Viajes en el tiempo y transferencia de materia

C.S. Lewis
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Además de las Crónicas de Narnia, C.S. Lewis escribió una trilogía de ciencia-ficción y dejó inacabada una cuarta novela, La Torre Oscura, que fue publicada tal como estaba después de su muerte. En esta novela, Lewis ofrece un argumento contra la posibilidad de viajar en el tiempo que no suele aducirse cuando se habla del tema, porque usualmente se recurre a una versión temporal de la paradoja de Fermi, o a la enumeración de las paradojas que podrían producirse si fuese posible viajar hacia el pasado, y en algunos casos también hacia el futuro.

El argumento de C.S. Lewis consta de dos partes:

  • Si fuese posible viajar en el tiempo, la curva espacio-temporal de los átomos que realizaran el viaje sería discontinua. De acuerdo con la teoría de la relatividad, estas curvas son siempre continuas. Luego hacer viajar átomos en el tiempo debería ser imposible.
  • Los viajes en el tiempo supondrían una transgresión del principio de la conservación de la energía. Si un viajero se trasladara al pasado, la energía total del universo sufriría un aumento brusco en el instante de llegada del viaje, porque todos los átomos que componen su cuerpo estarían duplicados desde ese instante hasta el punto de partida del viaje, cuando la energía total volvería a ser la de siempre. En los viajes hacia el futuro pasaría algo parecido: en el instante de partida la energía total del universo sufriría un descenso brusco que se recobraría, también bruscamente, en el instante de llegada.

Estos dos argumentos son más fuertes que los usuales, pues se aplican por igual a los viajes en el tiempo hacia el pasado y hacia el futuro.

En mi novela de ciencia-ficción Un rostro en el tiempo planteé un método que permitiría escapar de ambos problemas, haciendo uso de otro tema clásico de este género literario: la transferencia instantánea de materia, como en la película La Mosca, en la que un científico investiga sobre ese tema y, al tratar de transferirse a sí mismo a otro lugar de su laboratorio, sus átomos se mezclan con los de una mosca que se ha introducido en el aparato, y de la estación de llegada sale un hombre con cabeza y pata de mosca y una mosca con cabeza y brazo de hombre.

Hay que tener en cuenta que el primero de los dos problemas planteados por C.S. Lewis no se aplica sólo a los viajes en el tiempo, sino también a la transferencia de materia. El segundo se aplicaría también localmente, pero no si se considera el conjunto del universo, cuya energía total sería constante en todo momento.

Pues bien, en mi novela, el método propuesto para la transferencia de materia conseguía evitar los dos problemas: el cuerpo del objeto o persona a transferir se descompondría en sus átomos en la estación de partida, se enviaría información sobre el estado y posición inicial de cada uno de los átomos a la estación de llegada, y allí se recompondría el objeto o persona original con átomos extraídos de un almacén de átomos adjunto a dicha estación. Es obvio que este método podría utilizarse también para realizar viajes en el tiempo, si se dispusiera de las estaciones correspondientes. De hecho, en la novela se utiliza para hacer viajar hacia el futuro a una muchacha ejecutada en la guillotina durante la Revolución Francesa, de la que el protagonista se ha enamorado.

Aunque no lo dije en la novela para no estropear el argumento, a pesar de que este procedimiento resuelve los dos problemas indicados más arriba, introduce un problema adicional. Parece evidente que, cuando el objeto transferido fuese un ser vivo o una persona, el resultado de su recomposición con los átomos de la estación de llegada no sería un ser vivo ni una persona, sino un cadáver.

Ya sé que un materialista estricto sostendría que basta con la información de la posición y estado de todos los átomos de un ser vivo para reconstruir dicho ser vivo. Permítanme que lo dude. Estoy convencido de que hace falta algo más. Algo que da lugar a la diferencia entre un ser vivo y un cadáver. Y mientras no se demuestre lo contrario (y eso no va a ocurrir durante mi vida) seguiré pensando que la transferencia instantánea de seres vivos y los viajes en el tiempo son y serán siempre imposibles. Sin hablar de la multitud de razones que apuntan en la misma dirección, que sólo podrían ser refutadas mediante un experimento realizado con éxito. 

Hilo Temático sobre el Tiempo: Anterior Siguiente

Manuel Alfonseca

10 comentarios:

  1. No conocía esa cuarta novela continuación de la trilogía de Ransom (supongo que te refieres a esta). Me llama la atención, positivamente, que Lewis entendiera los dos principios que mencionas y los quisiera usar en una novela. Mi admiración por Lewis, que ya es grande, sube varios puntos.

    Asumiendo que fuera posible enviar información hacia atrás o hacia delante en el tiempo, queda aún otro problema, en el caso de que estemos hablando de transmisión digital. Ya he mencionado anteriormente una entrada en mi blog sobre la imposibilidad de la transferencia mental digital, que fue publicado antes del verano en una revista académica (referencia en la entrada del blog).

    Creo que esta dificultad tiene algo que ver, aunque no sea exactamente lo mismo, con tu argumento final, de que no basta con la información de la posición y estado de todos los átomos de un ser vivo para reconstruirlo. Dicho en mis términos sería así: un ser vivo no puede ser completamente expresado en una cantidad finita de información que pueda ser transmitida por un canal digital.

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    1. En efecto. Y en el caso de un ser inerte, tampoco tengo claro que sea posible hacerlo, porque quizá habría que transgredir el principio de incertidumbre.

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  2. No, Bruno, la noticia que cita no tiene nada que ver con una explicación monista de la consciencia, que por otra parte ya le he dicho muchas veces que es imposible.

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  3. Entonces actualmente como van las cosas con las teorias de la conciencia?

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  4. ¿Un androide con emociones? Enseñan a robot a reírse y a tener sentido del humor
    Científicos japoneses hicieron que un robot llamado Erica entendiera cuál era el momento para reír y qué manera hacerlo.

    Por Entrepreneur en Español
    Septiembre 16, 2022
    Las opiniones expresadas por los colaboradores de Entrepreneur son personales.
    Desde hace algunos años, los humanos hemos tenido la idea de que los robots pueden realizar cualquier tarea y, de esa manera, ayudarnos a que la vida sea más fácil; sin embargo, un grupo de científicos japoneses busca cambiar su historia en el mundo.

    Dmitry Mayer | Getty Images
    Y es que expertos de Universidad de Kyoto comenzaron a entrenar a robots para que estos muestren sentido del humor y se puedan reír, pero muchos se deben de preguntar ¿cómo lo harán?

    A través de diferentes estudios, los científicos demostraron que, con el uso de la inteligencia artificial, los robots son capaces de tener reacciones de lo que ocurre en el entorno.

    Por medio de las conclusiones de su estudio, las cuales fueron publicadas en la revista Frontiers in Robotic and AI, los investigadores expusieron que diseñaron un modelo de risa y los robots aprendieron a responder a la de un humano con otra distinta.

    Tras varias fases de pruebas, consiguieron que la máquina aprenda cuándo es apto reaccionar con una risa, pero no solamente eso, también puede hacerlo con mayor o menor intensidad, dependiendo de lo que considere gracioso.

    Llegar a este resultado no fue sencillo, ya que los científicos japoneses tuvieron que realizar más de 80 reuniones rápidas entre personas y el robot llamado Erica.

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    1. No, Bruno, el robot no sabe nada. Todo está en el programa. O sea, que los programadores han diseñado un programa muy hábil que acierta más veces de la media cuándo tiene que hacer que el robot se ría y cuándo no. Pero la inteligencia, como siempre que se habla de inteligencia artificial, es inteligencia humana. Los programadores fueron muy listos.

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    2. "Tomar la palabra de LaMDA y pensar que es consciente es como construir un espejo y pensar que un gemelo al otro lado está viviendo una vida paralela a la tuya. El lenguaje que utiliza la IA es el reflejo en el espejo. Es sólo un paso por delante de tener un libro, una grabación de audio o un software Que convierte la voz en texto. ¿Estaría tentado a intentar alimentar un libro si dice “Tengo hambre”? Las palabras que usa la IA están organizadas en los patrones estadísticos que usamos, que reflejamos."

      Carissa Véliz, "Por qué el algoritmo de Google no es una persona"
      https://tendenciashoy.com.es/por-que-el-algoritmo-de-google-no-es-una-persona-opinion/

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  5. Bruno me pregunta sobre la posibilidad de encontrar alguna forma de vida en un satélite de Saturno. Como el tema es interesante, le dedicaré un artículo. Pero ya tengo programado octubre, por lo que se queda para noviembre.

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  6. Bruno sigue preocupado por las previsiones que afirman que pronto podremos explicar la consciencia de modo materialista. No se preocupe. Son las ganas que tienen de que eso ocurra. Es parecido a las previsiones que afirman pronto seremos inmortales. Puro "wishful thinking". En los próximos meses publicaré algún artículo más sobre estos temas.

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