Alfred L. Kroeber |
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Junto con Spengler, Toynbee y
Sorokin, el antropólogo estadounidense Alfred Louis Kroeber fue uno de los
cuatro grandes filósofos de la historia del siglo XX. Padre de la famosa
escritora de ciencia-ficción, Ursula Kroeber Le Guin, A.L. Kroeber formuló la
hipótesis de que los movimientos culturales empiezan con
algún genio precursor, continúan con una etapa de florecimiento máximo, y
después entran en un periodo de decadencia más o menos prolongado.
La historia de Rusia durante los
siglos XIX y XX proporciona dos ejemplos perfectos para el análisis de Kroeber,
asombrosamente paralelos y simultáneos en dos campos diferentes de la cultura:
la literatura y la música.
- En la literatura
rusa podemos señalar un claro precursor (Pushkin), una época
de florecimiento máximo (Gógol, Lérmontov, Dostoievski,
Turgéniev, Tolstói y Chéjov), y un periodo de lenta decadencia (los
autores rusos del siglo XX).
- En la música
rusa hubo también un precursor (Glinka), una época
de máximo florecimiento (Borodín, Músorgski, Chaikovski,
Rimski-Kórsakov) y otra de lenta decadencia (Rajmáninov,
Stravinski, Prokófiev, Shostakóvich).
Iván Turguéniev |
El papel histórico de Iván
Turguéniev ha quedado un poco oscurecido por la competencia de sus dos geniales
contemporáneos, Dostoievski y Tolstói. Sin duda fue un gran escritor, que se
especializó en la descripción de amores desgraciados. Veamos un breve resumen
de sus obras, que aparecen aquí por orden cronológico, excepto la última, que
es un cuento corto.
- En Diario de un hombre superfluo el
protagonista se enamora de una muchacha a la que, a su vez, fascina un
príncipe de paso por la ciudad. Cuando el protagonista reta a duelo al
príncipe, toda la ciudad le da la espalda, pero cuando el príncipe, que
sólo buscaba divertirse, se marcha sin casarse con ella, todos menos la muchacha
reconocen que tenía razón al desafiarle. La muchacha, sin embargo, le ha
tomado aversión y acaba casándose con otro. Por eso el protagonista, en su
lecho de muerte, llega a la conclusión de que su vida ha sido superflua,
que lo mismo daría que él no hubiese existido.
- En Nido de hidalgos el protagonista, casado,
pero que se cree viudo porque ha leído en un periódico la noticia de la
muerte de su esposa infiel que le había abandonado, se enamora de una
muchacha que le acepta, pero cuando están preparando su matrimonio,
reaparece la esposa, que viene a pedirle dinero. En consecuencia, los dos prometidos
tienen que renunciar a su amor.
- En Primer amor un joven casi adolescente
descubre que la mujer de la que está enamorado es amante de su padre.
- Curiosamente
en Padres e hijos, que en mi
opinión es la obra cumbre de Turguéniev, la acción gira menos alrededor
del amor, aunque uno de los dos protagonistas, Arkadi, se enamora y se
casa con la hermana de la mujer que le fascinó durante algún tiempo, y que
a su vez habría podido casarse con Basárov, el otro protagonista, de no
ser porque a este se lo impiden sus principios.
- En Aguas primaverales un joven se enamora de
una muchacha que le corresponde, pero luego se deja seducir por una mujer
coleccionista de amantes y en consecuencia pierde a su amada.
- En Tierra virgen, la respuesta de Turguéniev
a Los
demonios de Dostoievski, dos jóvenes enamorados se dedican al
activismo político revolucionario, pero al ver que sus esfuerzos por
cambiar el mundo son inútiles, el joven se suicida y la chica termina
casándose con otro.
- Finalmente
Yákov Pásinkov puede considerarse un caso
extremo de amores no correspondidos. El narrador y el personaje que da título
al cuento se enamoran de la misma muchacha, que termina casándose con un
tercero, precisamente el que menos la merecía. Yákov Pásinkov pasa el
resto de su vida lamentando la pérdida de su amor y muere sin enterarse de
que otras dos chicas estaban perdidamente enamoradas de él. Por cierto,
Yákov Pásinkov, uno de los personajes más simpáticos de Turguéniev, es una
clara demostración de que no es tan difícil construir un relato que gire
alrededor de una buena persona.
Manuel Alfonseca
Lo primero, que deseo hacer es felicitar al señorAlfonseca por su excelente artículo sobre literatura rusa. Especialmente el dedicado a Tuegueniev (desgraciadamente sólo le he leído "Padres e hijos"). Me ha impresionado mucho la cita de Kroeber (el padre de Ursula K.Leguin). De todas formas me gustaría salvar a muchos escritores del periodo de decadencia a Soloviev, a Berdiaev, a Mherezkovski, Tatiana Goritcheva, Vassili Grossman, y Solzhenitsyn a quien pronto voy a leer "La vida de Iván Denisovich". Yo la verdad es que simpatizó con los personajes de Turguniev (aunque no con Turgueniev, yo soy claramente ProDostoyevski :-)). Porque yo lo pase mal en mi única relación con una mujer (en realidad a pesar de mi promesa de matrimonio fue más amistosa, que otra cosa). De todas formas, más que "Padres e hijos" a mí la novela que más me marco fue "El idiota", porque la relación de Mischkin-Natasha-Rogochin me recordo a la que sentí por esa chica. Tengo que leer más a Turgueniev, y atreverme con Tolstoi. De todas formas para mí Batzarov sería más un socialista, que un anárquista al estilo del que describió Zola en "La germinal". A Turgueniev le debemos el término Nihilista, que empleo en su novela "Padres e hijos".
ResponderEliminarEnhorabuena al autor, y espero con impaciencia el siguiente comentario de texto.