológica (capaces de crear una "flota de mundos" que vaga por el espacio). Parecen aliados de los humanos, pero se revelan como manipuladores en su propio beneficio.
También del mismo autor, destacaría a los Pajeños (Moties) de su novela "La Paja en el Ojo de Dios", cuyas intenciones son amistosas en principio pero acaban chocando inexorablemente con la raza humana.
No son propiamente extraterrestres, ya que se trata de una "evolución" de la raza humana, pero son muy interesantes los habitantes del mundo helado "Invierno" de "La Mano Izquierda de la Oscuridad" (U.K. Leguin). Muy original su propuesta de una sociedad sin diferenciación sexual.
Sobre los grandes maestros: Las razas extraterrestres de Heinlein suelen ser belicosas contra la raza humana, mientras que las de P. K. Dick se quedan apenas en esbozos. Asimov usó pocos extraterrestres en sus obras, pero en "Los Propios Dioses" crea unas criaturas muy originales en un universo paralelo en el que no rigen las leyes físicas del nuestro.
Y por último, y no menos importante, los extraterrestres "enigma" cuyas intenciones no se saben en un principio por no estar presentes físicamente en la historia y en cuya aparición (o desaparición) se centra parte o toda la trama. Entre estos misteriosos destacaría a los inolvidables "Heechee" de Frederick Pohl, a los "Ramanes" de Arthur C. Clark y a los "amarantinos" ( y en consecuencia a los "inhibidores") de Alistair Reynolds.
La verdad es que el artículo me ha gustado mucho a parte del autor la intervención de Pablo ha sido muy bueno, y muy poco yo podría añadir a lo que se ha dicho aquí. Voy a citar uno muy peculiar, y si en lugar de encontrarnos con extraterrestres nos encontráramos con microorganismos como plantea Michael Chrichton en "La amenaza de Andrómeda" que fuera una plaga contra la humanidad. Tenemos el caso opuesto al de C.S. Lewis aunque teológicamente sea una patata "El caso de conciencia" de James Blish, que es lo opuesto a lo de C.S. Lewis, ya que en este caso los extraterrestres no serían inmunes al pecado original, sino que serían obra del demonio, y este lo utilizaría para destruir la Tierra (un mundo que como en las novelas de James Blish no existe el libre albedrío). En la misma tónica tenemos "Los gorriones" de la escritora americana Mary Doria Russell se va con la buena fe a evangelizarles, y te encuentras que estos simpáticos alienígenas de Alfa Centauro practican la eugenesia a otras especies menos evolucionadas, y practican orgías repugnantes, y que los cantos que se oían en realidad eran sus cánticos báquicos. Un caso fascinante es el de la novela de Jack Finney La Invasión de los Ultracuerpos que fue adaptada al cine por Don Siegel, Kauffman, y Oliver Hisgriebel. En un relato de Silverberg los humanos habrían divinizado a los extraterrestres, y luego los habrían acabado matando.
ResponderEliminarEl tema es interesantísimo como se ha dicho, y de hecho ha interesado mucho en el Vaticano, de hecho mientras la Iglesia Católica es agnóstica en el tema de la vida extraterrestre aunque está abierta a su existencia la Iglesia Ortodoxa niega su existencia de vida extraterrestre. Sin embargo Guy Consomagno, y el Papa Francisco han hablado del tema de la evangelización de los extraterrestres. Hay que evitar ciertas cosas, que han contaminado a ciertas sectas sectas como la cienciología que niegan a Dios, y consideran que somos obra de los extraterrestres, y que tanto daño están haciendo mediante la distribución de documentales defendiendo esas tesis. Cuidado con obsesionarse con el tema como paso con Carl Sagan, que estaba tan obsesionado con los extraterrestres, que acabo desarrollando una cristianofobia altamente preocupante.
No sé si hay extraterrestres, pero tengo ganas de poder leer "Viaje a Alfa Centauro" del escritor Michael D. O`Brien. Respecto a extraterrestres con forma de pulpo yo creo, que inspiraron los de Independence Day, y luego están los risibles y malvados extraterrestres de Mars Attack.
EliminarFelicito al Profesor Alfonseca por otra entrada, mi felicitacion llega tarde.
ResponderEliminarA esto quisiera hacer una pregunta, ¿Los seres de Lovecraft, entran dentro de la categoría de deidades o de extraterrestres.?
Pues no tengo ni idea. Quizá sean más bien seres fantásticos, como los elfos o los trolls, ¿no? (:-)
EliminarAntes que nada disculpeme por la tardanza en contestar.
EliminarRealmente es dificil clasificar a las criaturas de Lovecraft ya que son seres extraterrestres que formaron una civilizacion anterior al ser humano, mas tarde acabaron desapareciendo, aunque en su mitologia seguian ocultos en las profundidades del mar, y aunque eran seres extraterrestres, se les convocaba como deidades mediante rituales sacrilegos.
Por cierto felices vacaciones, disfrute del descanso y esperamos con ansia su siguiente articulo!! ;)
En este tema no puedo opinar porque estoy totalmente pez. Los únicos extraterrestres que conozco son los amables cabezones de Spielberg :-), pero tus artículos son siempre interesantes e instructivos. Tomo nota de los títulos de tus libros.
ResponderEliminarHablando de libros aunque de otro tema, me han recomendado mucho a Pablo D'ors, no he leído nada de él. ¿Tú lo recomiendas?
Feliz verano, Manuel, que vuelvas descansado, relajado y morenito. O como mínimo, descansado :-D Un fuerte abrazo!
Ana, te deseo el mejor verano posible.
EliminarPablo d'Ors es un buen amigo mío y lector de este blog (:-) Entre otras obras suyas, te recomiendo su "Biografía del silencio", y la biografía novelada de Charles de Foucault titulada "El olvido de sí".
Anda, no lo sabía :-) Igual me lo he encontrado por los comentarios y no le he reconocido. Gracias por tus recomendaciones, Manuel, por mi parte, te recomiendo el que estoy leyendo ahora, que igual tú ya lo tienes hasta olvidado porque no es precisamente una novedad editorial: se trata de "Gilead" de Marilynne Robinson. Es un libro encantador que profundiza en las grandes claves del espíritu cristiano con una ternura conmovedora.
ResponderEliminarUn abrazo y gracias como siempre por ser tan atento. Feliz verano!
Pues no he leído Gilead. Acabo de apuntarlo en mi lista de Amazon. Con ese título hay también un cuento de ciencia-ficción de Zenna Henderson, de su serie sobre el Pueblo (the People), unos extraterrestres que huyen de su planeta destruido y se refugian en la Tierra, así que ese título tiene que ver con este artículo (:-)
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