Hace unas semanas saltó
a las noticias que la Universidad de Stanford había publicado un folleto
especificando una lista de palabras que no se deben usar porque son dañinas. La noticia provocó un revuelo enorme,
pues una de las palabras prohibidas es nada menos que American, que debería sustituirse por US citizen. También figura en la lista, por
supuesto, abortion, así como otros
muchos términos de uso corriente. Una palabra cuya exclusión causó bastante rechazo
fue victim (víctima),
que según los autores del engendro debería sustituirse por persona que ha
experimentado o persona que ha sido impactada. Entre los
que reaccionaron ante este absurdo, algunos medios destacaron la aportación de
Elon Musk, que publicó el siguiente twit:
¡Esto ha llegado demasiado lejos, por decir
lo mínimo! @Stanford, ¿cuál es vuestra explicación de esta locura?
donde, por cierto, aparece una de las palabras prohibidas: locura. Véase aquí una versión en español de la noticia.
Que la ideología dominante lleve
a estos extremos no es sorprendente. Estaba previsto. Hannah Arendt ya lo había
explicado en 1951 en su obra Los orígenes del totalitarismo:
Allí donde surge la ideología dominante,
comparece la exclusión de quienes no piensen de la misma forma, se rompe la
coexistencia entre unos y otros y emerge el totalitarismo.
La distorsión del lenguaje es uno
de los procedimientos más utilizados para manipular al pueblo. Veamos cómo lo
expresó Stalin:
De todos los monopolios de que disfruta el
Estado ninguno será tan crucial como su monopolio sobre la definición de las
palabras. El arma esencial para el control político será el diccionario.
En su introducción a un curso sobre
La manipulación del hombre a través del lenguaje,
Alfonso López Quintás escribió:
No basta vivir en un régimen democrático
para ser libres de verdad. Hay que conquistar la libertad día a día frente a
quienes intentan arteramente dominarnos con los recursos de esa forma de ilusionismo mental que es la manipulación… El
manipulador ideólogo intenta modelar el espíritu de personas y pueblos a fin de
adquirir dominio sobre ellos de forma rápida, contundente, masiva y fácil.
Veamos también cómo lo expresó
Vladimir Volkoff, en una
entrevista de 2009 con Marc Vitelio:
Lo políticamente correcto tal y como lo
conocemos en la actualidad representa la entropía del pensamiento político.
Como tal, es de imposible definición puesto que carece de un verdadero
contenido… El sumo bien consiste en buscar la tolerancia hacia los demás, a
menos que las opciones del otro sean políticamente incorrectas… Consiste
fundamentalmente en confundir el bien y el mal, bajo el pretexto de que todo es
materia opinable.
¿Cómo poner remedio a esta
amenaza? Volkoff ofrece esta receta:
Renunciar a toda terminología políticamente
correcta y a las ideologías sobre las que se apoya. Por ejemplo, hay que decir “aborto”
en lugar de “interrupción del embarazo”, “sordo” en lugar de “deficiente
auditivo”, “vejez” en lugr de “tercera edad”, “sinvergüenza” en lugar de “inadaptado”.
Un “docente” nunca llegará a ser un “maestro”.
Veamos una lista incompleta de palabras
y frases que debemos utilizar aunque nos acusen de ser políticamente
incorrectos, junto con las alternativas manipuladoras que se nos sugieren para
sustituirlas, que debemos evitar a toda costa:
Términos políticamente
incorrectos |
Alternativas manipuladoras |
Aborto
provocado (asesinato de un |
Interrupción
del embarazo |
Ciego |
No
vidente |
Destacar |
Poner
en valor |
Discapacitado |
Persona
con capacidad diferente |
Drogadicto |
Persona que abusa de sustancias |
Estudio
a ciegas |
Estudio
enmascarado |
Fortalecer |
Empoderar |
Guerra |
Conflicto
armado |
Loco |
Sorprendente |
Mentira |
Posverdad |
Mestizo |
Persona
de etnicidad múltiple |
Pobreza |
Vulnerabilidad, riesgo de exclusión social |
Robo |
Delito
contra el patrimonio |
Sexo |
Género
(un término gramatical) |
Sordo |
Persona
con audición diferente |
Suicidio o asesinato (complicidad en) |
Eutanasia
(buena muerte) |
Vejez |
Tercera
edad |
Víctimas
civiles |
Daños
colaterales |
Violación |
Delito contra la libertad sexual |
Así que ya lo saben: para
defendernos de la tiranía de la ideología del
sexo (no de género) que intenta asfixiar nuestra libertad, debemos abstenernos de
emplear ninguno de los términos de la segunda columna, utilizando en su lugar
los de la primera, que son los de siempre. Por supuesto, la tabla está
incompleta, pero el lector podrá ampliarla sin dificultad.
En este artículo hemos hablado de
la manipulación del lenguaje en general. En el próximo hablaremos de la
manipulación del lenguaje científico.
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Manuel Alfonseca
José Luis Sampedro se mofaba de esta moda. Siempre ponía le mismo ejemplo: "Mira que en lugar de decir 'recreo' haya que decir 'segmento de ocio'..." Sí, nos hemos vuelto imbéciles.
ResponderEliminarPor otra parte "poner en valor" es una expresión cuyo uso, hoy, es doblemente imbécil. Primero porque se utiliza, efectivamente, en lugar de destacar. Y segundo, porque originalmente 'poner en valor' significaba eso, 'poner en valor', es decir, devolver valor a algo que lo había perdido por el motivo que fuera. En fin, es lo que hay. Estoy, decididamente, de acuerdo con tu propuesta: "debemos abstenernos de emplear ninguno de los términos de la segunda columna, utilizando en su lugar los de la primera, que son los de siempre". Gracias
Acabo de añadir un comentario a mi artículo Otra conversación con ChatGPT en el que cuento una búsqueda de información bastante corriente (¿qué autor de ciencia-ficción escribió un cuento del que sólo recuerdo el contenido, pero no el título?) y lo que me contestó, que evidentemente está todo inventado. Podéis ver la descripción completa en mi comentario.
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