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Aunque
ya he hablado de algunas de estas cosas en otros artículos, voy a reunir aquí
tres preguntas que, por ahora, no tienen respuesta científica, y que quizá
nunca la tendrán.
- El
universo ¿comenzó a existir en el Big Bang, o hubo algo antes? Esta
controversia es mucho más antigua de lo que muchos piensan. Hace tres
cuartos de milenio, Tomás de Aquino escribió esto en su Summa Theologiae (I parte, cuestión 46):
No se puede probar mediante una demostración que el
mundo no ha existido siempre.
O sea que, según Aquino, la cuestión de la creatio originans (que el mundo tuvo principio) es irresoluble por la razón humana. Es de notar, sin embargo, que la creatio ex nihilo (que el mundo fue creado) sí estaría al alcance de nuestra razón. Dicho con otras palabras: la razón nos permite llegar a la conclusión de que el universo fue creado, pero no se podría demostrar si tuvo principio o no.
La controversia volvió al primer plano de la
actualidad con el triunfo de la teoría cosmológica del Big Bang. Diversas
teorías cosmológicas (de las que hablé en otro
artículo) discrepan sobre si el tiempo asociado a nuestro universo comenzó con
el Big Bang o no. Nuestras teorías físicas no nos dejan saber qué
pasó antes del tiempo de Planck (5×10-44
segundos después del Big Bang), por lo que todas las propuestas que
se han hecho deben considerarse, al menos por el momento, elucubraciones sin
base científica.
Por otra parte, el segundo principio de la
termodinámica, que predice la muerte térmica del universo, parece implicar que
el universo tuvo que tener principio. De lo contrario, ya estaríamos en la
muerte térmica. Sabemos que este principio se aplica durante toda la historia
conocida del universo, pero ¿sería también aplicable antes del Big
Bang, suponiendo que esta frase tenga sentido? Nadie lo sabe.
Aristóteles |
- El universo ¿es finito o infinito? Parafraseando
a Aristóteles, podríamos decir que
La naturaleza aborrece los infinitos.
Las dos teorías físicas actuales presentan un
problema: ambas predicen infinitos. La relatividad general lo hace en las singularidades
gravitatorias: el Big Bang y los agujeros negros, cuya densidad
sería literalmente infinita. La mecánica cuántica, en la energía del vacío y
las cantidades que deben ser renormalizadas en la teoría cuántica de campos. Algunos
científicos piensan que una teoría cuántica de la gravedad que aún no existe eliminará
esos infinitos. Si fuese así, debemos esperar hasta que lo resuelva un genio
futuro de la física.
Pero mi pregunta inicial de este apartado se refiere a
otra cosa:
El espacio ¿es finito o infinito?
Los cosmólogos no están de acuerdo sobre la respuesta
a esta pregunta. Algunos, como Einstein, prefieren que el universo sea finito, aunque
ilimitado. Otros sostienen que podría ser infinito, y sacan la consecuencia de
que todo lo que ocurre y ha ocurrido en la Tierra, incluida nuestra vida, tiene
que repetirse en un número infinito de lugares del universo. Soler Gil y yo publicamos
en 2014 un
artículo que refuta algunos de estos argumentos. Ese artículo contiene el
siguiente párrafo:
[S]i partimos
del modelo cosmológico estándar, la posibilidad de que el universo sea infinito
sólo puede deducirse si se acepta un postulado adicional, a saber, el llamado
"principio
cosmológico", que afirma que el universo es homogéneo e isotrópico a
escalas suficientemente grandes. Este principio es necesario para extrapolar la
descripción cosmológica del universo más allá de los límites del universo
observable. Sin embargo, su introducción da lugar a serios problemas. De hecho,
el principio cosmológico está siendo cada vez más cuestionado por ambas partes:
los argumentos teóricos y la evidencia observacional. Por lo tanto, una posición
agnóstica con respecto a la extrapolación del universo conocido más allá de
nuestro horizonte parece ser epistemológicamente razonable, especialmente
cuando esa extrapolación conduce al infinito.
Gregory Chaitin |
- En el
universo, ¿todo es obra del azar? Quizá esta pregunta no tenga sentido, puesto que
el azar es indecidible, como demostró Gregory Chaitin (véase este
artículo de mi blog). Su teorema, demostrado en 1975, dice en esencia
lo siguiente:
La aleatoriedad de los números enteros es indecidible.
Aunque la aleatoriedad se puede definir con precisión e incluso se puede medir,
en general no se puede demostrar que un conjunto de números sea aleatorio. (Randomness and Mathematical Proof, Scientific
American 232, No. 5, mayo 1975, pp. 47-52).
En ese mismo artículo describí
un experimento mental que demuestra que la distinción entre azar y
diseño es indecidible. Si, partiendo de mis experimentos sobre vida artificial,
yo fuese capaz de crear un mundo diseñado por mí, en el que aparecieran seres
inteligentes, dichos seres podrían llegar a la conclusión de que su existencia
era consecuencia del azar, cuando en realidad sería un caso de diseño. Si decidieran
que yo no existo, me parece que estarían equivocados.
Se basa en esta idea una de
mis novelas de ciencia-ficción: La
escala de Jacob.
Hilo Temático sobre Cosmología Estándar: Anterior Siguiente
Manuel Alfonseca
Respecto a la creation ex nihilo creo que no está de más insistir otra vez en que no es un proceso. Los procesos ocurren en el tiempo, y son los que podemos conocer directamente a través de los sentidos, con los que percibimos el cambio de la realidad. Pero la creación no es propiamente un proceso, no ocurre en el tiempo.
ResponderEliminarPor eso mismo no hay diferencia real entre dar el ser y mantener el ser: la acción creadora de Dios no es más "intensa" en el momento inicial que en cualquier otro momento. En todo momento el universo y cada uno de los seres que lo ocupan, puesto que no tienen el ser por sí mismos (no son necesariamente existentes), entonces tienen el ser recibido.
Eso es el concepto metafísico-teológico de creatio ex nihilo. Imaginamos la creación como un proceso, porque lo que tenemos más a mano para intentar entender la creación son los procesos. Pero hay que dar el salto intelectual -más allá de la imaginación- hasta el concepto abstracto de creación, que no es procesual. Dios crea el universo, y crea un universo temporal, que está cambiando continuamente, que está siempre en proceso. Pero el acto de crear no le lleva tiempo a Dios.
Ya San Agustín lo reconocía cuando escribió en las Confesiones que el mundo fue creado in tempore: en el tiempo, no al principio del tiempo. Hay estudios muy interesantes que explican que in principio creavit Deus caelum et terram no significa que los creara "al principio" del tiempo, sino que los creó "sobre el principio", que es justamente el Verbo, conectando así el principio del Génesis con el principio del Evangelio de Juan. Dios creó el mundo "sobre un principio", como apoyándose en el Logos: en otras palabras, Dios creó el mundo dotado de un orden racional.
Por eso el Big Bang, en tanto que origen del tiempo, no tiene nada que ver con el concepto cristiano de creación. Y, en cambio, el orden natural observable y comprensible científicamente tiene todo que ver. Esto lo tenía clarísimo Lemaître.
De la postura de Lemaître al respecto hablé en este artículo: El universo ¿tuvo principio?.
EliminarUn matiz: lo que dijo San Agustín fue El mundo no se hizo en el tiempo, sino con el tiempo. (La Ciudad de Dios, L.XI C.VI).
Pero lo que yo digo en este artículo es que, tal como está hoy la ciencia, ni siquiera podemos decir que el Big Bang fuera el origen del tiempo.
Graicas por la corrección sobre San Agustín, estaba citando de memoria.
EliminarEl estudio al que me refería antes sobre el sentido de "creación en el principio" es este:
EliminarÈn àrjē: el principio de la realidad
José Andrés-Gallego
Fides et Ratio, Nº. 3, 2018, págs. 153-173
https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=6493174
Sobre esta cuestión viene también muy a cuento el libro de Joseph Ratzinger "En el principio", titulado también en español "Creación y pecado".
EliminarSi suelo insistir en estas cosas es porque tengo un vacio existencial con respecto a la muerte tremendo estoy llendo al psicólogo porque yo tengo tanafobia a mi la muerte me da pánico y tengo necesidades espirituales pero hoy en día se niega la trascendencia para muchos médicos la muerte cerebral es nuestro final y a eso a me da pavor aunque trato vivir el día a día pero no superó mis miedos
ResponderEliminarLa ciencia no tiene nada que decir respecto a la otra vida, la vida después de la muerte. No es cuestión de ciencia, sino de fe. Si habla con un médico ateo, le dirá lo que usted dice; pero si habla con un médico creyente, le dirá lo contrario. Ahora hay muchos ateos, sí, pero eso no significa que se apoyen en la ciencia, más bien lo contrario.
EliminarHablé de mis ideas sobre el asunto en este artículo, que creo ya le he mencionado alguna vez: El multiverso teológico.
Unas pregunta, si he entendido bien a los nuevos ateos (Richard Dawkins...) es que ellos no sostienen que el universo surgiera por mero azar sino que la selección natural jugo un proceso y que la no selección natural no un proceso casual y aleatorio. Perdone mi ignorancia señor Alfonseca, ¿pero es creíble la hipótesis cosmológica de un universo finito en forma de dodecaedro, hipótesis ya formulada por los pitagóricos hace 25 siglos y que tanto fascinó a Kepler?
Eliminar¿Qué sentido tiene la selección natural antes de la aparición de la vida? Es un concepto que se aplica a los seres vivos. Sí, ya sé que hablan de selección de universos en un multiverso, pero si empezamos porque la idea de los multiversos (hay varios) es pura elucubración, la extensión de un concepto biológico a los universos roza las fronteras del absurdo.
EliminarEn cuanto al universo en forma de dodecaedro, cada años surgen media docena de teorías cosmológicas imaginativas, de muchas de las cuales no se vuelve a hablar. Yo no me preocuparía demasiado, porque lo más probable es que no haya manera de comprobar casi ninguna de ellas.
Claro el ser humano necesita esperanza ante la adversidad y teniendo en cuenta que algún día tendremos que morir no es lo mismo la nada en el cementerio que trascender a otra dimensión y volver con nuestros familiares la diferencia es tremendamente abismal una es la nada y otra felicidad a mi personalmente epicuro no me consuela al margen del sufrimiento a mi dejar de existir me da pavor siempre será mejor enterarse de algo que no
ResponderEliminarY el cerebro lo han convertido en el chivo expiatorio de todo. Los estados místicos epilepsia del lóbulo temporal que nos hace creer que existe dios y el más allá según libros como el cerebro nos engaña de francisco rubia pero claro el es mate materialista así que tiene quitarle lo superior o espiritual al hombre porque sigue el naturalismo que todo fue casual y las alucinaciones lo explican todo bajo este punto de vista
ResponderEliminarAaah y otra cosa para el profesor rubia no solo es una ilusion nuestra conciencia y la espiritualidad sino que se atreve afirmar que la realidad cotidiana es una ilusión. Entonces estamos toda la vida alucinando cuando bebo agua cuando cuando hablo con la gente es falso también?
ResponderEliminarLa culpa de todo la tiene David Hume, que en el siglo XVIII fundó el escepticismo filosófico, que está en el origen de la confusión que reina hoy entre muchos que de filosofía no saben nada, pero dan por supuesto que todo lo que dijo Hume es verdad. Lo cual es contradictorio, porque Hume dijo que no podemos conocer la verdad. No sé para qué le dieron su nombre a un cráter de la Luna, si a lo mejor la Luna no existe :-)
EliminarHablé de todo esto en mi libro Todo es número. ¿Es matemática la realidad?
EliminarEstimado Manuel:
ResponderEliminarQuisiera saber, si es posible, su opinión sobre el artículo https://elpais.com/salud-y-bienestar/2024-02-07/rodrigo-quian-quiroga-neurocientifico-el-olvido-es-la-caracteristica-esencial-de-la-inteligencia.html
Especialmente, cuando habla de que "La gran pregunta que nos hacíamos hace un tiempo era cómo la actividad de neuronas es capaz de generar sensaciones: la sensación del rosa, la sensación de que me gusta algo, de estar viéndote… Y yo creo que esa pregunta está un poco contestada. Es una falacia filosófica, es creer que hay dos cosas distintas. La sensación de estar viéndote no es ni más ni menos que la actividad de neuronas".
A mi modo de ver, la sensación no puede reducirse a impulsos físico-químicos.
Atentamente
Miguel
El artículo me parece bastante equilibrado, aunque con cierta tendencia al reduccionismo. Lo de la neurona de Jennifer Alliston no es más que una anécdota. No significa que para cada concepto hay una neurona especializada. Pero el entrevistado tampoco afirma esto.
EliminarHe hablado en otros artículos del blog de algunas de las cosas que menciona. Por ejemplo, en este: Descarga de la consciencia, en relación con la posibilidad de hacer en un futuro lejano máquinas conscientes.
Una duda cuando se habla de la supuesta posibilidad de trasladar la conciencia a un robot seria solo una copia o el original sería inmortal ? Porque inmortalizar la copia no es inmortalidad puesto que el original seguiría muriendo así que estaríamos en las mismas
ResponderEliminarEl original se muere. Los que piensan que así seremos inmortales, creen que la copia en el ordenador es idéntica al original, lo cual es mucha imaginación.
EliminarBruno, si me manda su dirección de correo podríamos continuar esta discusión en privado.
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