Neuromanía y Darwinitis

Raymond Tallis
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El capítulo 11 del libro La cosmovisión naturalista de Moisés Pérez Marcos, al que me referí en el artículo anterior, está dedicado íntegramente al filósofo y neurocientífico Raymond Tallis, quien a pesar de su postura religiosa atea se opone a algunas de las exageraciones modernas del naturalismo reduccionista. Tallis publicó en 2011 un libro titulado, significativamente, Aping Mankind: Neuromania, Darwinitis and the misrepresentation of humanity (El hombre al nivel del mono: neuromanía, darwinitis y la tergiversación de la humanidad). Este libro describe dos patologías filosóficas muy extendidas, que surgen desde las revistas profesionales y los coloquios instruidos a las discusiones en el pub o las pantallas de televisión. (Pérez Marcos, parafraseando a Tallis). Son estas:

  • Neuromanía: La tesis según la cual tú eres tu cerebro. Se trata de explicar todas las características de la conducta humana por medio de la neurociencia. Tallis no se opone a la neurociencia, a la que considera uno de los más grandes logros intelectuales de la humanidad. Lo que ataca es la desviación ideológica de la ciencia que trata de aplicar los descubrimientos científicos donde no son aplicables.
  • Darwinitis: Es la afirmación de que nuestro cerebro y todas sus características pueden explicarse totalmente mediante el evolucionismo, es decir, tienen como único objetivo el imperativo de la reproducción: Si somos nuestros cerebros, en último término todo lo que hacemos, pensamos y sentimos debe estar subordinado a este imperativo, sepámoslo o no. Tallis no ataca al darwinismo, que proporciona una explicación impresionante de nuestro origen. Lo que ataca es una inflamación del pensamiento darwiniano que lo extiende hacia ámbitos que no le corresponden.

Tallis ha sido acusado de defender una agenda religiosa oculta. Él, sin embargo, se declara ateo, y aunque no le gusta la religión, piensa que los que creemos en Dios y los ateos humanistas como él deben unirse para luchar contra un adversario común:

Naturalizar la religión es naturalizar incluso aquellas partes de la humanidad que son más distantes del mundo natural. Es la suprema expresión de un reduccionismo devastador que repugna incluso a un ateo como yo. En la defensa de las humanidades, las artes, la ley, la ética, la economía, la política e incluso la creencia religiosa frente al reduccionismo neuro-evolucionista, los ateos humanistas y los teístas tienen una causa común y, en el naturalismo reduccionista, un adversario común: el cientificismo.

Alvin Plantinga

La razón por la que Tallis se opone a la darwinitis es semejante al argumento EAAN de Alvin Plantinga (véase este artículo). La verdad y la adaptabilidad no tienen por qué coincidir. Si la darwinitis fuese verdadera, la teoría de la evolución no tendría por qué ser verdadera, sólo sería útil para nuestra supervivencia. Entonces la darwinitis tampoco sería verdadera, luego se refuta a sí misma. Como señala también Thomas Nagel, el evolucionismo no explica, ni parece que pueda llegar a explicar la consciencia; y si llegara a explicarla, no explicaría el razonamiento, que exige la consciencia, pero la sobrepasa; y si llegara a explicarlo, tampoco explicaría el valor (lo verdadero y lo falso, lo bueno y lo malo), que exige consciencia y conocimiento, pero los supera. Y -añade Tallis- si el evolucionismo no es capaz de explicar la verdad, no habría sido posible llegar al conocimiento que contiene El origen de las especies.

El argumento de Tallis contra la neuromanía lo resume así Pérez Marcos:

La existencia de una teoría que iguala la mente con el cerebro demuestra que la mente trasciende, y por tanto no es idéntica al cerebro. Si la consciencia fuese idéntica al cerebro, sería imposible imaginar que la consciencia es idéntica a esos procesos. Si soy mi cerebro, no podría descubrir que soy mi cerebro. Si la mente se reduce a procesos neurológicos, ¿cómo podrían los científicos darse cuenta de que la consciencia no es más que una suma de procesos neurológicos? Existe -dice Tallis- una comunidad de mentes que trasciende el cerebro y nos permite verlo en funcionamiento y hacer afirmaciones sobre él.

Tallis critica cómo se aplican a veces los métodos de la neurociencia y plantea que no pueden alcanzar los objetivos que se les atribuyen, porque se basan en la confusión de tres conceptos muy diferentes: correlación, causalidad e identidad. Los neuromaníacos suelen suponer que la correlación entre dos fenómenos (A, actividad neuronal y B, experiencia psicológica) significa o bien que A es causa de B, o bien que A y B son idénticos. Se trata, como expliqué en otro artículo, de la confusión típica entre condición necesaria y condición suficiente. Como dice Tallis, es absurdo pasar de la observación de que la actividad neuronal está correlacionada con las experiencias a la conclusión de que la actividad neuronal no es sólo una condición necesaria para las experiencias sino que es una condición suficiente para ellas y que puede ser idéntica a ellas. Y añade: Una explicación neuronal de la consciencia es una contradicción en los términos.

En pocas palabras: Para Tallis el problema de las explicaciones neurológicas no es que actualmente no sean capaces de dar cuenta de la consciencia. Su problema más bien es que nunca serán capaces de hacerlo. No podemos entrar en detalle, pero Tallis en su libro, y Pérez Marcos en el suyo, sí entran.

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Manuel Alfonseca

4 comentarios:

  1. Raymond Tallis es un tipo muy interesante. También ha escrito sobre la Teoría Computacional de la Mente para desacreditarla, con parecidos argumentos (Tallis, R. (2004). Why the Mind Is Not a Computer: A Pocket Lexicon of Neuromythology. Imprint Academic.) En el fondo, se trata de mostrar que la mente no puede explicarse de modo físico-mecánico, ya sea atribuyéndole un origen "natural" (evolucionismo mecanicista) o "artificial" (construcción de artefactos).

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  2. "es decir, tienen como único objetivo el imperativo de la reproducción"
    pero no es cierto?
    Al final del dia se supone que por la evolucion, todo se trata de reproduccion no? Un artista creando obras de arte simplemente tendria la idea de ganar fama y asi ganar acceso a diferentes mujeres
    Es algo de no entiendo bien y algo que encuentro bastante deprimente que al final del dia todo trate de relaciones sexuales

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    1. No, eso que dice no es cierto. Un artista no trabaja para ganar acceso a diferentes mujeres, como usted dice, aunque algunos lo hagan.

      En el hombre, además de los "objetivos genéticos", actúan otros objetivos, como señala Mt.19:12. Porque en el hombre coexisten dos evoluciones: la evolución biológica y la evolución cultural. La segunda no tiene nada que ver con la reproducción, o muy poco. Véase Evolución biológica y evolución cultural en la historia de la vida y del hombre

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    2. gracias por la respuesta, pasa que es un tema que me ha preocupado mucho durante varios meses (basicamente he estado leyendo libros de autores con "darwinitis".

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