H.G. Wells |
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A caballo entre los siglos XIX y XX, el británico H. G. Wells abordó
también la literatura de predicción científica, aunque sus predicciones suelen
ser a plazo más largo que las de Verne y más alejadas de la técnica de su
tiempo, por lo que muy pocas se han cumplido. Seguimos sin tener La Máquina del
Tiempo y no vemos posibilidades de tenerla. No podemos fabricar
hombres artificiales por vivisección de animales (La Isla del Doctor Moreau).
Tampoco podemos hacernos invisibles (El hombre invisible). Y afortunadamente no nos
han invadido los marcianos (La guerra de los mundos). En 1938, una
dramatización radiofónica de esta novela realizada por Orson Welles provocó un
pánico colectivo en los Estados Unidos. A pesar del auge que por entonces ya tenía
la ciencia-ficción, el público seguía tan crédulo como cuando un siglo antes se
dejó engañar por los artículos del Sun.
Wells también (cómo no) escribió sobre un viaje a la luna y pobló nuestro satélite de hormigas gigantes inteligentes, aunque la forma de realizar el viaje es más imaginativa y tan impracticable como la de Verne. Pero su gran éxito de previsión científica es la novela The World set free (El mundo se liberta, 1913), que no sólo anticipó la bomba atómica, sino que influyó en su realización práctica, estimulando las investigaciones de Leo Szilard sobre la reacción en cadena de neutrones. Aunque también es verdad que Wells cometió en esta novela un fallo impresionante, pues predijo en 1913 que la Primera Guerra Mundial empezaría en 1956. Pero como él mismo dijo al respecto, algunos años más tarde: Siempre he sido un profeta un poco lento. Para más detalle, aquí está mi crítica de este libro en Goodreads.
Durante el siglo XX, la ciencia-ficción ha influido a menudo sobre la
ciencia. Veamos algunos ejemplos:
- Uno de los temas clave de
la ciencia-ficción (la conquista del sistema solar) sigue
influyendo sobre los programas de exploración del espacio, especialmente
el envío de naves tripuladas al planeta Marte, que parece que por fin se
va acercando, aunque muy despacio y con continuos retrasos. En este
contexto, hay que recordar que las novelas de Arthur C. Clarke sobre la
colonización del espacio (Prelude to Space, Islands in the Sky)
previeron correctamente los satélites de comunicaciones, las estaciones
espaciales y la inundación de satélites artificiales que ya sufrimos. Claro
que Clarke fue ingeniero además de escritor, y ganó la medalla de oro del
instituto Franklin, porque en 1945 planificó en detalle el sistema mundial
de comunicaciones por satélite.
- El problema de los viajes
interestelares ha apasionado siempre a los escritores de
ciencia-ficción, que han propuesto soluciones imaginativas: a) Viajar a
través de una dimensión desconocida (que llaman con nombres tan sugestivos
como hiperespacio, subespacio, y otros
similares). b) Viajar a velocidades muy próximas a la de la luz o incluso
superiores, pasando al
mundo de los taquiones. c) Utilizar atajos (wormholes o agujeros de
gusano), de los que hablé en otro
artículo de este blog. Todo esto no es ciencia, pero muchos
científicos actuales se dedican a estudiar si alguno de estos métodos es
matemáticamente posible, y aunque con ello hacen más bien ciencia-ficción
que ciencia, al menos es ciencia-ficción excepcionalmente dura, pues suele
ir acompañada de ecuaciones y fórmulas que muy pocos son capaces de comprender.
- Otro de los temas
fundamentales de la ciencia-ficción es el contacto con inteligencias
extraterrestres. Desde el punto de vista científico, en
esta cuestión no estamos más avanzados que hace cincuenta años, pero cabe
preguntarse si todos los esfuerzos dedicados al programa SETI y similares
se habrían llevado a cabo sin el impulso de la ciencia-ficción. Aunque
también es lícito plantearse si, después de todo, todos esos esfuerzos no
acabarán siendo un despilfarro inútil.
- La inteligencia artificial fuerte
es uno de los temas en los que la ciencia-ficción se ha adelantado siempre
a la ciencia. Seguimos sin saber si ese
tipo de inteligencia artificial es siquiera posible, pero la
influencia de la literatura sobre la ciencia se ha plasmado de forma clara
en el lenguaje científico-técnico: la palabra robot (que en checo significa trabajo) apareció por primera vez en la obra de teatro R.U.R.
(1920), del escritor checo Karel Capek. Y el nombre de la Robótica, una rama de la
tecnología, no surgió de una publicación científica, sino de una colección
de cuentos (Yo, robot, 1950) del escritor
norteamericano Isaac Asimov.
- El concepto del multiverso
(la existencia de otros universos) no surgió de la ciencia, sino de la
ciencia-ficción. Que yo sepa, su primera aparición fue en la novela de
Clifford Simak Cosmic Engineers (1950), que desarrolla
un cuento corto del mismo autor de 1939. E inversamente, la idea del multiverso
cuántico de Hugh Everett III, formulada en 1957, se aplicó
en seguida en la literatura de ciencia-ficción (October the first is too late,
de Fred Hoyle, 1966).
- A veces la
ciencia-ficción no plantea situaciones posibles en el futuro, sino
elucubraciones sobre cuestiones matemáticas concretas. El ejemplo más
señero de este sub-género es Flatland, de Edmund Abbot, novela escrita
en 1884 para analizar cómo sería un mundo bidimensional habitado por seres
inteligentes. El libro fue imitado casi un siglo después por A.K. Dewdney,
que en The
Planiverse planteó la cuestión de otra manera, haciéndola
más completa y comprensible.
No cito algunos temas clásicos, como los viajes en el tiempo o la transferencia de
materia a distancia (especialmente seres humanos), porque es muy
posible que no sean científicamente realizables, aunque esto también se aplica
a la inteligencia artificial fuerte.
Finalmente hay que decir que uno de los fines más importantes de la
ciencia-ficción no consiste en predecir avances científicos futuros, sino en analizar los efectos de dichos avances sobre la sociedad. Hablaré de esto en mi
próximo artículo.
Hilo Temático sobre Literatura y Cine: Anterior Siguiente
Manuel Alfonseca
Esta muy bien el articulo, por cierto el cientifismo reduccionista y el transhumamismo entraria tambien en la ciencia ficcion asi como las manipuladoras noticias de crear conciencia tambien iria englobado ahi
ResponderEliminarHola estoy de acuerdo con Bruno en que el artículo es excelente 👍. No sé dónde he leído una estupidez que estaban mezclando genes de personas con animales. No sé si será eso posible así que en mi ignorancia me calló.
ResponderEliminarLa broma de Orson Welles es muy divertida (siempre me cayó bien porque siempre le gustó España y nos vengó contra el plutocrata William Randolph Hearts en Ciudadano Kane), pero ya a Ronald Knox se ocurrió la idea, si bien es cierto que cambió los extraterrestres por los comunistas. En cuanto a Wells se debe contar su duelo con Hilaire Belloc. Esa batalla dialéctica permitió la elaboración de uno de los libros más interesantes de la historia "Everlasting Man" de G.K. Chesterton. Es curioso que se mencioné a Karel Capek, pues hoy he escrito a cerca de Louis de Wohl y de rebote he hablado de Karel Capek y su enfrentamiento con Jaroslav Durych y como a raíz de este enfrentamiento el segundo autor no es tan conocido, quizá porque la Ciencia Ficción vende más que la historia. A pesar de ser socialista Capek era un gran admirador de G.K. Chesterton. Es cierto que G.K. Chesterton no menciona la palabra robot, pero no debemos olvidar que en 1911 en un relato del "Candor del Padre Brown". En concreto el "Hombre invisible" (no sé si le puso este título contraponiendo lo con la novela homónima de H.G. Wells) ya crea unos autómatas mecánicos creados por Isidore Smythe y también se adelantó a Franz Kafka con "El hombre que fue jueves". Lo que demuestra que Chesterton iba por delante tanto de Kafka, como de Capek. Respecto al multiverso ya sabes que no creo en ello, pero me interesa por las enormes posibilidades literarias que ofrece. De ahí que me guste cada vez que tratas ese tema :-).
https://canal.ugr.es/noticia/los-genes-relacionados-con-la-creatividad-fueron-el-arma-secreta-para-la-supervivencia-del-homo-sapiens/
ResponderEliminarBruno, todas estas noticias no tienen nada que ver con lo que a usted le preocupa. Ya le he dicho varias veces que los avances científicos nunca podrán poner en peligro nuestras ideas filosóficas.
Eliminar¿Y las novelas de ciencia ficción del sigloXXI ? ¿Plantean alguna idea innovadora de cómo puede evolucionar la ciencia en los próximos años? De hecho ¿ Recomienda alguna de las novelas de ciencia ficción publicadas en los últimos diez/veinte años ? No parece que en los últimos años se haya publicado nada decente en este género. Saludos D.Manuel.
ResponderEliminarEn el siglo XXI, si descartamos las novelas que son continuación de series anteriores (como las series de Vorkosigan, Ender, y Otherland) se podrían citar las obras de Cory Doctorov (que abordan temas como la descarga de consciencia en un ordenador y cómo puede controlarnos un gobierno cada vez más dictatorial, aunque debo reconocer que no me gustan mucho) y la serie "I am Margaret" de Corinna Turner (una distopía asfixiante que por desgracia no veo demasiado lejana). Pero aparte de dicha descarga de consciencia, que no creo sea posible en ningún caso, no veo apenas avances "científicos" en las obras publicadas en el siglo XXI. En cambio abundan las distopías totalitarias.
Eliminarhttps://www.unav.edu/web/ciencia-razon-y-fe/dios-en-el-cerebro es en esta pagina sobre ciencia y fe. Sensación de "fuera del cuerpo"
ResponderEliminarLa sensación de fuera del cuerpo la suelen describir los que la han experimentado, como si su yo, o su alma, hubiera salido del cuerpo, y que ven y observan las cosas, incluso el propio cuerpo, desde fuera de él. También suele ser corriente que describan la visión de una luz potente, de vagar por el cosmos, de sentir una gran paz, etc. Susana Blackmore9, que ha estudiado este fenómeno, lo achaca a que, por la razón que sea, no llegan a las áreas sensoriales del cerebro los correspondientes impulsos, por lo que al faltar la información de nuestro cuerpo y mantenerse la capacidad de imaginar, de recordar, etc. se experimenta el "yo" descorporeizado y como vagando en el espacio. Tales sensaciones de "fuera del cuerpo" se dan con más frecuencia en los epilépticos que en los sujetos normales, así como en los que se encuentran en trance próximo a la muerte, también los cardíacos, que fueron resucitados de muerte clínica, lo suelen experimentar en un 12% de las casos, según un estudio holandés.
Experiencias parecidas a "fuera del cuerpo" se tienen, a veces durante el sueño REM, fase en que la relajación muscular es máxima, y en la transición del estado de duermevela al primer estadio del sueño. En todas estas situaciones de relajación muscular, al llegar muy escasas sensaciones propioceptivas al córtex de la sensibilidad general, y, por otra parte, las sensaciones visuales, acústicas, etc. están muy reducidas, se crea una situación propicia para llegar a la sensación de incorporeidad.
Lo que es falso es admitir, como algunos han hecho, que en ciertos casos de "experiencia de fuera del cuerpo" haya habido una muerte real y por tanto una separación alma-cuerpo
Una obra genial, de las mejores de la ciencia ficción como es "Universo de locos" de Fredrick Brown, de 1949, ya introduce los universos múltiples.
ResponderEliminarEs una de las novelas de cf más divertidas, lo que no le quita profundidad y maravilla. Todo aficionado debe leerla.
Saludos
La leeré. Pero Simak sigue siendo el primero, con su cuento de 1939.
Eliminar¡D. Manuel....! Estoy sorprendido, realmente es que no me lo puedo creer ¡pero no ha leído "Universo de locos"! venga, corra a leerla que con seguridad no tendrá pendiente ninguna obra de cf mejor que esta por leer.
EliminarEsta obra por sí sola es capaz de aficionar a cualquiera al género, sin más. Con justicia es considerada en diversas antologías como una de las mejores obras de la cf.
Sobre diferentes universos, incluso unos dentro de otros tenemos otras dos genialidades anteriores a Simak:
1) “Coloso” (1934) de Donald Wandrei. Excelente
2) “El hombre que encogió” (1936) de Henry Hasse. Obra maestra donde las haya. Si no la ha leído hágalo inmediatamente (quizá antes que “Universo..” porque es relato largo en vez de novela), que uno no puede irse de estos lares sin haber leído estas genialidades.
Ya nos cuenta cuando pueda.
Saludos
Estoy leyendo "Universo de Locos" y veo que se la puede considerar un precedente del multiverso cuántico de Everett, pero no del multiverso de la teoría M, que es el que corresponde a la novela de Simak. Así que Simak sigue teniendo la primacía en ese campo, mientras no se demuestre lo contrario :-)
EliminarEn cambio, quizá Everett haya leído la novela de Fredric Brown y sacara de ella la idea del multiverso cuántico que desarrolló en su tesis doctoral, aunque ya no podremos preguntárselo, pues murió prematuramente (a los 51 años) en 1982.
Por cierto, gracias por la sugerencia. Respecto a los distintos tipos de multiversos, hablé de ello en este artículo de este blog: George Ellis y el multiverso.
EliminarMe alegro que este leyendo "Universo de locos", ya verá como le gusta; si es que como la cf primigenia no hay nada.
EliminarEn origen no estamos tratando los diversos multiversos sino solo el concepto, por lo que no cabe duda que de que los relatos que señalo son de hecho el origen del concepto; sobre Everett no me extraña nada que haya copiado descaradamente a Brown pretendiendo “anotarse un tanto” en el mundo científico. De hecho, en efecto, es copia total, sin nombrarlo, como siempre.
Sobre otro tipo de multiversos tratan los relatos indicados, sobre todo “El hombre que encogió”, donde el concepto dimensional es vital; solo estas obras dignifican la cf.
Otro relato bastante bueno al respecto, ligeramente posterior, es “Dios microcosmico” de T. Sturgeon.
Ya nos va contando sus experiencias!
Saludos
Yo no me atrevería a afirmar que "Everett no me extraña nada que haya copiado descaradamente a Brown pretendiendo “anotarse un tanto” en el mundo científico" sin tener datos fidedignos al respecto. Hay que mantener la presunción de inocencia.
EliminarTampoco lo afirmo, solo lo doy como (muy) probable con la expresión “no me extraña nada…”
EliminarPero entrando en el tema es más que seguro que Everett conocía estas ideas, no olvidemos que la cf siempre ha sido enormemente popular entre científicos (sobre todo los más especuladores o imaginativos, muchas personas se han dedicado a la ciencia gracias a la cf) y que sin duda en esos círculos muchos de ellos habrán hecho notar la coincidencia.
Pero claro, es difícil admitir que un escritor se les pueda adelantar en ideas o conceptos aunque es claro que si sustituyes en estas especulaciones la “teoría de Everett” por la de “Brown” no se notaría la diferencia, solo argot y palabrería, en lo cual también Brown le da cien vueltas a Everett.
Es muy claro que en el mejor de los casos, si no antes, sí después, Everett conocía estas ideas, demasiado similares a su especulación, sin nombrarlo nunca ni como curiosidad.
Saludos
Que opina sobre esa pagina de ciencia y fe, estan explicando como los reduccionistas le echan la culpa de lo espiritual a fallos cerebrales
ResponderEliminarEstoy de acuerdo con lo que dice ese artículo. El Grupo de Ciencia, Razón y Fe de la Universidad de Navarra me invitó a dar una conferencia sobre Inteligencia Artificial en marzo de 2015. Puede verla aquí: https://www.youtube.com/watch?v=ANUcaQSx8gw
EliminarSi le interesa leer más sobre el tema, le recomiendo estos libros:
a) Mitología Materialista de la Ciencia por Francisco José Soler Gil.
b) La conciencia inexplicada de Juan Arana.
c) El Mito del Determinismo, de Brigitte Falkenburg (no sé si existe en español).
Y que se podria decir sobre vernos fuera del cuerpo al estimular el cerebro o por fallos del cerebro ? O eso es la interpretacion reduccionista?
ResponderEliminarEso ya se lo he explicado varias veces. Acuérdese del paralelo con un receptor de radio. Es posible generar señales donde no hay emisora alguna introduciéndolas directamente en un punto intermedio del receptor. Lo mismo aquí.
EliminarO sea que la experiencia extracorporea podria ser real ?
ResponderEliminarLa verdad es que yo no tengo experiencia en este tipo de experiencias (ni en mí ni en otras personas), por lo que no puedo responder a su pregunta.
EliminarOk es que habia leido que al estimular el lobulo temporal derecho del cerebro nos hacen ver fuera del cuerpo y tener experiencias misticas alomejor esa zona del cerebro sirve como antena para transecender
ResponderEliminarhttps://tendencias21.levante-emv.com/los-ratones-dominan-la-abstraccion-y-el-pensamiento-complejo.html
ResponderEliminarNo se fíe, este tipo de noticias suele estar muy exagerado.
EliminarPaginas como esa deberian llamarse tendencias a exagerar jaja, cree que algun dia se superaran los prejuicios contra la espiritualidad? Aunque esa pregunta es muy complicada y encima la ciencia controlada por cientifistas pues mal vamos con ese empeño de echarle la culpa de todo al cerebro la espiritualidad a fallos cererbrales o enfermedades mentales es muy triste
ResponderEliminarhttps://tendencias21.levante-emv.com/recrean-en-laboratorio-las-primeras-etapas-de-la-vida.html que opina?
ResponderEliminarAlgún día llegará a ser posible sustituir el seno materno por una incubadora automática, como previó Aldous Huxley en 1932 en "Brave new world". ¿Seguirán entonces defendiendo el aborto y diciendo que el feto es parte del cuerpo de la madre? Igual sí, porque esta gente parece inmune a la razón.
EliminarSe ha llegado a tal nivel de cientifismo que hasta le ecgab la culpa al cerebro de la creacion de dios debido a fallos del cerebro o ciertas percepciones que segun los reduccionistas nos harian tener la ilusion de percibir precencias por medio del lobulo temporal pero eso ya es demasiado simplismo y demasiado sesgo materialista
ResponderEliminarhttps://www.google.com/amp/s/www.actuall.com/democracia/la-mente-no-es-una-emanacion-del-cerebro-por-nicolas-jouve/amp/ conoce a este neurocientifico
ResponderEliminarSí, es amigo mío. Es catedrático de Genética en la UAH y miembro del Comité de Bioética de España.
EliminarOk esta muy bien su aclaracion de mente y cerebro las neuronas como componentes del cerebro y la mente como algo inmaterial que regula al cerebro
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