jueves, 16 de octubre de 2025

¿Tienen derecho a la vida las personas con síndrome de Down?

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Un artículo que publiqué en este blog en 2017 terminaba con este párrafo:

¿Por qué a los seres humanos engendrados con trisomía del cromosoma 21 (que padecen síndrome de Down) se les niega el derecho a la vida, hasta el punto de que en muchos países de Occidente, en la práctica no se les permite nacer?

En otro artículo, publicado en 2014, primer año de existencia de este blog, hice el cálculo de la probabilidad de que las pruebas de cribado triple y cuádruple, entonces en vigor para detectar la trisomía del cromosoma 21 (causa del síndrome de Down), dieran lugar a falsos positivos. La conclusión era esta:

Cuando la prueba sale positiva, la probabilidad de que el feto esté afectado por el síndrome es de 1 o 2 en 90, del orden de un 2% (sí, así de baja). Si, como consecuencia de esa información se practica un aborto, en un 98% por ciento de los casos se está matando a un niño normal: si lo hubiesen dejado nacer, no habría padecido el síndrome.

¿Cómo han cambiado las cosas desde entonces? Actualmente existe otra prueba, NIPT, que busca ADN fetal en sangre materna, y tiene alta sensibilidad (95%-100%) y alta especificidad (99%). Si se utiliza esta prueba, los resultados de mi análisis cambian así:

Cuando la prueba sale positiva, la probabilidad de que el feto esté afectado por el síndrome es de 1 o 2 en 11 o 12, del orden de un 10 a un 20% (sí, así de baja). Si, como consecuencia de esa información se practica un aborto, en un 80 a 90% por ciento de los casos se está matando a un niño normal: si lo hubiesen dejado nacer, no habría padecido el síndrome.

Jérôme Lejeune, descubridor de la
trisomía del cromosoma 21

La nueva prueba ha supuesto, por tanto, una mejora, pero la situación sigue siendo muy desfavorable. Por eso, se suele afirmar que un resultado positivo no es un diagnóstico. Es necesario realizar pruebas invasivas, como la amniocentesis o la biopsia de vellosidades coriónicas, para confirmar o descartar el síndrome. Estas pruebas permiten confirmar o descartar la presencia del síndrome de Down, pero conllevan un riesgo de aborto espontáneo, por lo que muchas madres se resisten a realizarlas, y suelen tomar la decisión de abortar (o no) basándose únicamente en los resultados de las pruebas dudosas mencionadas más arriba.

Mi artículo de 2014 terminaba con estas palabras: [Aunque gracias a las pruebas nuevas] algunos fetos no afectados por el síndrome puedan escapar del aborto, seguirá en pie una cuestión fundamental: ¿por qué los niños con síndrome de Down no tienen derecho a la vida?

En 2025, las cosas han empeorado aún más para las personas afectadas por el síndrome de Down. Ahora no sólo los fetos no tienen derecho a la vida, sino que esto afecta incluso a personas adultas de 56 años. Vean esta noticia reciente (3/10/2025):

Un hospital mata de hambre a un hombre con síndrome de Down. No le dieron de comer durante 9 días.

Los médicos dicen ahora que fue un error. Pero ¿quiénes son ellos para decidir quién tiene derecho a vivir y quién no? Error o no, su actuación fue, en cualquier caso, una traición a la ética médica.

Por cierto, la cultura de la muerte se ha impuesto de tal modo en Canadá, que les recomiendo que, si van de viaje a ese país o viven en él, procuren no ponerse enfermos, porque hay una probabilidad no despreciable de que no salgan vivos del hospital. Veamos unas cuantas noticias que he recogido en poco más de un mes, sobre la aplicación de la eutanasia en ese país:

Hilo Temático sobre Medicina y Lingüística: Anterior Siguiente

Manuel Alfonseca

1 comentario:

  1. Muchas gracias por traer esto al blog. Es atroz, siniestro. Además, resulta muy hipócrita que, como sociedad, especialmente desde la izquierda, se defiendan con tanto énfasis valores como la inclusión o el trato no discriminatorio. Por supuesto que son valores encomiables, pero que los defiendan las mismas personas que promueven la eugenesia de esos colectivos, afirmando implícitamente que es una vida que no vale la pena, es absurdo. No creo que haya muchas frases peores que decirle a una persona que la de "hubiera sido mejor que no nacieras".

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